¡Justicia para los Pistols! ¡Rankings y cacerola, la lucha es una sola! ¡Basta de impun(k)idad! ¡Que se vayan todos, empezando por la reina de Inglaterra! Cada cual elige qué banderas agitar, y el anunciado retorno de los Sex Pistols a los escenarios viene acompañado de algo así como un clamor popular: que el hit God Save the Queen tenga el legítimo mérito de ser número uno en los rankings, lugar que le fue negado desde el riñón del poder británico. Resulta que en 1977 (considerado por aquellos historiadores revisionistas cuyas narices portan alfileres de gancho como “el Año D del Punk”) el simple de los Pistols, God Save the Queen, no fue ubicado en la cima de los rankings británicos, a pesar de que le correspondía de acuerdo con las ventas, debido a que las autoridades de entonces temieron que el clásico punk atentara contra la celebración que entonces realizaba la casa real británica por los 25 años de la reina en el trono. Es decir, fue objeto de algo así como una prohibición simbólica.

Pues bien, treinta años más tarde —eso es hoy—, diversos músicos encabezan una campaña para que durante toda esta semana la gente descargue y compre el simple God Save the Queen (que este lunes fue reeditado en vinilo) con el fin de recuperar ese primer lugar de las listas de ventas que le fue choreado en el ‘77. El plantel de punteros sexpistolistas incluye a Ian Brown, David Grohl, The Clash, Beastie Boys, Nine Inch Nails, Kasabian, Klaxons, Rage Against The Machine y la manzanera Blondie. ¿Y todo para qué? ¿Será sólo por la justicia poética de colgar una medalla más en el ya muy bien condecorado pecho del punk? Seguro que sí. Y de paso, la promoción le viene bárbaro al regreso de los Sex Pistols a los escenarios. El propio John Lydon consideró oportuno avivar el fuego y asegurar que en su momento el tema hasta fue debatido por el parlamento británico. Al mismo tiempo, el cantante confirmó dos nuevos conciertos—regreso de la banda, insinuó la posibilidad de entrar a estudios para grabar un nuevo disco, y aprovechó para sumarse a uno de los temas del momento: dar consejos a la estrella mediática Pete Doherty (cada vez más cerca de Matías Alé que de Joe Strummer), a quien le recomendó no seguir el camino de Sid Vicious, el bajista de los Pistols que murió por sobredosis en 1979. Lejos de escuchar los consejos, esta semana se supo que Doherty habría intentado suicidarse, aunque evidentemente no lo logró.

Así que octubre es el mes de la campaña. Y ante tantos afiches con caras de candidatos presidenciales, ¿a quién puede molestarle uno con la caripela de John Lydon?