APUNTES DEL FORO MUNDIAL EN BUENOS AIRES
Hagamos lo correcto
Por Javier Aguirre
El buen ánimo de los conversos al optimismo, la urgencia de los luchadores de siempre y una cierta pachorra con cara de culpa de los teens que pasaban el caluroso sábado en un lugar distinto y real, eran los climas que rotaban entre los asistentes sub-23 al Foro Social Mundial, celebrado esta vez en Buenos Aires. Mientras que los ejes principales del evento estaban en la energía de algunos debates, los nodos de discusión y divulgación, y la inminencia de esperadas apariciones de la estrellas del Foro –el cocalero Evo Morales, el diputado Luis Zamora–; también había espacio para el paseo pintoresco, con puestitos de ventas de libros, artesanías, pins del Che o remeras con la leyenda Marx, líbranos de todo mal. Amén, y hasta folleteo del bueno: Uno invitaba a un mierdazo (sic) para el 15 de octubre, día de cumpleaños de Duhalde, bajo el sugestivo slogan “¿Qué le regalaría envuelto para regalo?”
Había turistas angloparlantes y picnics desenchufados –con más termo que sandwiches–, y también muchos pibes con camisetas de clubes del Interior (Newell’s, Colón y Belgrano, las hinchadas más globalifóbicas), buena prueba futbolera de lo federal del público asistente. Curiosidades aparte, la buena concurrencia a los debates dejaba la sensación de un evento realmente vivo, con actividad y buena tensión. La diversidad de voces individuales también impacta. Margarita Méndez, de 26 años, estudia en la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas en Cuba, becada junto a otros 200 argentinos, y se sintió conforme con el Foro: “Me gustó, estuve en algunas charlas sobre Historia y sobre producción de medicamentos. Es una instancia de debate, después habrá que tener decisión y actuar; no quedarse sólo en la discusión, y pasar a construir”, reflexiona.
Por su parte Roberto Caseros –17 años, remera de 2 minutos– es estudiante secundario y fue a la Plaza Houssay con dos amigos y con su mamá, docente. “Vengo para escuchar e informarme. Los problemas que está pasando el país me importan, y creo que hay que hacer algo, y no pensar que los políticos van a arreglar algo. Hagámoslo nosotros”.