Jue 27.03.2008
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PITY ALVAREZ Y NOEL GALLAGHER ANDAN ARMADOS

Son de fierro

Uno, desde el barrio más Gran Buenos Aires de la Capital y con los ojos puestos en defenderse. El otro, desde la hipercalzada California, y con los ojos puestos en aumentar el arsenal propio. Escalofriante costumbre: rockeros de armas llevar.

› Por Javier Aguirre

“Un amigo sale poco de su casa; tiene razón, allá afuera todo el mundo va armado”, diagnosticó meses atrás Calamaro en su hit 5 minutos más (minibar). Y –como su amigo– Andrés también tiene razón. Casi en simultáneo, aunque en dos mundos distintos (Lugano y Los Angeles), dos rockers de primera fila han empezado a tomarle el gustito a eso andar con un arma de fuego encima y hacer unos tiritos. Son el líder de Intoxicados, Pity Alvarez, y el líder de Oasis, Noel Gallagher.

El móvil virtual del NO lleva sus micrófonos al sur de la Ciudad de Buenos Aires, donde el mártir viviente del rock porteño reveló en su reciente canción Un secreto que anda armado: “Si cada uno de nosotros / no anhelara lo que tiene el otro, / yo no estaría armado, / no existiría el odio”. Esa suerte de Imagine de Lugano, a pesar de su espíritu de oración pacifista, no esconde la voz del poeta que recurre a una pistola para prevenirse de los que anhelan lo que él tiene. En la RollingStone (edición argentina, claro, para el desembarco de Intoxicados en el mercado estadounidense todavía falta; no mucho, pero falta), Pity explicó que accedió al sueño del fierro propio “porque los pendejos, los fans, se cruzan por las paredes; y esto es propiedad privada”. Y agregó: “Yo ando armado porque todos los demás andan armados; y con un fierro te cagan, boludo. Yo tengo que tener los mismos entrenamientos... La gente de mi barrio cree que tengo mucha plata, porque salgo en la tele”.

La confesión del ríspido songwriter de Piedrabuena, publicada entre hiperproducidas fotos de alta definición, en las páginas de una revista con papel de buena calidad, anunciantes privilegiados, grandes promos, trade mark norteamericana y precio en quioscos de casi 9 pesos, resulta una invitación al prejuicio clasista de que en Lugano –y en tantos otros sitios de la Argentina parecidos a Lugano en cuanto a su aura de peligro, carencia y sórdido misticismo urbano– es más común ver revólveres que semáforos. ¿Qué habrá más: tipos que trepan una pared, o tipos con un arma esperando que alguien se trepe a esa pared? En cualquier caso, es oficial: la Señora Inseguridad, musa enfierrada de noticieros y funcionarios del Estado, agitadora de miedos domésticos y paranoias callejeras, ha hecho su irrupción oficial en el rock argentino. El Indio Solari, una vez más, lo había dicho primero, al contar en numerosas entrevistas su creciente relación con las armas. “En mi casa yo vivo con siete perros y tengo una 12.70, de muy grueso calibre. Del ligustro para acá, que no venga nadie a romperme los huevos”, le dijo hace un tiempo a Clarín.

Pero, ojo, ésta no es la única galaxia en la que los músicos de rock tienen una pistola entre los instrumentos de la sala de ensayo (¿aclararán, cuando dicen “tambor”, si se refieren al de la batería o al del revólver?). Unos cuantos miles de kilómetros hacia el norte, allí en los pagos del rock sajón, la palabra “gangsta” –gangster, pistolero, bandolero, matón, sicario, mafioso; para más sinónimos dirigirse a la Real Academia– hasta llegó a dar nombre a cierta escena del hip hop. Por no hablar de la mística calzada del western rock, los nombres fierreros (con LA Guns y Guns’n’Roses a la cabeza) y el largo anecdotario de músicos y armas, desde Phil Spector hasta The Clash (ver recuadro).

Para visitar al segundo rocker armado del mes, las cámaras del NO se dirigen ahora a los Estados Unidos, en particular a uno de sus parajes con más historia rocker, el estado de California (cuya población total es casi como la de toda la Argentina, y cuyas noticias sobre violencia callejera, también). Allí se encuentra en estos días Noel Gallagher, donde –luego de haber mezclado el próximo álbum de Oasis– aprovechó para adquirir su propio stock de armas de fuego. ¿Y dónde estarán las mejores ofertas de mercado de rifles y pistolas si no en Los Angeles?

La versión apunta (ups...) a un amigo de Noel, el cantante de Kasabian, Tom Meighan, quien disparó (ups...) que el ríspido songwriter de Manchester está hecho un fanático del tiro y las armas, y que no para de mandarle mensajes de texto al respecto: “Noel me invitó a ir a practicar tiro a Estados Unidos, pero me contó que tiene miedo de dispararse él mismo”. “Está muy enganchado con eso de comprar armas –siguió Meighan–, parece que es su nuevo hobby.”

Uno, desde las sombras chinescas del barrio más GBA de la Capital y con los ojos puestos en la defensa propia. El otro, bajo la resolana de la hipercalzada California, y con los ojos puestos en aumentar el arsenal propio. Ambos parecen próximos a saber tanto de Gibsons como de Winchesters. ¿Se viene el hit de Intoxicados Está saliendo el bang? ¿Se llamará Wondergun la nueva versión de Wonderwall que grabe Oasis? Por las dudas, antes de apretar “play” en tu casa, ponete el chaleco antibalas.

Un día más o menos como hoy...¡The Clash a los tiros!

... a decir verdad, un día como pasado mañana: 30 marzo de 1978, dos miembros de The Clash (el baterista Nicky Topper Headon y el bajista Paul Simonon) eran arrestados luego de que los pescaran tirándoles con una carabina a las palomas desde el techo del estudio de grabación, en el barrio londinense de Camden Town. ¡Punk enfierrado y antiecologista! Parece que en el momento de la detención, Headon y Simonon acusaron a las aves: “Ellas empezaron”.

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