La búsqueda de la polémica mediática como motor para obtener promoción y popularidad no ha sido, históricamente, un recurso ajeno al rock: son más que recordados los casos de las Arctic Frigids (el trío femenino de grindcore que escandalizara la región escandinava con su apología de la falta de deseo sexual), del Lama Que Llama (el grupo dance más provocador de Asia, que mostraba al Dalai Lama como un adicto a los teléfonos celulares y al SMS) o de Los Poronga (la banda belga que hiciera carrera merced a las fanfarronerías sexuales).

Sin embargo, el rock argentino no había tenido ningún exponente tan claro de la búsqueda desembozada de escándalo hasta la irrupción en la escena de Jagger Se La Come. Sus conferencias de prensa constituyen una metralla de polémicas, verdaderos ping-pong en los que a cada pregunta responden con munición gruesa y venosa. Tal como ocurriera tras su concierto –a las dos de la tarde, en la cancha de River– en el marco del Cucatrap Fest, el megafestival patrocinado por una reconocida marca de veneno para cucarachas. “¿Qué opinan de los productores de festivales de rock?”, les preguntaron. “Todos imbéciles”, replicó el cantante Thiago Se La Come. “¿Y los críticos de rock del Suplemento NO?” “Todos pelotudazos”, disparó. “¿Y los funcionarios del Poder Ejecutivo?” “Todos delincuentes”, vomitó. “¿Y los Beatles?” “Todos pedorrientos”, precisó. “¿Y Maradona? ¿Y Messi? ¿Y la Madre Teresa de Calcuta? ¿Y los niños hambrientos de Africa? ¿Y Luis Alberto Spinetta?” “Todos putos”, desafió. Hasta que la conferencia debió interrumpirse cuando Thiago opinó que los bateristas son “todos tragasables”, lo que motivó que el propio batero de la banda, Joey Se La Come, le reventara en la nuca un bidón de veneno para cucarachas del patrocinador del evento.

Mientras la escena rock debate si se trata de calculadas estrategias de marketing o de una genuina y cristalina vocación por el quilombo, Jagger Se La Come gana popularidad día a día y ya es la banda de mayor rotación en los rankings de rock indie de los programas de Chiche Gelblung y Jorge Rial. E inminente álbum debut, Nuestro público es una manga de infradotados, promete más.

* Cualquier parecido con la realidad, sería bueno que no llegara a oídos de los abogados de los Rolling Stones.