Jue 15.01.2009
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CONOCé A LOS TINY MASTERS OF TODAY

¡Vamos los pibes!

Ada e Ivan son dos neoyorquinos que grabaron su primer disco cuando todavía estaban en la primaria. Eso no sería tan raro si el álbum no fuera una deliciosa explosión de punk prepúber y si David Bowie no hubiera calificado al primer single de los hermanitos como “genial”. Después de varias giras (¡durante las vacaciones del cole!), los “maestritos” ya tienen listo su segundo trabajo, que produjeron ellos mismos. Los chicos están bien...

› Por Roque Casciero

Russell Siminis, la bestia que aporrea parches en Blues Explosion, escuchó el single K.I.D.S. (grabado en una compu casera) y se propuso no sólo como productor de la banda sino también para ocupar el vacante rol de baterista. A través de él llegó el contacto con Karen O y Nick Zinner, cantante y guitarrista de Yeah Yeah Yeahs. Kimya Dawson, ex Moldy Peaches, se ofreció a participar del disco con un mensaje en MySpace. Y finalmente en el debut también se prendieron Fred Schneider (B-52’s) y Gibby Haynes (Butthole Surfers). Como para coronar la lista estelar, llegó el comentario de David Bowie, quien calificó de “genial” al single. Todo eso les pasó a los Tiny Masters of Today en 2007, cuando el mayor de sus integrantes tenía... ¡12 años! Y todo eso sin la maquinaria publicitaria que convierte en fenómenos a los Jonas Brothers o a los de High School Musical: rock indie de verdad... hecho al regreso del cole.

Bang Bang Boom Cake, el disco debut del dúo formado los hermanitos Ivan y Ada, hechiza tanto por su frescura como por la precoz madurez para las melodías. Los parlantes explotan de punk rock cortajeado por electrónica (cortesía de Siminis y el DJ Atsushi Numata) y entonces llegan los estribillos, sencillamente encantadores. La voz de Ada (que además toca el bajo, teclados y percusión) aparece enmascarada por efectos, pero igual se le nota que tenía 10 años al momento de grabar. Ivan es el guitarrista y también canta a través de filtros. Y aunque ellos contaron que el disco hablaba fundamentalmente de cómo es ser un chico, explota la canción Bushy, en la que Ada “acusa” a George W. de usar ropa interior rosa. “Cuando la compuse tenía 8 años y supongo que estaba enojada por la guerra”, le explica al NO la damisela vía mail. “No hay nada de malo en usar ropa interior rosa, pero imaginé que eso iba a molestarle.” Y sí...

David, el padre de los TMOT, fue baterista, pero hacía rato que no tocaba, por eso no cree haber influido en la decisión de sus vástagos de formar la banda. “Vivimos en una casa chica, así que no fue exactamente un secreto”, aseguran. “Todo sucedió de manera muy orgánica y muy rápido. Al principio hacían ruido en el basement y después eso empezó a tomar forma de canción.” Ahora, ¿cómo se les ocurrió a los chicos armar una banda de rock? Lo explica Ivan: “No teníamos Playstation y no nos dejaban mirar mucha tele. Estábamos literalmente aburridos y nos pusimos a hacer música para divertirnos”. El cantante y guitarrista dice que incluso hoy, después de dos giras europeas y varias presentaciones en festivales importantes, Ada y él siguen “impactados” de que tantas estrellas le hayan prestado atención a ese proyecto que nació del embole. Y David, fan de Bowie, sigue preguntándose cómo fue que la música de sus vástagos llegó a oídos del Duque Blanco: “Nunca lo conocimos, ni hablamos con él. Cuando salió el disco hubo un montón de críticas positivas y pasaron cosas muy extrañas, pero lo de Bowie realmente nos dejó paralizados”.

Más allá de tener fans tan grossos, los TMOT viven como muchos otros chicos de Nueva York, según David. “Quizás un día en nuestra casa sea un poquito más anárquico, pero eso es todo. A veces es un pandemónium con todo el mundo a las corridas para tratar de llegar a tiempo a la escuela, o peleando por la computadora o las tareas y todo eso. Los chicos no ensayan muy a menudo; a veces pasan varias semanas sin que toquen. Y como por lo general escriben las canciones en la computadora antes de tocarlas, la mayoría de la acción es en el living y Nancy (su esposa) yo las escuchamos durante todo el proceso.” Lo que el padre notó es que, desde que formaron la banda, Ada e Ivan “están más unidos que antes”. “Pasan mucho tiempo juntos y también rodeados de adultos. Pelean como todos los chicos, pero también se mueven como equipo.”

