AMPARANOIA, FIDEL NADAL Y KARAMELO SANTO
Estas agrupaciones repiensan el estado de la cruza de géneros, para intentar no terminar en el cajón de la world music. “Amparanoia va a ser una patada para el rastafari toma-mate argentino”, provoca Goy.
› Por Mario Yannoulas
De Barcelona a Buenos Aires. Del híbrido a la antropología. De Joe Strummer a Tito Puente, y de los albores de los ‘90 hasta hoy. De la escena alternativa, el rock mestizo tendrá su lugar –aunque acotado– en el festival primaveral. Nunca se supo bien qué lugar ocupaba el mestizaje, más allá de haber ido a parar rápidamente al cajón de la world music. El género de géneros es un comodín para la industria festivalera –hay que hacer toda la gracia en escasos minutos– y, sobre todo, de la música entendida puramente y exclusivamente como diversión.
Amparanoia llega una vez más a la Argentina, ahora para despedirse. Con su mezcla de ritmos españoles y latinos (rumba, son, bolero, algunos de ellos), el grupo comandado por la cantante andaluza Amparo Sánchez mantiene alta la frente del mestizaje en Europa. En efecto, decidió incluir aquella tapa del NO que la coronaba “Reina del mestizaje” en el booklet de su disco doble y DVD en vivo Seguiré caminando. “Desde pequeña oigo música que venía de América, siempre han existido puentes de comunicación con España. Al principio de Amparanoia escuchábamos grupos argentinos como Los Fabulosos Cadillacs y Todos Tus Muertos, que de alguna manera influyeron en mi música. Pero, además de esa fusión, hay conexión a partir de las letras y la literatura latina”, revela en charla transatlántica.
“No entiendo del todo por qué Amparanoia va a tocar en la fecha reggae porque, si bien está mestizada, su música tiene mucha influencia latina. De todas formas está bien, va a ser una patada en los huevos para el rastafari toma-mate argentino”, provoca Goy Ogalde, líder de Karamelo Santo. Goy prefiere tomar con pinzas el concepto de “rock mestizo” pues, dice, es un seudónimo inventado por los catalanes para definir a una música que carecía de identidad. “Ellos mestizan cosas de Pakistán o de Arabia, tienen otro concepto. Nosotros hacemos un rock afroindio, zambo, y tocamos cumbia y cosas ligadas al folklore latino. Este tipo de bandas, que ya somos muchas, fuimos tomando nuevamente los festivales. Ahora tocan Andando Descalzo, Pampa Yakuza y Kapanga, que hace una especie de mestizaje con el cuarteto. Ni siquiera la prensa se había dado cuenta de que existía un movimiento importante, pero parece que estamos ganando por cansancio.” Goy viene de su octavo año de gira por Europa, en el que Karamelo sonó desde España hasta Hungría, cosechando aún más experiencia en festivales de todo tipo. El aforo, dice, va entregado a los artistas. “El que paga cien pesos una entrada la quiere pasar bien. El público argentino es muy abierto, contrariamente a lo que pasa con los músicos, y por eso los festivales no pasaron de moda, porque la gente vuelve por la misma gente, no por los artistas, que suelen ser los mismos.”
Por su parte, además de Ky-Mani, otro de los hijos de Marley (no el del muro), y de la propuesta de Amparanoia, la noche reggae también contará con Fidel, que hoy estrena un disco (International Love) al que no pretende poner en palabras, acercándose más al artista intuitivo que al estudioso. “Quizá los críticos del arte sean más hábiles para describir la música, pero yo no me dedico a eso, mi disfrute es hacerlo. Si lo tuviera que meter en algún concepto, diría que es un disco de reggae que no apela al estilo ortodoxo, y con algo de dancehall”, concede. Dos invitados son sus amigos Hugo Lobo de Dancing Mood y Pablo Lescano de Damas Gratis.
El ex TTM, banda que incursionó a su manera en el mestizaje durante los ‘90, ahora parece más hermanado al reggae que nunca, incluso con un fundamento religioso, aunque sabe que su estilo no es puro. “Si bien es lo mío, es la música que escucho, la que más vivo, cuando hay otra cosa que me gusta, me nutre instantáneamente. No hago un licuado de estilos, pero hay géneros que me influyen y pueden darle un toque diferente”, repasa.
“Tenemos un público cómplice que nos busca, aunque no seamos muy difundidos. Entre nosotros hay un puente construido, en el amor al reggae, a cantar lo que vivimos”, indica Amparo. “El estilo fue bastante criticado, fundamentalmente por la falta de compromiso que hubo a fines de los ‘90, cuando todos usaban la remera del Che. Yo vi a ese rock muy hipócrita. Durante casi diez años fue muy difícil llevar una postura de banda testimonial, que no quería ser ni rolinga, ni Duran Duran. Por fin en un festival así se está considerando incluir a un movimiento de gente que mestiza elementos del folklore con algo de candombe y un montón de otras cosas”, celebra Goy. Ahora, Amparo piensa en un futuro cerca del linaje mestizo: “Todavía tengo esa pasión por la mezcla, pero el tiempo ha pasado, y he vuelto a un momento en que quiero escucharme la voz y tocar con menos instrumentos”, anticipa.
* Fidel y Amparanoia tocan este viernes durante el Día 1, junto a Ky-Mani Marley, Los Pericos, Cultura Profética y Gondwana, entre otros. El sábado, Karamelo Santo compartirá el Día 2 con bandas como Catupecu Machu, Carajo y Arbol, entre otras.
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