CAFE TACUBA PRESENTA “SINO”
La adolescencia en Ciudad Satélite, las fiestas, el rock progresivo. Algo de eso hay en el nuevo disco Tacuba, que sale a la venta el 13 de octubre. Meme habla de la Argentina: “Siempre recordamos que cuando presentamos Revés, la gente cantaba las canciones instrumentales”.
› Por Roque Casciero
”Cuando miro mi vida para atrás/ me descubro viviendo en espiral/ no te extrañe si te digo/ que crecí en circuitos”, canta el tecladista Meme del Real en 53100, canción clave dentro de Sino, el sexto álbum en la notable carrera de los mexicanos Café Tacuba, que aparecerá el 13 de octubre. En ese tema, con letra del guitarrista Joselo Rangel, quedó sintetizada explícitamente la nostalgia que invadió al cuarteto cuando se redescubrió a sí mismo como banda de rock, con más carga de lo que sus integrantes escuchaban en su adolescencia en Ciudad Satélite. De hecho, 53100 es el código postal de esa zona pegada al DF en el que, según Del Real, “fue construida en los ‘50 con un diseño urbano como de suburbio norteamericano, calles con vueltas que conectan unas con otras. Todas las calles son circuitos: Circuito Poetas, Circuito Músicos, etcétera. En la adolescencia íbamos a buscar fiestas, nos subíamos en un coche a escuchar música, y nos metíamos en circuitos. Tiene esa doble lectura, pero hace una referencia literal a la parte de la ciudad donde ocurrió todo esto. Dice: ‘Sube al auto/ me lo prestaron ya/ tómate algo, quién tiene de fumar/ pon la cinta del disco que grabé/ ese solo es lo mejor que escuché”. Y era exactamente así, nos volvíamos locos con los solos de Neil Peart (baterista de Rush), dando vueltas por Satélite y tomando una cerveza”.
–Empezamos a tocar el arreglo y esos sonidos comenzaron a inspirarnos. La canción tenía otra letra cuando yo la llevé, pero nunca estuve muy convencido. Cuando empezó a salir el arreglo nos dimos cuenta de que tenía todas esas referencias. Y un día llegó Joselo con una letra como una minipelícula de la época.
–No sé, tal vez sea parte del todo. El disco no está inspirado sólo en esa época, aunque sí sea parte importante. También tiene que ver la forma en la que grabamos: nos metimos los cuatro con el baterista en el estudio y grabamos en vivo. Tomó un poco más el proceso, pero queríamos generar eso que tal vez nunca habíamos hecho. Ahora, con toda la tecnología, las grabaciones se han hecho más solitarias: cada uno graba su parte y van sumándose. Pero esa química que ocurre cuando están todos tocando al mismo tiempo es insustituible. Eso también tiene que ver con el concepto de la época.
–En todos los discos, al final siempre encontramos muchos puntos de contacto, que nunca discutimos antes de empezar el proyecto, y con todo eso se arma algo que parece premeditado. En éste todavía no tengo la distancia necesaria para hacer un análisis de por qué llegamos adonde llegamos. Pero, a nivel musical y lírico, Sino tiene una profundidad a la que no sé si habíamos llegado antes. El título describe lo que es el disco, pero parece un acertijo que puede prestarse a muchas interpretaciones.
–Obviamente, escuchábamos también a los Beatles, la new wave, y yo a Led Zeppelin, Black Sabbath y el heavy metal. Pero tiene que ver con Satélite, que fue la única zona en la que hubo una efervescencia del rock progresivo. Había un grupo de chavitos de nuestra edad llamado Axis que tocaba covers de Rush. El baterista tenía 13 años y los tocaba idénticos.
–(Se ríe) Así como te tomó a ti, igual a nosotros: no parábamos de reírnos. Y si nos reímos tanto, tenía que quedar. Igual, no queríamos que se quedara nomás en el chiste, porque también tiene que ver con esto que te decía sobre de qué parte de nuestras entrañas viene este disco. Todos nos emocionamos cuando escuchamos ese gran solo de Victor (Indrizzo, sesionista de Beck y Dave Gahan), y nos regresó mucho a esa época. Pero, al mismo tiempo, nos parece algo absurdo. ¿Cómo, a esta altura de nuestra carrera, metemos un solo de batería si no tenemos baterista? Victor decía: “No lo pongan, ¿qué va a pensar la gente de mí?”. Pero le contestamos: “¿Cómo que qué van a pensar? Que está increíble. Y si piensan otra cosa, son unos mensos, tienen que apreciar esto”.
