“ADULT SWIM” POR I-SAT
› Por Federico Lisica
Existe un viejo cartoon de la factoría Warner en el que Gato Silvestre persigue a Speedy González. Ignorando el acoso del felino, puede escucharse al ratoncito azteca cantar feliz La Cucaracha con la célebre frase “Marihuana pa’ fumar”. Tiempo después se nos hizo creer que Jessica Rabbit mostraba sus partes pudendas en un fotograma intangible de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Acaso un mito urbano regado por la necesidad de creerlo. Aunque hoy, y esto es muy cierto, han censurado a otro icono de la cultura Pop, el Comegalletas de Plaza Sésamo, ya que su dieta es considerado inapropiada para los más pequeños. Queda una salida laboral para todos estos personajes acosados por la moralina campante en el Norte: pedir trabajo en Adult Swim, el nuevo segmento de I-Sat dedicado a recauchutar la imaginería infantil en algo cercano al humor insurrecto, punzante e irracional para quienes (no) ingresan en la categoría Sub-18.
Es el mismo segmento de programas de animación antes emitido por el Cartoon Network en un horario marginal desde octubre de 2005. Trocado de ubicación en el cable y horario, vive una suerte de relanzamiento acompasado a su nueva pantalla. Incluida una fortísima campaña de promoción en subtes y en radio (donde abejorros violan abejitas, y se escucha a animales fumones).
La propuesta ofrece productos de la casa Hanna Barbera, en su mayoría bastante reconocibles, pero con una vuelta de tuerca de provocación consciente. Como si se nos mostrara el costado inapropiado de viejos guardianes “a la hora de la leche”, ahora sediciosos compañeros al salir la luna. Así, Birdman, un héroe bastante conservador, se vuelve Harvey Birdman, abogado, un hombre de ley desvergonzado que debe salvar de ver la sombra a Pedro Picapiedra porque se clonó en Tony Soprano; y Scooby Doo, cómo no, fue detenido por la policía antinarcóticos. Laboratorio Submarino 2021 es una suerte de continuación de la serie confeccionada en 1972. Ya no se muestra a un grupo de científicos íntegros sino a un montón de ineptos que fallan en su intento de descubrir vida en el mar y realizar investigaciones. Las otras dos series (Aqua Teen Hunger Force y Pollo Robot) entregan historias más autónomas y menos retro. La primera se basa en un trío fast food (una malteada, una albóndiga y un paquete de papas fritas), descontrolando la ciudad que habitan, pese a su ánimo de hacer justicia. La última cuenta la vida de una gallina que retorna del más allá, aunque robotizada. Lo más atractivo de Pollo Robot es el uso de la técnica de animación stop-motion (muñequitos que se mueven cuadro por cuadro) más que su parodia (ya hiperexpuesta) a series de televisión, celebrities y hasta videojuegos. La intención, dicen, es la de enseñar las contusiones de la cultura popular norteamericana.
Si se buscara una génesis real de este barullo, allí aparecería la reconversión del El fantasma del espacio en conductor de un late-night show con entrevistas a personas reales hace algunos años. Hoy, Adult Swim es una verdadera maquinaria de procesar el absurdo. Hasta la misma señal realiza bromas por el Día del Inocente, pintándoles bigotes a sus caricaturas, cambiando el idioma del audio, o trocando su programación por series hiperguerreras y fachas de Chuck Norris y Mister T. De alguna forma sublimando lo que pasa en un lugar más cercano.
* Adult Swim, por I-Sat. De lunes a miércoles de 22 a 24. Repetición de sábados a lunes a partir de las 3 de la mañana.
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