Jueves, 18 de diciembre de 2008 | Hoy
LA BANDA QUE NUNCA VAS A ESCUCHAR
Por Javier Aguirre
El look perdedor, la estética del antihéroe, la mirada esquiva, los anteojos de nerd con grueso armazón negro y la cara de idiota triste han brindado pingües dividendos a numerosos artistas de rock. “El público está cansado de aclamar a winners totales como Mick Jagger o Madonna, y hoy prefiere dirigir su adoración rockera hacia personajes más vulnerables, endebles, falibles, indignos del menor respeto”, teoriza Pabloser, guitarrista de Juira, la banda de folk-rock que ha hecho del derrotismo una marca registrada. Es que detrás de su feroz discurso autocrítico, patente en canciones como No puedo ser tan hijo de puta de componer esta verga, Adiós, autoestima o Que alguien detenga esta vergüenza, Juira ha advertido una eficaz manera de alimentar cierta empatía con sus seguidores. “Lo que pasa es que el público está básicamente formado por perdedores y mediocres sin talento, ni oído musical ni el más elemental buen gusto; por lo que su identificación con nuestra propuesta resulta inmediata”, intercede el bajista Laslo Creep. Y tiene razón, ya que la jugada de marketing rocker parece haber funcionado a la perfección. Miles de adolescentes llevan pins con la leyenda “Quiero sonar tan mal como vos”, leit-motiv del primer hit de Juira, Devuelvan la plata. “Lo más difícil es, durante los shows, disimular nuestra alegría”, irrumpe el cantante Mario Andateburro. “Con la horrible música que hacemos, nunca pensamos que íbamos a estar como hoy, levantándola con pala y poniéndola como bestias”, se sincera el frontman, en un estricto off the record que este suplemento decide violar por tratarse de un anónimo artista del under.
Abucheados hasta la emoción en cada una de sus presentaciones, los Juira se preparan para dar el gran salto ahora que una compañía discográfica multinacional decidió apostar por ellos. “Son muy malos y venden bien, así que responden con exactitud a lo que estamos buscando”, explica un alto ejecutivo de la compañía, en un estricto off the record que este suplemento opta por respetar al tratarse de un contacto empresarial que no habría que incomodar. Su disco debut, Mejor poné la tele, promete un alto impacto a caballo del lennoniano hit 13 tiros, cuya letra esculpe con crudeza y mal sonido el espíritu loser de la banda: “Esta desafinación/ es la peor de mi vida./ Ay, si Lennon la escuchara,/ él mismo va y se suicida”. ¡Temazo!
* Cualquier parecido con la realidad es porque la realidad a veces no está a la altura de las circunstancias.
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