LLEGA KORN AL QUILMES ROCK
La banda vendió más de treinta y cinco millones de copias en todo el mundo, obtuvo dos Grammy y se convirtió en la primera agrupación en hacer una transmisión interactiva a través de Internet, allá por 1996.
› Por Yumber Vera Rojas
Para el joven imberbe de matiz taciturno que juega a la sinestesia durante la tediosa espera en la parada del colectivo al caer la tarde porteña, el Korn que cuelga en los cartelitos de los bondis que ve circular podría llegar a desvestirse de su significado de localidad del partido de San Vicente para transformarse en ese vehículo generacional que luego de tres lustros fue establecido como uno de los mayores referentes del rock en esta primera década del nuevo milenio. Pero una vez que se abre la puerta del autobús que aguardó durante la lúdica lisergia, la realidad cambia. En este momento, Alejandro Korn –poblado que lleva el nombre del ilustre médico, psiquiatra, filósofo y reformista argentino–- se encuentra a unos cincuenta minutos de la Capital Federal y el conjunto norteamericano está a medio camino de todo, en el Asia Suroeste, seis horas más tarde que en la Argentina, según Greenwich. Y aunque al bajista de la agrupación californiana se le trate de explicar el dato curioso del común denominador, no capta la analogía. Así como el resto de sus compañeros, Fieldy se limita a responder: “No importa cómo te llames, la música hace al nombre”.
Semanas antes de su debut en Buenos Aires, como figura estelar de la primera fecha del Quilmes Rock 2008 –junto a Su Santidad Ozzy Osbourne–-, Korn había llegado a los Emiratos Arabes Unidos para intervenir en el Dubai Desert Rock Festival, como parte de su gira Somewhere Back in Time –-estrenada en Irlanda en enero–, junto a las agrupaciones Machine Head, As I Lay Dying, Killswithc Engage, Slapshock y Nervecell. Aunque no se compara con el Casbah al que le cantó The Clash al son del funk, pues Dubai es la ciudad más próspera y moderna del mundo árabe, no deja de ser una curiosidad que el metal en sus diversas formas y variantes haya alcanzado al petrolífero Oriente Medio. “Es un placer y un honor tocar para este público. Si no fuera por ellos, no estaríamos acá. Lo dejaremos todo sobre el escenario esta noche, recorreremos los temas más importantes de nuestro repertorio. Es lo mismo que haremos en Buenos Aires próximamente –adelanta Fieldy–. No aguanto las ganas de conocer a nuestros fans, al público argentino. También quiero recorrer un poco la ciudad y ver qué pasa en ella. Eso siempre es emocionante.”
Luego de la aparición de su exótico MTV Unplugged en 2006, el grupo liderado por el vocalista Jonathan Davis presentará en esta visita al país las canciones que conforman su más reciente larga duración, el desconcertante Untitled. Un trabajo que pisa fuerte en los predios del rock industrial. El propio Fieldy lo reseña: “Lo que pasó fue que cuando entramos en el estudio a grabarlo ya estábamos trabajando con Terry Bozzio –con quien registraron el MTV Unplugged y con el que teóricamente tocarían sólo durante la gira pasada ante la ausencia de David Silveria–, uno de los mejores bateristas del mundo (se le conoce por haber participado en la banda de Frank Zappa). “Tuvimos que adaptar el formato del grupo a su estilo porque su manera era tan diferente. Eso nos inspiró a hacer una música también diversa.” Si bien esta octava producción de Korn, colocada en las bateas a mediados del año pasado, quedó sin nombre, el grupo había barajado algunas propuestas: “Soltamos varias alternativas, pero ninguna nos convencía. Finalmente decidimos dejarlo así. Si muchos artistas lo han hecho, ¿por qué nosotros no?”.
–Ninguno de nosotros estaba listo para dejar el grupo. La partida de David y la situación que estábamos atravesando en ese momento nos unió más y nos estimuló a llegar todavía más lejos. Por eso fue increíble habernos topado con alguien como Terry. Queríamos hacer el disco más increíble y trabajar con el baterista más legendario.
