HABLA GEM ARCHER, GUITARRISTA DE OASIS
Aunque tiene que lidiar con la intimidad de los Gallagher, Archer no está para nada en segundo plano: participa en las canciones, aporta su impronta y aparece en la foto. En el mundo de los inglesitos no es poca cosa.
› Por Daniel Jimenez
Gem Archer tiene uno de los mejores trabajos del mundo: es el guitarrista de Oasis, la banda inglesa que llevó de regreso al rock británico a los grandes estadios a mediados de los noventa. Y, a la vez, uno de los menos considerados: es el cable a tierra que recibe desde hace diez años las descargas eléctricas de los hermanos cejijuntos Liam y Noel Gallagher. Desde donde se lo mire, un trabajo intenso. Pero este simpático vegetariano de 43 años nacido Colin Murray Archer, que se subió a Oasis en 1999 ante la partida del quackero Paul “Bonehead” Arthurs, no ocupa el oscuro segundo plano de su antecesor: participa en las composiciones, aporta su áspera impronta desde las seis cuerdas y, lo más importante, aparece en al foto, aunque en sus primeros conciertos cobrara como músico de sesión la irrisoria suma de 85 libras por show.
A tres días de actuar por cuarta vez en la Argentina, Oasis se encuentra en la recta final de su gira mundial 2009, que culminará en noviembre en el Reino Unido. Hasta ese momento, el camino será largo y agotador. Y divertido, claro. “Lo que me sorprende de Sudamérica es que están todos locos y, como sabemos que están locos, nos gusta ir allá”, dice un excitado Gem por teléfono, y tira un centro para sus fans argentinos: “En Norteamérica no pasa lo mismo, se lo toman todo muy en serio. Ustedes están realmente locos, man”.
Desde su debut porteño en el Luna Park ante siete mil personas en 1998 hasta esta nueva visita del domingo en el estadio de River Plate –donde se esperan cuarenta mil fanáticos– pasaron once años, seis discos, varios músicos, un par de castillos, algunos hijos y unos cuantos millones. Oasis ya no es la banda revoltosa e inspirada de Be here now y no ha vuelto a escribir himnos generacionales como Wonderwall o Don’t look back in anger, pero su feeling con el público aún está intacto y sus conciertos siguen luciendo el cartel de “sold out”, aunque no muchos apostaron a que quince años después de su provocativa irrupción en 1994 los hermanos seguirían juntos. “Tenemos fans italianos, españoles, alemanes y en todos lados es la misma pasión; el rock and roll es el lenguaje universal”, define Archer y revela el secreto de la eterna juventud rockera: “lucí bien, trabajá duro, toca fuerte”.
–Ja ja ja, ése es un cumplido de Noel, el cual agradezco, por supuesto. A él le gusta como tocan todos los chicos del Norte, es por eso que lo dice (Gem nació en Durham, al noreste de Inglaterra). La verdad es que nunca lo pensé en esos términos. Tengo un estilo diferente al de Noel y él se encarga de hacer los solos; yo voy más al centro de la base rítmica. Además, a ver, ¿quién creés que va a tocar el solo de guitarra de Live forever? Lo va a tocar Noel, come on... En cuanto a mi forma de tocar, es lo único que hago desde hace años, así que debería hacerlo bien (risas).
–Sin la menor sombra de duda.
–No (hace una pausa)... no es ni cerca el mejor trabajo del mundo (risas). Pero eso es Oasis: el asunto más insignificante va a generar tensión, no importa de qué se trate. Todo va a ser tenso. Nada nunca va a ser aburrido en Oasis. Y estar parado en el medio de dos huracanes como Liam y Noel es como recibir todo el tiempo un bate en la cabeza, pero es bueno para tu música (risas).
–Ahora ya no, pero antes solía ser así, definitivamente. Cuando empecé las cosas eran diferentes; man, estaba tocando en Oasis, mis ídolos. Recuerdo que en los primeros tiempos Andy (Bell, bajista que ingresó al grupo junto a Archer) y yo nos armábamos de bastante de coraje para tratar de plantear nuestras canciones a un grupo que ya era famoso en todo el mundo y que tenía un gran compositor. Pero cuando miro atrás encuentro momentos hermosos, como cuando grabamos Heathen Chemistry o cuando tocamos en vivo las viejas canciones, que sé que las voy a poder tocar siempre porque Noel las compuso y ya “existen”. Noel ha escrito grandes clásicos del rock de todos los tiempos, por eso todavía siento un nerviosismo especial cuando él y yo componemos juntos. Es el tipo que escribió Live Forever, Champagne supernova, Don’t look back in anger, Wonderwall, Supersonic... entonces dale vos, man (risas).
