LLEGA EL PUNK-REGGAE DE BAD BRAINS
Leyenda del hardcore yanqui, la banda llegará por primera vez a la Argentina con sus treinta años en la espalda. El baterista Earl Hudson habló con el NO.
› Por Daniel Jimenez
Dicen que las historias intensas y marginales suelen salir de los suburbios. Allí donde los puentes esconden peligros bajo su sombra y los callejones se convierten en tentadores lugares de intercambio. Hace tres décadas y en la periferia caliente de Maryland (Washington D.C.), Bad Brains comenzó a forjar una leyenda que acabaría en un titular tan pretencioso como definitivo: los pioneros del hardcore punk. Desde sus comienzos en 1977 hasta hoy, sus distintos integrantes han atravesado todo tipo de tormentas: separaciones, cargos por posesión de drogas, ataques de delirio místico (y no tanto), deserciones, denuncias de homofobia, ataques políticos y la carga que significa ser la avanzada de una generación que creció en los Estados Unidos entre chispazos de disturbios raciales y la asfixiante política económica de Ronald Reagan. Un cuadro de situación muy diferente al que ahora acompaña a la banda, quien se encuentra almorzando a las cuatro de la tarde en un lujoso restaurante de San Pablo, en Brasil, y, a juzgar por las risotadas de fondo, ya pasó por el postre.
“Recién pudimos sentarnos a comer y descansar un rato, ya que llegamos hoy a la mañana y necesitamos un poco de tranquilidad”, afirma Earl Hudson, baterista y miembro fundador del cuarteto norteamericano que se presentará por primera vez en la Argentina el próximo 16 de abril en Niceto. Pero no sólo de hardcore vive el hombre. Bad Brains supo como nadie construir un crossover único donde conviven pacíficamente punk, reggae, funk, hip hop y hasta thrash metal, abrazando la cultura rastafari e ingresando en un camino de espiritualidad que se da la mano con guitarras superpodridas y la cadencia del humo dulzón.
Todo en nombre de Jah, claro: “No sé si existe una sola cosa que nos haya acercado al rastafarismo, sino que son varios elementos. A veces escucho a la gente preguntarse qué es lo que está pasando y hacia dónde se dirige todo, y es ahí cuando uno debería empezar a sentir la vibración de las cosas positivas y es cuando más necesitás envolverte en ellas. Pasa todo por ahí, aunque sería muy largo de explicar en este momento”.
Debutantes en casete en 1982 con el ya célebre “disco homónimo”, el camino de los malos cerebros fue, digamos, espinoso. Al frágil desequilibrio interno que acompañó al grupo desde su nacimiento, se sumó en los últimos años el desequilibrio mental de su cantante y fundador, Paul Hudson, hermano de Earl, más conocido como HR, quien llegó a trabajar en sus días negros en una fábrica de bombas y misiles. ¿Qué le pasó? Parece que tanto rock and roll le quemó un par (quizá más) de neuronas y se le detectó un nivel medio de esquizofrenia. En otras palabras, el pibe flipó. Y dejó a sus compañeros sin su voz líder y característica, que hoy compañeros se encargan de reemplazar. “Mi hermano se encuentra muy bien y está haciendo música reggae en Texas, donde está viviendo ahora. No tengo dudas de que la debe estar haciendo desde el corazón, como siempre hizo”, confiesa el Husdon sano.
Abanderados del slogan “actitud mental positiva” y admiradores de la obra de Black, Flag, Sex Pistols y Bob Marley, los Bad Brains nunca se detuvieron a pensar hacia dónde estaban yendo; simplemente lo hacían. Así lanzaron en 2003 un álbum exclusivamente reggae (I and I survived), contrataron para la producción del reciente y ríspido Build a Nation a Adam Yauch, de Beastie Boys, y piensan volver a estudios en breve para grabar –¿con HR?– nuevo material.
–A ver, lo que sucedió es que había un movimiento desarrollándose y nosotros, de alguna manera, lo hicimos levantar y lo apuntalamos pero no solos, sino junto a otras bandas del momento. Recordá que por aquella época estaban los Dead Boys, los Sex Pistols. Los Clash ya hacían sus cosas. Había mucha buena música que venía de Inglaterra en esos tiempos, muy buena música. Y nosotros queríamos hacerlo a nuestra manera y empezamos la movida. Hoy ya llevamos mucho tiempo tocando hardcore.
–Nosotros pudimos sobrevivir porque estábamos en el lugar indicado en el momento indicado. Era el sitio más correcto donde podías estar. Además, todos nos involucrábamos en aquella movida; todo era punk rock, hardcore; la new wave que estaba sobrevolando también y tenía sus cosas. Era diferente entonces.
–Sí, fue muy difícil. Pero es el mundo de la música, man, así que no va a ser nada fácil. Ser músico es uno de los trabajos más duros que puede haber, siempre hablando del mundo del entretenimiento, por supuesto. Para nosotros no fue fácil para nada. Los chicos y la gente en general a veces dejan la escuela y todo lo que tienen alrededor por entrar al mundo de la música. Y no hay que olvidar que en algún momento la música va a pasar y nosotros quedamos.
–Creo que no me corresponde a mí decirlo. Sí hemos hecho un gran camino y hemos recorrido mucho hasta ahora. Podría decirte que fuimos los primeros, o que fuimos los pioneros, si es que la respuesta sirve en este caso.
–El desafío más grande es poder bancarse el sacrificio que significa estar en una banda de rock, que se acrecienta cuando pasan los años. Y la vida del músico no es nada fácil, porque detrás de esa vida hay otra, que es la tuya como persona. No es una tarea muy simple hacer que las cosas funcionen en este negocio, te lo puedo asegurar. Requiere de un gran sacrificio, creéme.
–Sí, se puede. Con fe, man. No siempre uno puede mantener una actitud positiva ante las cosas, porque sencillamente sería imposible, pero sí podés elegir qué actitud tomar. Si te volvés loco o perdés la cabeza es probable que no puedas generar nada positivo, por eso tenés que estar tranquilo para no enloquecerte y así poder lidiar con cosas como... este tremendo tráfico que hay en San Pablo (risas).
–Eh... ¿Bad Brains? (risas).
–Ah... la segunda. Qué podría decirte. Creo que, por lo menos para mí, la banda que realmente fue muy pero muy buena y que era muy cool fue Sex Pistols. Y tampoco me quiero olvidar de los Clash; ambas de Inglaterra. Pero los Pistols hacían una música muy cool, por eso me parecen los mejores, después de Bad Brains (risas).
–Pareciera que no existiera hoy una escena hardcore, aunque no me fijo mucho en esas cosas. Me estoy volviendo un poco viejo y tal vez por eso no encuentre nada nuevo que me interese. Antes, yendo atrás en el tiempo, sí veía una escena y no sólo eso, sino que también la viví y sé cómo fue. Pero aquella escena no volvió a repetirse y sucedió de una forma muy especial. Ahora lo único que me preocupa es la música que estamos haciendo con Bad Brains.
–Mirá, ésta es nuestra primera vez en Sudamérica y nos han tratado muy bien. Como siempre vamos a entregarnos en un ciento por ciento y esperamos recibir lo mismo de la gente que nos vaya a ver. Sé que vamos a encontrar un gran público allí.
* Bad Brains se presentará en Niceto el miércoles 16 de abril. A las 20.
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