Jueves, 25 de septiembre de 2008 | Hoy
EXCLUSIVO: MÖTLEY CRÜE CUENTA BASTANTE
LA BANDA INSIGNIA DEL GLAM METAL DE LOS ‘80 LLEGA POR PRIMERA VEZ AL PAIS PARA DEMOSTRAR CUAN CIERTO SE TOMARON ESO DE SEXO, DROGAS Y ROCANROL. DICE TOMMY LEE: “ESTE AÑO INSTITUI UNA NUEVA REGLA: NO SE PERMITE QUE ENTRE AL CAMARIN NADIE QUE TENGA EL TORSO CUBIERTO POR ALGUNA PRENDA”.
Por Roque Casciero
Señores padres, cuiden a sus hijas: los Mötley Crüe están a punto de desembarcar por primera vez en Buenos Aires con sus integrantes originales Nikki Sixx, Mick Mars, Vince Neil y Tommy Lee. Y aunque tres de los integrantes estén cerca de los 50 y uno ya los haya pasado hace rato, el (por muchos motivos) célebre Tommy Lee dice que lo que nunca cambió desde los 80 —cuando la rompían con hits de glam metal como Girls, girls, girls y Dr. Feelgood— son los camarines de la banda después de un show. “Son exactamente iguales... ¡o peores!”, se ríe el batero. “Este año instituí una nueva regla: no se permite que entre al camarín nadie que tenga el torso cubierto por alguna prenda. En realidad, tenés que sacarte una prenda, si querés podés sacarte los pantalones y dejarte la camisa, o al revés. Pero sí o sí tenés que sacarte algo, porque eso garantiza un backstage divertido en el que la gente baila desnuda arriba de la mesa”. El ex y actual marido de Pamela Anderson dice que ellos juegan limpio, por eso a veces dejan entrar a los fans varones, pero que se les aplica la misma regla: “Tienen que sacarse la remera o revolear la pija. Y mierda que les va bien con las chicas en el camarín”, afirma.
—Ehhhh, bueno, quién sabe...
—Es verdad. Fue muy raro cómo pasó todo, pero, sí, definitivamente no hizo ningún daño (risas).
—Oh, mi Dios, ¡constantemente! Deberíamos tatuarnos eso en la puta frente.
—Me gustaría decir que sí, pero probablemente no (risas). Mientras haya chicas en el mundo, siempre habrá problemas. Y no importa la experiencia que tengas. ¡Hay guerras que se desatan por una concha!
—Sí, incluso pasa en el escenario. La última canción que tocamos en los shows es Home sweet home y ponemos un video que es un hermoso collage de nuestras vidas. A veces levanto la vista hacia las pantallas y veo fotos mías de cuando tenía 17 años. Tengo que admitir que es muy impresionante ver eso, me pongo nostálgico cuando veo esas cosas.
—También. Fue un proceso curioso, porque cada uno hizo entrevistas (con el periodista Neil Strauss) por separado y cuando pudimos leer el libro reaparecieron un montón de momentos de nuestras vidas que no recordábamos. Por ahí Nikki se acordaba de algo de lo que yo me había olvidado por completo, o viceversa. Fue mejor hacer el libro así que estar todos en la misma habitación. Además, cada uno tiene su propia versión de lo que pasó, basada en lo que cada uno recuerda. Y hay mucho que no recordamos porque nos lo pasábamos hechos mierda todo el tiempo.
—Todo el tiempo, man. Si no podés reírte de vos mismo, le estás errando feo, porque siempre hay momentos de comedia. Y creo que eso les pasa a todas las bandas, ¡sólo que alguna gente no lo admite!
—Ustedes no sólo lo admitieron por escrito sino que planean llevar The dirt al cine.
—Sí, aunque no sé cuándo podremos hacerla realidad. De todos modos, estamos trabajando en eso.
—Sí, creo que encajo en esa categoría. Hemos pasado cosas muy locas: gente que murió, autos que chocaron, cárcel, drogas, problemas de salud... ¡Mierda! Todos nosotros hemos pasado por momentos de locura, hemos estado en lo más alto y en lo más bajo, y eso es lo que te forja el carácter. De otro modo, no viviste la vida. Así que, sí, definitivamente soy un sobreviviente.
—Dios, me mata cuando me preguntan eso porque hubo tantos momentos locos... No sé, lo primero que me viene a la mente ahora tiene que ver con lo que le pasó a mi amigo Travis Barker (baterista de Blink-182, que sobrevivió a un accidente de aviación). Si tuviera que contar las veces que tuvimos que volar en medio de una tormenta y aterrizar de pedo... Más de una vez pudimos haber muerto, pero tuvimos suerte. Eran esos momentos en lo que empezaba a pensar: “Dios mío, permití que vivamos, por favor dejanos vivir”. Y miraba a mi alrededor y todos se habían hecho religiosos de golpe (risas).
—¿Sabés qué? Seguramente cualquiera pensaría que fue una mierda, pero para mí fueron los mejores cuatro meses que pasé en mi vida. No había televisión, teléfono, gente, nada. Nosotros vivimos como locos todo el tiempo, siempre de gira o grabando, yendo de un lado al otro. Y cuando estuve en la cárcel fue el primer momento de mi vida en el que no iba a ningún lado. Son cosas que te dan la posibilidad de sentarte en soledad, tranquilo, y pensar sobre tu vida, tratar de responderte por qué hacés ciertas cosas y por qué estás preso. Para mí fue un momento cool de introspección, era algo que realmente necesitaba. Fue una buena experiencia. Obviamente que hubiera preferido unas vacaciones tranquilas en la playa en lugar de la cárcel, pero al fin y al cabo fue lo mismo. Claro que en mi vida con la banda también hubo momentos increíbles, como ir a Rusia por primera vez. Y seguramente esta gira por América del Sur va a ser uno de esos momentos inolvidables, porque hace años que estamos esperando para ir. Sé cómo es el público allá porque vi videos de bandas que ya fueron: son una manga de enajenados de mierda, justo como nos gusta a nosotros.
—En un festival es difícil porque no viajamos con tanta producción, pero estoy seguro de que después de esta visita vamos a volver con todas esas locuras que nos gusta usar. Igual vamos a hacer un gran show con temas del nuevo disco y también los clásicos. Va a ser demoledor, así que estén preparados.
* Mötley Crüe toca el sábado 11 de octubre, a las 21.30.
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