–Así es. Es una canción de Quique (Rangel, bajo) y tiene su típico sentido del humor, porque parece estar diciendo algo no tan importante, pero sí es una canción netamente política y social. Según la entiendo, tiene que ver con la desilusión que vivimos con los gobernantes. Estamos impacientes con que suceda algo nuevo, pero con el modo en el que está el sistema, con la corrupción que hay en México y con los políticos a los que sólo les preocupa la carrera de poder, tendrá que pasar mucho tiempo hasta que dejen de pelearse en la tribuna y pasen a las cosas prácticas. Aunque el próximo presidente venga de un partido de izquierda, va a tomar un tiempo que México se convierta en una democracia real.
Más pistas del Sino tacubo. El disco arranca con Seguir siendo, un título sugestivo para una banda que publicó Yosoy: “Es sobre una etapa que pasó Quique, que está tratando de reafirmarse a sí mismo”, dice Meme. La canción se engancha con Tengo todo, en la que Joselo canta “encuentro el sino/ liberar y disolver mi yo en el vacío”. El séptimo tema, casi en el medio del disco, es el festivo y beatlesco (futuro hit) Vámonos, cantado por Meme: “Si en el cine hay road movies, habría que describirla como road music. Es como un viaje, una vacación, pero en la que pasa toda una vida”. Enseguida, en Cierto o falso, regresan los cuestionamientos más profundos y Joselo escribe que “la música es abstracción”. “No sé si yo también lo había pensado así, pero seguro, la música ha sido algo que no es tangible, pero llevamos 18 años en ella y nos ha dado una vida”, concuerda el tecladista.
–Tenía unas partes musicales que no había resuelto como canción, entonces surgió la idea de tomar esas tres y que los otros tres integrantes del grupo le pusieran letra a cada parte, a ver qué resultaba. A la primera parte le puso la letra Rubén (Albarrán, cantante). La segunda, que es como de Brian Wilson, le correspondía a Quique, que al final no le hizo letra, y acabé tarareando yo. Y a la del final, Joselo le puso letra y la canta. No sabíamos qué iba a pasar, pero sí, es como una mini suite. Bah, ni tan mini, porque casi dura 8 minutos.
–Sí, seguro que sí. No nos gusta atiborrar de cosas que la gente no conoce, pero sí dar a entender que viene algo nuevo. Y al mismo tiempo, eso nos refresca. Quizás en los shows de La Trastienda tengamos más confianza y podamos tocar más.
–Nos genera mucha emoción, mucha alegría. Donde sea, pero en especial en la Argentina, donde el público es tan cariñoso y de donde nos llegaron tantas bandas que nos inspiraron a desarrollar algo. Siempre recordamos con cariño que cuando presentamos Revés la gente cantaba las canciones instrumentales. Eso nunca se nos olvida. Para nosotros fue la manera en la que la Argentina nos dijo que estaba pasando algo importante. Y si se puede ir sumando gente, pues qué mejor... Ahora, cuando estábamos terminando Sino, hablábamos de qué irá a pasar en la Argentina, si les va a gustar, si irá a causar algo. Nos ilusiona poder compartirlo a todo nivel.
“Ellos son súper amigos y nos sentimos cómodos juntos: tenemos gustos afines y hemos tocado juntos en muchas giras. Lo que han hecho, siempre con un gran sentido del humor y buena música, es retar a lo establecido. Recuerdo en el principio que las tiendas Sanborns los vetaron por lo que decían en las letras, y ellos fueron a tocar afuera de esas tiendas el día que salió el disco. Y al final, ahora en los Sanborns es donde más se venden sus discos. Siempre hicieron cuestionar a la gente sobre esa clase de cosas. Y siempre tocando increíble” (Meme del Real).
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