No será una hackerlarre. Si bien los techies desempolvarán sus marmitas, especias, recetas y cánticos, más guiados por el alma de una cofradía, los une otro leitmotiv. Que la mayor cantidad de personas se entere de las ventajas del Software Libre, lo usen y lo fomenten. Esta nueva edición del Flisol demuestra que el paso de hormiga está dando lugar al de elefante por la mayor cantidad de países inscriptos y las sedes del Install Fest (más de 200 ciudades de Latinoamérica, 28 argentinas), lo que convierte al encuentro de Software Libre en uno de los más grandes del mundo. “Hoy la actividad de los grupos se ha diversificado y está cubriendo temas que antes ni se tenían en cuenta como la cultura libre. Sólo es superado por el Software Freedom Day, otro evento de la comunidad. Así que la movida está en la cresta de la ola”, apunta Sebastián Criado, el coordinador argentino.

Será un ir y venir de charlas, además de CPUs y notebooks recargadas con sistemas operativos como el GNU/Linux: “Son la punta de lanza del software libre en lo que respecta a distribuciones. Pero no existirían si no fuera por el trabajo de 25 años del Software Libre”, explica. Aunque la imagen de Tux y Ñu juntos, los logos de los dos sistemas operativos, “o la libertad guiando al pueblo de Delacroix”, son las elegidas por Fernando Da Rosa de Uruguay (donde el Estado apoya la iniciativa) para referirse a este hacer que tiene su ética. “Preferimos el término Software Libre a código abierto. Una vez que la persona ha escuchado que se refiere a la libertad en lugar del precio, implica ocuparse por ella. La palabra abierto nunca se refiere a la libertad”, suma Luciano Rossi, otro de los organizadores locales.

Ellos mismos saben de los mitos que circundan al software libre, por eso toman la jornada para diseminar otro camino. “El mayor mito es que el Software Libre es gratuito. Esto, aunque en la mayoría de los casos es así, no es un requisito para que sea software libre”, dice Criado. “Lo cierto es que el modelo de negocios es otro. No se cobra por licencia sino por servicio. Uno puede cobrar por la capacitación, el tiempo de desarrollo, de soluciones y soporte. Así se impulsa la economía a nivel regional”, explican. Otras fábulas: “Atenta contra los derechos de autor”, “es difícil” o “vas a quedar aislado del resto”, cuando, en realidad, “hay aplicaciones compatibles y adaptables a las necesidades del usuario. Una de las mejores: ‘No es bonito’. A mí me gusta”, lanza Rossi.

¿Sabrán Gates y Cía. del Flisol? “En un principio ignoraron olímpicamente al Software Libre. Luego nos empezaron a mirar y dijeron que éramos una manga de comunistas y ahora se han dado cuenta de que los está pasando por arriba”, se anima Rossi. Criado aporta una visión integral: “La atención que le brindan las corporaciones es la misma que a cualquier competencia. Pero la comunidad de Software Libre también ve al software privativo como una amenaza. No es un enemigo, pero es feo tenerlo. La amenaza es porque nuestra filosofía pasa por compartir, usar para cualquier propósito, modificar y distribuir nuestro software. Así que es entendible que les dé picazón. El problema no es Microsoft Corporation o Bill Gates, por más que gusten los River-Boca. Es más complejo. Estamos tratando de mejorar un modelo que hasta ahora sólo ha generado usuarios dependientes”.

La principal razón para participar la dan desde el otro lado del Río de la Plata: “Sentirse dueño de la tecnología que uno usa. Y que los logros pasen a ser patrimonio de la humanidad”. Criado piensa igual: “El límite lo ponemos nosotros. Al software libre lo hacemos todos y esto no es una frase tirada así nomás. Todos pueden participar”.

* El Flisol se realizará el sábado 25 de abril en La Tribu, Lambaré 873. Acceso libre y gratuito, previo registro. Más en www.flisol.info/FLISOL2009/Argentina. De 10 a 18.