LUNES: Dookie, de Green Day. Perfecto para escuchar por la mañana, resucitando el cuerpo antes de empezar la semana.
MARTES: The Process to Believe, de Bad Religion. Frente a la pantalla de la computadora, en riguroso horario laboral.
MIERCOLES: White Light White Heat White Trash, de Social Distortion. En el walkman, patinando con la tabla, preferentemente durante el atardecer.
JUEVES: Siamese Dream, de Smashing Pumpkins. También en el walkman, pero medio durmiendo en el bondi, y pensando en el recital del viernes.
VIERNES: El split de Cucsifae y Movil Vission. En el stereo de la Fuska, viajando hacia el recital.
SABADO: Rocket to Russia, de Ramones. De fiesta en la cocina, antes de ir a ensayar.
DOMINGO: OK Computer, de Radiohead. ¿Melancolía de domingo? Sí, pero almorzando a la hora de la merienda.