La vuelta de Soda Stereo diez años después de la separación fue planificada como el lanzamiento que una empresa de publicidad hace de un nuevo producto: silencio de radio durante meses (aunque la información finalmente se filtró), pautas en los diarios a página completa, en la tele y en la radio, seguimiento preciso sobre el material aparecido en You Tube, y una larga lista de etcéteras que hacía suponer de buenas a primera que la reunión tenía un alto contenido comercial, incluida una notable gira por América latina. Sin embargo, la votación de la encuesta del NO realizada por sus pares vino a poner en el justo lugar de “acontecimiento del año” a la reunión de Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti sobre los escenarios. Los 17 votos de “Soda Stereo en River” (¿en cuál River, en el primero o el sexto que ocurrirá mañana?, poco importa) abruman por la diferencia sobre cualquier otro show nacional del año, pero también ponen en su justo lugar a la magnífica performance y la reunión de la alquimia que los tres Soda (finalmente, esa es la banda de los tres en 2007) ofrecieron en River. La maratónica presentación de Dancing Mood “Deluxe” en el Teatro Opera (5 votos) y el show de La Renga en El Autódromo (4 votos, a los que se podrían sumar 2 votos de la banda en La Plata) y los dispersos votos (4 en total, aunque en distintos escenarios) que obtuvo El Mató A Un Policía Motorizado, o los 3 de Pez en la presentación de su último disco, corren bastante detrás del acontecimiento del año, record histórico del rock nacional seguramente por mucho tiempo (¿alguien podrá superarlos?). Unánime y votado desde distintos ambientes, la reunión de Soda Stereo fue algo más que un reencuentro con la nostalgia: fue la confirmación de que la voz de Cerati sigue sonando de Estadio, y el sonido del trío –y sus adlátares de bambalinas– está para romper cualquier record.