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Jueves, 12 de septiembre de 2002

EL RITMO DE BANDA CRIOLLA

De acá

 Por Cristian Vitale

”Un disco independiente en un país dependiente.” El slogan no sólo opera en favor de Norte Up y el Sur Down –tercer disco de Banda Criolla–, sino también como postura ideológica de un grupo que se atrinchera en retazos de identidad sudamericana. Se trata de un septeto cuya fórmula rock furioso + folklore + algo de tango va de la mano con letras que apuntan contra todo tipo de coloniaje. Para entenderlos mejor, inventaron un personaje: “el rock-folker”, al que definen con una lista de características propias, en los antípodas de Charly García y Babasónicos. A saber:
l No vivir de la música. Lo opuesto al rock-folker es una estrella de rock...
Darío Panico (bajo): –El rock-folker está en contra del rock-star. De hecho, la banda tiene 4 cantantes.
l Simplicidad visual: Un rock-folker no tiene un look definido ni trabajado...
Eduardo Rennes (guitarra y voz): –Con sólo verlo te das cuenta. No es una postura antiestética, pero tiene que hacer un esfuerzo muy importante para pensar qué ropa se va a poner en cada show. Si es por él, toca con jeans de laburo y así.
l Líderes y figuras emblemáticas: no tiene. Un rock-folker cree en la gente
que lo rodea y en sí mismo...
ER: –Así como no quiere ser estrella, tampoco cree en ellas, sino en las personas que tiene al lado, porque puede comprobar sus actitudes. El camino lo hace él mismo, aunque a veces suene a U2 y otras a Larralde.
l Sexo, droga y rock and roll no significa nada en la vida de un rock-folker.
Su trilogía favorita es asado, siesta y mate...
ER: –Igual tiene sexo. Pero el asado, la siesta y el mate son rituales comunitarios alucinantes. No es necesario estar reventado para hacer rock.

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