[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Imaginar a Will Ferrell corriendo con sus nalgas al aire o a Seth Rogen vaciando el cargador de una pistola en un film de Ezequiel Acuña puede sonar extraño. Pero el director que se destacó con sus postales poéticas y sentidas de la adolescencia (Nadar solo y Como un avión estrellado), sobre sus encapsulamientos y búsquedas de felicidad, cambia el ángulo para observar este tiempo y los tics generacionales. Dice que mientras realizó Excursiones, su opus 3 a estrenarse en el Bafici, se “la pasó hablando” de la nueva comedia americana y en especial de la factoría Apatow (Superbad, Pinapple Express y Knocked Up, entre otras). Lo particular es que la historia de dos amigos que arañan los 30, nace de los primeros tiempos de Acuña tras las cámaras. Como en Before Sunset, los personajes de su corto Rocío –realizado en el ‘99– son el “motor” de Excursiones. Marcos y Martín se reencuentran tras haberse distanciado por una razón a develarse en el film. “Yo tenía 22, ahora tengo 32, en ese momento tenía la necesidad de filmar ante todo. Rocío se hizo en Súper 8, con mucho disfrute involucrado y el resultado del corto fue tan positivo que Excursiones nació de la idea repetir el trabajo.”

Así aparecen los mismos actores (Alberto Rojas Apel, Matías Castelli), otros intérpretes fetiche del realizador (Santiago Pedrero, Ignacio Rogers), algunos nuevos como Martín Piroyansky, y su habitual gesto por develar la cultura pop. El objetivo es muy simple: “Hablar de la amistad y de reencontrarse con alguien a quien quisiste y en definitiva querés y que necesitás”. El disparador es una obra de teatro escolar que un guionista de TV y un empleado de una golosinería quieren reponer. Acuña no esquiva las referencias que resuenan de otros films como Rushmore de Wes Anderson o Los paranoicos de Gabriel Medina (“una de las mejores películas de 2008”), y duplica la apuesta dando más señales. “La comedia yanqui tiene películas donde la amistad es muy grande y muy fiel, desde Cuenta conmigo hasta El hijo de Rambo.” Si su debut se centró en la “teenage angst” (“imagen de esa época de los ‘90 porque ya cambió la estética, la tecnología y la música”), Como un avión estrellado reincidió con el desfasaje emocional del sub-25, al punto que Acuña señaló, por ese entonces, que no estaba tan mal tener una edad para sufrir. “Hoy estoy completamente en desacuerdo –dice y lanza una carcajada–. Es que uno se pone en romántico frente a la tragedia. Creo que Excursiones, aunque tenga un componente melancólico, viene a tapar eso. El absurdo está presente, pero no tiene el nivel de descontrol y exceso de la nueva comedia americana. Aunque de filmarla de nuevo lo podría tener. Lo que me interesa de ese cine es su autenticidad.”

Acuña prescinde, además, del tono azul o el sepia otoñal por un blanco y negro trabajado. “Para respetar al corto original, pero también porque no quería resaltar cosas del arte, e implicaba laburar con menos cantidad de gente, cosas, decorados. Algo más directo, en definitiva.” ¿Y qué hay de la música? Esta vez no hay Jaime Sin Tierra (aunque especifica que junto a Los Planetas le gustan más que Radiohead), sí música incidental creada por actores del film y “que ayuda con el tono del encuentro”, referencias a The Buzzcocks y canciones de La Foca, una banda uruguaya por la que Acuña desistió de hacer rockumentales sobre la escena rosarina comandada por Planeta X o la actual platense, para pensar muy seriamente en registrar a esta “no banda”. “Uno hace vitraux, otro es ingeniero, los ensayos duran 20 minutos; cuando vinieron a grabar cambiaron las cuerdas de la viola arriba del Buquebús. Son el cero glamour del rock. Tocaron covers de Carlos Mata en una heladería de La Paloma, y los afiches los habían hecho a lápiz.”

* Excursiones se da el 26 de marzo a las 22.30 y el 27 a las 20 en los cines Hoyts. Y el 29 de marzo a las 17.45 en el cine Atlas Santa Fe 1.