Jue 12.03.2009
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LA BANDA QUE NUNCA VAS A ESCUCHAR

Hoy: Zwantpaugh, rock de culto *

› Por Javier Aguirre

Ser un artista de culto resulta mucho más que un premio consuelo para aquel músico que no ha cosechado las mieles del éxito (ni el dinero propio del éxito, ni las groupies propias del éxito, ni el champagne-cortesía-de-la-casa propio del éxito, ni las invitaciones a magazines televisivos conducidos por Leo Montero propias del éxito). El artista de culto representa el “bien igual” del circuito rockero, la palmada condescendiente, el respeto pachorriento, y la fe ilusa en que el rock, como el fútbol, siempre da revancha. Lejos de los flashes, de los megafestivales y de la pasión popular, los integrantes de bandas de culto desafían las leyes de la afinación y emprenden un camino de sacrificio interno e indiferencia externa con el objeto de que, tal vez, la prensa especializada del año 2028 los destaque como “la gema olvidada de 2009”. Y que la fama les llegue, por fin, aunque trayendo bajo el brazo problemas de calvicie y una panza blanda.

“No queremos agradarle a nadie”, disparan los Zwantpaugh. Y vaya si lo logran. Su sonido, como de motochorro en fuga; sus melodías –ásperas e ingratas como virulana después de rasquetear vómito viejo– y sus letras enemistadas a muerte con el idioma castellano convirtieron a este quinteto en la principal banda de culto de Caseros. “Algún día alguien nos descubrirá, y probablemente ese alguien sea hipoacúsico”, vaticina el cantante Ermindo Brozzonatta, quien revela que la banda ya distribuyó demos entre periodistas de rock y otros presuntos formadores de opinión. “Todos nos confirmaron que es una bosta, así que vamos bien”, se ilusiona el vocalista, y teoriza: “Nadie va a olvidarnos, porque para que te olviden, primero tienen que recordarte. Y nadie puede recordar jamás un nombre complicadísimo como el nuestro”.

Uno de los demos en cuestión llegó a la mesa de trabajo del NO, y a pesar de que su escucha causó incidentes en la redacción y desubicados gritos de “¡Apaguen esa mierda!” provenientes de la planta periodística no rockera de este diario, es justo decir que la letra del hit de Zwantpaugh, El público no va a poder venir, representa con agrio orgullo el espíritu del artista de culto: “No sé de aplausos masivos,/ contadores, ni litigios./ Aunque doy vergüenza en vivo,/ lo hago por el prestigio./ Me tendré que conformar/ con ser artista de culto./ Nunca seré popular,/ no luce grande mi bulto”.

* Cualquier parecido con la realidad debería ser discutido en el próximo cónclave de la ONU del rock.

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