A pesar de que su título indica “guitarrista rítmico”, Gem es mucho más que eso. Suele intercambiar con Noel los roles de rítmica y principal y en el estudio le aportó a Oasis de varias composiciones, desde el gris Heathen Chemistry (donde debutó en los créditos con Hung in a bad place) hasta el reciente Dig out your soul, al que sumó la psicodélica To be where there’s life. Hoy, que sus viejos amigotes se han borrado, la vida de Noel dio un gran giro. Y en su vuelta se cruzó accidentalmente con Archer, en quien encuentra la calma que pierde con su hermano Liam. Por eso no sorprendió que el mayor de los Gallagher haya cedido terreno en la composición (Andy Bell también escribe) y que parte de ese cambio sea la confianza que depositó en el guitarrista vegetariano, con quien además produjo el primer álbum de Proud Mary, lanzado a través del sello de Noel, Sour Mash. “No existe un estilo Oasis para componer canciones. Cuando escuchás a Liam cantar sabés que eso es Oasis”, explica. “Uno ayuda a formar el estilo, pero cuando Andy y yo llegamos la banda ya tenía un estilo definido. En este track en particular, To be where there’s life, traté de hacer una canción que no tuviera guitarras, ni siquiera una acústica. Quería escribir una clásica canción de Oasis que se pudiera tocar en un club, te digo más, en la pista de baile de un club pasada la medianoche. Además, ¡ése es el mejor momento!”
–A veces sí, pero con esta canción fue diferente. Me vino la inspiración sin preguntar y al principio no la pensé para nadie en particular. La toqué con Noel para sacarla más rápidamente y ahí empecé en mi cabeza a pensarla para Liam. Es extraño lo que sucede con Liam. Hay gente en todo el mundo que lo imita, hasta hay un chico de siete años en YouTube cantando como él. Hace poco tocamos en Taipei (Taiwan) y entre el público había fans que también lo imitaban, y eso sucedió con una generación y después con otra más. Es increíble lo que genera.
–Quizá sea verdad... o quizá tenga que ver con este punto de la gira, donde algunas veces todos nos sentimos un poco así. Estamos en la ruta desde hace ocho meses y recién vamos a terminar el tour en noviembre de este año, y a veces sentís la necesidad de alejarte por un tiempo. Probablemente todos necesitamos un tiempo fuera de Oasis para refrescar ideas, escribir nuevas canciones, comenzar a grabar demos y esas cosas. Es un largo proceso y para el final del tour faltan varios meses, así que no sé realmente qué es lo que vamos a hacer después.
–En vivo nunca ha sido mejor. Podría decirte que estamos “on fire”. Fuera del escenario, también, en todo sentido (risas). Tenemos nuevo baterista (Chris Sharrock, quien venía de tocar con Robbie Williams, el archienemigo de Liam), estamos en medio de una gira muy larga y todo es fantástico. Hoy en vivo tenemos un set que te rompe la cabeza y que es muy dinámico, así que estamos viviendo un gran momento, más allá del cansancio lógico de una gira. Supongo que ya no podemos ser más grandes de lo que somos, pero sí lo suficientemente grandes como Oasis. ¿Necesitamos más fans? Tenemos millones de fans en todo el mundo, ¿para qué tener más? ¿Para qué querer ser más grandes? Actualmente esperamos poder llegar a ser nosotros mismos antes que ser más grandes.
–Sí y no. Para mí, que vivía en Londres en los noventa, Oasis fue una revolución cultural. Cuando me uní a ellos esperaba lo que se puede esperar de una banda gigante como Oasis. Y todo eso que imaginaba de una banda de estadios estaba ahí, era lo que en cierta forma imaginaba. Lo que quizá no me esperaba es que lo único importante fuera la música y nada más. Eso me sorprendió gratamente y aún sigue sucediendo: entramos a una habitación, enchufamos y tocamos. Es así de simple. La primera vez que toqué con Oasis no probamos sonido, sólo subimos, enchufamos y salimos a romperla. Aquí no hay ninguna Madonna ni ningún rock star: nadie está por la fama ni por la plata, sino por la música. Es por eso que estoy aquí.
* Oasis se presentará el domingo 3 de mayo a las 19 en River Plate junto a Los Tipitos, Estelares y Mole.
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