Jueves, 21 de mayo de 2009 | Hoy
TARJA TURUNEN, DE FINLANDIA AL NUEVO GASOMETRO
La ex Nightwish se confiesa fanática del Ciclón y de Miramar y cree estar más cerca de la música clásica, aunque es la vocalista femenina más reconocida del metal y fue recibida por la presidenta de Finlandia... ¡que también se llama Tarja! Una cuervo de fierro.
Por Juan Ignacio Provendola
Si hubiera que definir el olimpo de las voces del metal, el cupo femenino le correspondería casi inobjetablemente a Tarja Turunen, pese a que ella misma no se considera “una chica heavy”. Los motivos sobran entre sus virtudes (buena voz y linda cara son igualmente indispensables en un ambiente harto machista), aunque es cierto también que le faltan contrincantes de fuste: ninguna otra logró sellar su nombre en el destino de una banda como lo hizo Tarja en el de Nightwish, grupo que se recompone sin ella con una sustituta que sigue siendo mirada de reojo por parte del público. Su ruidosa salida del grupo finés (fue despedida escandalosamente a fines de 2005 con trapitos al sol y llantos en público incluidos) dejó a medio contar una historia que prometía mejor destino en el firmamento del metal europeo.
Gran parte del carisma y el magnetismo de la banda se lo quedó Tarja tras la división de bienes intangibles, y eso quedó demostrado cuando (sin alejarse de su propuesta inicial de escalas clásicas y melodías al calor de colchones de teclados y guitarras distorsionadas) salió a campear con digna repercusión el duro mercado solista de un género hecho por hombres y para hombres. En la Argentina, los números hablan por sí solos: debutó en septiembre pasado en el Estadio Obras y, diez meses después, regresa con cuatro funciones casi agotadas (sólo quedan entradas para el sábado en El Teatro de Flores mientras que, ya sin localidades, sigue allí el domingo y en La Trastienda el martes y el miércoles). Continúa presentando su ópera prima My Winter Storm, aunque esta vez acompañada por ex músicos de Yngwie Malmsteen, Rage y Blind Guardian. Se tratará de su segunda visita fuera de Nightwish, sin contar aquellas performances vocales de música clásica que propuso en 2002 y 2004, junto a una mezzosoprano alemana y una soprano de su país, bajo el nombre de Noches escandinavas.
–Estudio música clásica desde los 6 años y siempre será mi pasión. Mi introducción en el metal fue una decisión posterior y me llevó mucho tiempo de obstáculos y trabajo duro. Hoy me siento una privilegiada por haber podido cruzar ambas fronteras y tener una carrera internacional como cantante, cosa que muy pocas chicas en el mundo pudieron lograr.
–Sería hermoso algo así, pero es realmente muy difícil y llevaría varios años. De todos modos, no me considero sólo una cantante de metal o de rock sino, directamente, una cantante.
–La canción I Walk Alone no tiene nada que ver con mi salida de Nightwish. Ni siquiera fui yo quien la escribió sino dos compositores suecos, aunque resulta gracioso que yo le vea un significado totalmente diferente al que le quisieron dar ellos: para mí habla de mis fans y del apoyo que me dan. Parte de esa la letra me inspiró a denominarlos mi “tormenta de invierno”, porque me brindan la fuerza y la energía que me mantiene viva y despierta en el camino de la música.
–Fui invitada a la celebración del Día de la Independencia en 2003, donde la presidenta me dio un reconocimiento como artista. No tengo mayor vínculo más allá de eso, aunque no dejaré de reconocer que nuestra situación política es estable, la democracia funciona bastante bien y no hay mucha corrupción. Además es uno de los países líderes con respecto a los derechos de la mujer.
–La gente de acá es amable y con la mente muy abierta, lo cual, a su vez, me ayudó a mí a abrirme más. Además, la comida es excelente y el clima es perfecto para mí. Lo triste es la diferencia tan grande entre ricos y pobres, y la inseguridad. En Europa, la gente generalmente no entiende la situación de la Argentina. La corrupción ha estado presente por mucho tiempo y es difícil cambiar eso, porque la gente ya está acostumbrada a que eso pase. Es como una gran rueda de problemas yendo y viniendo, que nunca cambia para mejor. Lo básico parece que no funciona: la Justicia debería ser justa.
Su opinión tiene el rigor de quien vive gran parte del año en Buenos Aires y hasta se pega unas vueltas por el interior de la Argentina: “Amo Miramar y trato de gozar su tranquilidad y encanto cada vez que puedo, porque el mar y el viento allí me ayudan a olvidar todo lo caótico de mi vida diaria. También me gustan otros lugares, como Bariloche, Iguazú, Puerto Madryn y Jujuy”, dice quien, como buena mujer de tierras frías y lejanas, anhela conocer Ushuaia. Aún no domina plenamente el español, lo cual de todos modos no le impide clamar, a quién quiera oír, su afinidad por la gran pasión criolla: el fútbol.
–He visto muchos partidos en la cancha de San Lorenzo y soy socia del club. El sentimiento es increíble ahí: ver a la gente cantar, hinchar y emocionarse es hermoso. El fútbol conecta a tantas personas que resulta maravilloso. ¡Tengo que amar el fútbol al casarme con un argentino, porque, obviamente, viene en el paquete! Desde luego que sé que Viggo Mortensen es un fanático enloquecido de San Lorenzo. ¡Sería lindo conocerlo un día en un partido de los cuervos! n
* Tarja Turunen toca el sábado 23 de mayo y domingo 24 en el Teatro de Flores, a las 19; y el martes 26 y miércoles 27 en La Trastienda, a las 20.
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