Cuidadosos, los papás no dan a conocer su apellido ni dónde viven para proteger a sus hijos. David dice que hasta ahora no tuvieron problemas, pero que “podría ser muy feo que empezaran a llamar desconocidos o que se aparecieran en casa”. “La gente ha sido amable en su mayoría y, aunque los chicos reciben mensajes negativos, por lo general son sobre la calidad de su música o sobre temas políticos, y dentro de lo aceptable. Los reconocen por la calle todo el tiempo, pero siempre gente amigable. No estamos obsesionados con el tema de la privacidad, pero vivimos días de interés intenso de los medios en las celebridades y eso es un poco atemorizador. Tratamos de evitarlo todo lo posible.” Por ese motivo han rechazado propuestas de realities, por ejemplo, lo cual cuaja muy bien con el espíritu indie de TMOT. “No creo que me gustara ser superfamosa”, afirma Ada. “Disfruto mucho de lo que hago, pero también quisiera hacer otras cosas. Me gustaría ser diseñadora de modas o escritora. Y antes quería ser egiptóloga.”

Los TMOT sólo salen de gira durante las vacaciones. “Los dos van a la escuela pública en Nueva York, que tiene reglas muy estrictas sobre faltar a clase, así que tenemos que ser cuidadosos”, se planta David. “Además creemos que sería un error menospreciar la educación. Britney Spears abandonó la escuela a los 14: eso alcanza para disuadir a cualquiera.” Ada asegura que es buena alumna, mientras que su hermano echa mano al viejo y querido “sin comentarios”, adecuado en un fan de Joe Strummer como él. “Muchos de los maestros y de los chicos de nuestra escuela ni siquiera saben que tenemos la banda”, dice Ada. “Algunos se dan cuenta cuando aparecemos en alguna revista o diario importante. Cuando salimos en Teen Vogue lo vieron muchos chicos; cuando aparecimos en The New York Times se enteraron los maestros.”

A Ivan y Ada les encanta salir de gira, por supuesto: “Nos gusta mucho viajar y estuvimos en muchos países. Lo mejor es cuando podemos ver y conocer a otras bandas en los festivales”, suelta él. Y su hermana menor lo reafirma: “Los viajes son lo mejor de todo esto, pero además hicimos muchos amigos”. Quienes no lo pasan tan bien son papá y mamá, que ofician de plomos de los TMOT: “Las giras son un trabajo muy duro y, francamente, ser asistente es un asco”, confiesa David. “No toco la guitarra, pero tuve que aprender a afinarlas y a repararlas.” En los últimos meses, Ada, Ivan y Jackson Pollis, el nuevo batero (18 años) se concentraron en la grabación del segundo disco, al que la niña describe como “no demasiado diferente al primero, aunque con algunas sorpresas”. “Es un poco más experimental. Lo produjimos nosotros mismos y no tendrá invitados especiales. Esperamos que salga en algún momento de la primavera (boreal).”

Ahora bien, ¿Bowie, Siminis, los medios y el público le habrían prestado atención a los TMOT si hubiesen sido más grandes? Con gran lucidez, Ada opina que es probable que su edad sea parte del atractivo. “Sin embargo, hay muchas bandas de chicos, así que espero que nos escuchen porque les gusta nuestra música. Igual, también hay mucha gente que odia lo que hacemos.” El papá lo analiza más a fondo: “Hay algunos que los atacan y dicen que nadie les daría bola si fueran más grandes, pero creo que le erran al enfoque. Lo que lo hace extraordinario es precisamente que son muy chicos. Tienen claras limitaciones como músicos y algunas canciones ¡tienen un solo acorde! Pero hay una inventiva real que proviene de esas limitaciones y es muy refrescante. Hacen mal algunas cosas y eso suena interesante, mientras que de un adulto se esperaría que las haga bien. Además, todo pasa por el filtro del cerebro de una persona de 12 años. Ada escribe la mayoría de las letras y tiene una perspectiva inocente e inmadura, obviamente, pero también es muy desenvuelta y natural”. ¿Un ejemplo? Pregunta del NO: “¿Conocen algo de la Argentina? (por favor no googleen el nombre del país antes de responder)”. Respuesta de Ada: “Vimos Evita. ¿Eso cuenta?”.

“A veces todo es muy divertido y debería ser disfrutado en esos términos: no hay que pensarlo demasiado”, sigue David. “También hay quienes se enojan por sus opiniones políticas, que no son demasiado sofisticadas. Pero sugerir que los chicos deberían callarse la boca es un pensamiento retrógrado. Los chicos tienen que poder ser irrespetuosos con todo... ¡excepto con sus padres, por supuesto!” David confiesa que miró con escepticismo todo el proceso, porque sabe que todo padre cree que sus hijos son talentosos: “Cualquiera sostiene con imanes un dibujo en la heladera, pero eso no significa que deban estar en un museo”. De todos modos, le parece innegable que existe algo interesante en la música que hacen sus hijos y en el modo en que la hacen: “Pone muy feliz a alguna gente y enoja mucho a otra. En el lugar de donde yo vengo, eso es bastante punk”.

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