Jueves, 30 de agosto de 2007 | Hoy
HOY TOCA ALEX GOPHER
El francés llega por primera vez a la Argentina promocionando su tercer larga duración. Del fantasma de Air a la compañía de Etienne de Crécy.
Por Yumber Vera Rojas
Pese a su finura y a las expectativas que generó, el reciente disco de Air, Pocket Symphony, finalmente no representó ninguna sorpresa con respecto a la oferta sonora de sus trabajos anteriores. Aunque sí dejó constancia nuevamente de que son los caciques de la canción dentro de la electrónica francesa.
Casi al mismo tiempo, su compatriota Alex Gopher, en un rapto inesperado, impresionó con un sublime álbum, titulado de forma homónima, que irrumpía en ese espacio en el que la copla y el beat establecen un exquisito diálogo. A mediados de los ‘80, mucho antes que la prensa británica acuñara el adjetivo “French Touch”, los caminos de la dupla conformada por Jean-Benoît Dunckel y Nicolas Godin y los del productor, músico y disc–jockey coincidieron mientras sostuvieron juntos el grupo de indie pop Orange.
Incluso luego, pues Gopher vivió perseguido por ese fantasma del “parecido a Air” que lo atormentó durante años y al que definitivamente tuvo que hacerle frente. Alex reconoce: “Durante muchos años, luego de la separación de Orange, quise ocultar ese lado de mi pasado musical. Cada vez que hacía un tema, sentía que se parecía a Air y decidí olvidar nuestras influencias comunes. Pero para este nuevo álbum acepté quién era y lo que hacía, quizá porque ahora tengo un nombre dentro de la escena francesa y ya no me da miedo que se me compare con ellos”.
Alex Gopher se encuentra por primera vez en la Argentina promocionando este tercer larga duración –acá aparecerá por Ultrapop– y mostrando su pericia detrás de las bandejas a través de un DJ set que lo tuvo como protagonista en la apertura del Bafim y que hoy repetirá en el Inrocks Club. “Estoy muy contento por poder descubrir la Argentina. En mis sets paso temas y remixes de mi autoría, aunque también de mi compañero Etienne de Crécy. Mis sesiones van más allá de lo que se palpita en un club, es como hacer una fiesta en tu casa con música divertida y bailable”, apunta este legionario de la electrónica y el dance francés.
Y es que desde que la rompió en 1996, año clave para el desarrollo del house parisino, Gopher estableció una importante camaradería con Etienne de Crécy, productor que le tendió una mano en ese momento y que también se sumó en esta reciente aventura sonora: “Con Etienne quisimos hacer de este álbum algo clásico, simple y hasta chic. La idea era contraria a la de la música electrónica, pues nos olvidamos de la producción y tratamos de pensar más en las canciones. Si bien el sampleo de mis viejos vinilos de jazz y funk fue la principal herramienta de mis dos primeros discos, acá decidí volver al viejo camino de la composición con guitarra o piano. Por eso pienso que este trabajo es sorprendente”.
Que el productor y DJ galo transite por esta veta cancionera no significa que haya dejado de lado la cadencia groovera que caracterizó a sus dos álbumes anteriores, You, My Baby & I (1998) y Wuz (2002). Mientras el filter house se convertía en el chiche nuevo del dance parisino en la segunda mitad de los ‘90, Alex Gopher (llamado realmente Alex Latrobe) se movió en otra dirección al revelar su pasión por los sonidos afroamericanos y enlazar afinidades con el electrificante álbum Head Hunters de Herbie Hancock, el ensueño de Sly & The Family Stone o la psicodelia de George Clinton. Sin embargo, este fabuloso tercer disco identifica el peso que tuvieron el post punk y el synth pop en el desarrollo del artista francés.
Gopher reflexiona: “El house y el funk son parte importante de la música que amo. Pero, al mismo tiempo, soy un gran admirador de gente como David Bowie, Nick Drake o Serge Gainsbourg. No obstante, un tema como Brain Leech demuestra la notoriedad que Joy Division y New Order tuvieron en mí. Ellos hicieron música pop con sintetizadores, así como yo. Por eso es natural que tengamos un sonido común. Era adolescente cuando esos grupos aparecieron y confieso que soy un gran admirador de ellos y de su música. Pienso que lo que uno escucha de joven te condiciona el resto de tu vida. No es sorpresa que esto pase hoy”. Firme candidato para engrosar el top ten de los mejores discos de la electrónica francesa de 2007, la homónima producción de Alex Gopher, en el que además colaboran sus compinches de Air y el guitarrista Olivier Libaux (Nouvelle Vague), sale a la venta en uno de los momentos más orgánicos y menos artificiales de la escena, incluso a la par de la frescura de artistas pop como Phoenix y Tahiti 80.
* Alex Gopher toca hoy en el Inrocks Club, en el macro del Bafim, Rivadavia 878. A las 23. Lo acompañan Andy Wood y Dr Trincado.
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