–No hay punto de comparación, son discos totalmente diferentes. Yo no puedo cotejarlo, a lo mejor otro esté en condición de hacerlo.
Este año se cumplen diez del álbum Follow The Leader, posiblemente el mejor de Korn. Fue un larga duración que los llevó a la cima, pero con el que, al mismo tiempo, pisaron fondo personalmente.
–Malgasté mucho dinero en esa época. No tenía dominio de mis actos, no sabía bien lo que hacía. Estaba como poseído, supongo que porque me la pasaba drogado y ebrio. El estrellato me hizo sentir invulnerable. Pero salí de eso, ahora me dedico a mis hijos, a trabajar en la banda y en mis proyectos personales. Me la paso ocupado en situaciones productivas.
–Ayudar a las personas. Desde el inicio del grupo muchos jóvenes se nos han acercado para decirnos: “Salvaste mi vida”. No hay ninguna recompensa que supere ese gesto. Si Jesús quiere que nuestra música se mantenga firme apoyando a la gente, pues seguiremos en esa senda.
–¿Decís en los Estados Unidos? ¿Creés que eso lo piensa cada persona en los Estados Unidos? No entiendo, hay mucha gente viviendo allá, así que hay millones de opiniones diferentes. Independientemente de esto, la verdad es que no me importa lo que se diga del nu metal. Ese término para nosotros es vago, no tiene ningún significado. Da igual cómo nos llamen.
En ese delgado y ambiguo trecho que le dio al metal una connotación diferente, repudiado por los militantes de las tendencias extremas y que abrió una perspectiva nueva para un público ajeno a los yeites filosos, Korn diseñó un concepto sonoro que progresivamente fue rompiendo incluso con sus propios esquemas. “Creo que habrá teclados en nuestra próxima grabación. Es tan sutil, ¿sabes? Hace que todo sea más grande”, adelanta el bajista de este grupo que vendió más de treinta y cinco millones de copias en todo el mundo, obtuvo dos Grammy y se convirtió en la primera banda en hacer una transmisión interactiva a través de la Internet en 1996. “Un montón de agrupaciones perdieron a sus miembros, así como nosotros. Pese a que se fue el guitarrista, Brian Head Welch –convertido al cristianismo y autor de la polémica autobiografía Save Me From Myself, publicada en 2007–, la historia no cambió. Y luego de que el baterista se tomara un tiempo, conseguimos otra vez el foco. Me gusta pensar que tenemos un cantante con una voz cada vez más singular, eso tiene mucho que ver con este cambio.”
Al mismo tiempo que Jonathan Davis lleva adelante su faceta solista –-presentada el año pasado a través de una gira por los Estados Unidos– y el guitarrista James Munky Shaffer se entretiene con el grupo Fear and the Nervous System –junto a músicos de Faith No More y Bad Religión–, Reginald Fieldy Arvizu, tras editar en 2002 el disco de veta hiphopera Rock’n Roll Gangster, prepara su segundo álbum. “Todo esto sucede cuando tengo tiempo libre, lo hago básicamente por diversión”, asegura el músico que rubricó una particular técnica para tocar el bajo. “Ahora estoy trabajando en el proyecto Capital Q, donde participan además el rapero Q Unique, el grupo de metal alternativo Sevendust y el guitarrista de Dark New Day, Clint Lowery. También escribí una autobiografía. No se trata de un cuento, sino de una suerte de diario devocional.” Pero cuando se le pregunta sobre su prioridad artística, no duda en señalar: “Si bien necesitamos desarrollar nuestra creatividad, Korn es lo primero, tanto para mí como para el resto”.
* Korn toca el 30 de marzo antes de Ozzy Osbourne y después de Rata Blanca, Black Label Society y Carajo, en el Quilmes Rock, estadio de River.
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