Jueves, 21 de febrero de 2008 | Hoy
PANICO RAMIREZ, ELECTRO-ROCK DE ASPECTO TANGUERO
Esa curiosa frase la dice Germán Lentino, bajo y encargado de los sintetizadores de PR, quien asegura que el virtuosismo está “en la vereda de enfrente del rock de verdad”. ¿La electrónica rompe clichés del rock?
Por Mario Yannoulas
“Que cada tema sea una idea sonora básica, y una idea temática. No hay mucho más espacio que para eso en una canción.” La voz gastada de John Fogerty y plasmas repitiendo compilados deportivos en la función mute: pequeñas grageas de una época disparatada. Tres integrantes de Pánico Ramírez posan de oficio para la foto. Llevan ropa clara: ellos, camisas guayaberas y gorros tangueros; ella, un vestido de su abuela. Si Gastón, el ausente con aviso, completara el cuarteto, habría llevado la misma ropa. Esta banda de rock y nutrientes electrónicos aterrizó hace poco en Buenos Aires, vienen de participar del Fest Live 9, una fiesta electrónica en Posadas, Misiones, con dos buenas noticias: la gente bailó y no hubo mosquitos. “Allá tienen mucha predisposición para la fiesta, no les da vergüenza mostrar que están disfrutando”, marca Grisel Arquimbau (voz, guitarra y sintetizadores). Germán Lentino (bajo y sintetizadores), agrega: “Se entregan más a disfrutar de lo que va a pasar. Acá en Buenos Aires son más especulativos, se toman más tiempo antes de decirte: ‘Ok, lo que hacen está bueno’”. Sin quererlo, desliza el precepto por el que se moverán y tratarán de argumentar: que Pánico es una buena banda.
De base y escuela rockera, ávidos de encontrar en las máquinas suplementos vitamínicos para que el género no se ahogue en un vaso de clichés, salieron al ruedo con un disco debut (Al fin solos, 2007) que les abrió las puertas a festivales masivos tanto de rock como de electrónica, y hasta una nominación a los premios MTV Latinos como mejor artista nuevo. “El sonido actual se formó naturalmente. Dj Zuker produjo el disco, y nos hizo escuchar mucha música. Nos reuníamos para eso, nos guiaba, e inmediatamente salió la tanda de canciones que forma parte del disco. Fue un proceso difícil, pero muy lindo”, define Diego Baus (voz, guitarra y sintetizadores).
Diego: –Es el dj más rockero, y es amigo nuestro. Yo había acompañado a su banda, Zuker XP. Y nosotros somos una banda de rock, tratamos de generar eso a través de los instrumentos electrónicos. Es un tema de actitud, podés ser rockero con bombo en negras.
Germán: –Nos mostró cómo un tema puede cargarse de intensidad para luego descargarla y volverse a cargar, esa dinámica tan particular de la música electrónica. Es un estilo que suele tener pocos elementos, pero que van dándose paso unos a los otros sin molestarse. Parece sencillo pero no lo es, y él nos transmitió el gusto de poder lograr eso.
Diego: –Fijate que en el disco prácticamente no hay solos.
Germán: –Claro, la idea siempre fue estar apartados del virtuosismo, que está en la vereda de enfrente de lo que es el rock de verdad. Si tenés una buena idea de cómo hacer música, podés tocar rock. Trabajá y vas a ver que sí. El virtuoso no, no es rockero.
Diego: –Las bandas aburren cuando hay situaciones que se repiten como en una película. Que el guitarrista va a hacer un solo y va a querer tocarlo bien, pero no le va a salir tan bien porque no es tan bueno (risas). Lo que realmente vale es el groove, un buen sonido. No me dan ganas de hacer un solo heroico, prefiero frotarle la guitarra a ella así (risas).
Germán: –El primer descubrimiento fue saber qué cosas dejar en el camino, y que en cada tema quedara al descubierto cuál era la esencia. Cuando la querés ampliar demasiado, pierde eficacia, y eso fue lo que aprendimos en este proceso. Esta canción es esto, y habla de esto. Punto. Para otra cosa, hacé otra.
Diego: –Queríamos hacer algo distinto, nuevo, encontrar nuestra identidad. Sentirnos cómodos con lo que hacíamos y que la gente lo celebrara, también.
Grisel: –En los shows buscamos mucho que la gente se divierta. Tanto en el dj set como en el full set, cuando usamos batería y bajo, y es más rockero. Siempre tratamos de innovar y elegir la lista de temas según la onda de la gente, el lugar, o incluso la nuestra.
Diego: –Uno puede estar divirtiéndose y al mismo tiempo pensando algo que lo mueva, interpretando una idea, un lenguaje.
Germán: –Es una banda divertida, que además suena bien. Y hasta siendo las letras bastante oscuras.
Aun con líricas que bordean estados depresivos con sentencias irónicas (“No tiene onda nada de lo que ves... / no puede ser peor”), o simplemente datos frívolos para procesar a piacere (“Hawai es más de lo que parecía / me quedo aquí / hay mucho para mí”), los Pánico nunca olvidaron que también querían divertir. Así sacaron a relucir su veta más teatral, esa que les permite hacer duelos pimpinelescos arriba del escenario, discutir a dos voces en Soy Karadajián (voz masculina: “Soy Karadajián” / voz femenina: “No sos Karadajián”) o programar anti-coreografías que consistan en freezarse en vivo. Es esa película de suspenso que, dice Diego, parecieran protagonizar los personajes que ellos crearon. “En vivo generamos eso: misterio. Nos vestimos de blanco, pero somos una banda bastante oscura.” Para Germán, su concepto coincide con el clima de contradicción general en el que se vive. “En lugares del primer mundo se matan a botellazos en una esquina. Cuando una banda expone ese nivel de contraste a nivel artístico, es muy bien recibida”, apunta.
–Aquel precepto de “una idea, pero concreta”, ¿es muy distinto de lo que ven a su alrededor?
Germán: –Todavía no escuché estructuras de canciones similares a las de Pánico Ramírez en ese sentido. Es un concepto moderno de sonido y de escritura que creo muy nuestro y no veo en artistas nuevos. Y por eso el medio y parte del público nos consideran artistas, no sólo divertidores.
Diego: –El sombrero es de mi papá, que es tanguero. Yo lo usaba para salir, hasta que se incorporó a la banda, y la gente nos empezó a decir que estaba buena la onda. Así devinimos en esta especie de personajes, que no son muy distintos a lo que somos en nuestras vidas.
Grisel: –Yo me visto con ropa de feria americana. Es lo que me gusta, me siento bien.
Diego: –Es contrastante ver a personas vestidas así tocando sintetizadores. Así también es la tapa del disco, color y blanco y negro. Nos seduce ese interrogante de que no se sepa muy bien qué pasa.
Germán: –Fue todo muy natural, así que no creo que parezcamos disfrazados (risas).
Diego: –Ya se generó una necesidad. Si vamos a un show y faltan los sombreros, seguramente estemos muy cerca de suspenderlo.
* Pánico Ramírez toca gratis este sábado en Parque Lezama, Av. Paseo Colón y Martín García, junto a Estelares y Hana. Desde las 20. Y el 6 de marzo en La Trastienda, Balcarce 460. A las 20.30.
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