Jueves, 2 de julio de 2009 | Hoy
MI PEQUEñA MUERTE
LAS CANCIONES DE SU FLAMANTE UN FUTURO BRILLANTE TIENEN FUERZA Y MELODIAS PEGADIZAS QUE LAS SEPARAN DE SU PRIMER TRABAJO.
Por Julia González
Contra todos los pronósticos de lo que puede significar un futuro brillante para cualquiera, Mi Pequeña Muerte se juega y hace un arte de tapa completamente negro para graficar su tercer disco, Un futuro brillante. El sonido ajustado de este trabajo no parece augurar un futuro justamente negro. “Hay una parte de una canción, En el parque, que es una canción en la que al protagonista le endilgan que no tiene elegancia y que no tiene un futuro brillante. Me pareció bueno llamar así al disco, como una revancha para él”, cuenta Julián (guitarra y voz).
A diferencia de sus trabajos anteriores, donde las canciones rozaban el dramatismo melancólico y ese indie tristón, las canciones de Un futuro brillante tienen fuerza y melodías pegadizas que las separan de su primer trabajo, Hospital, grabado en 2004, sin la experiencia de los músicos de pisar un escenario. “Lo que también pasó en nosotros, tanto en la composición como en la manera de tocar, es que nos soltamos. La experiencia nos hace soltar un poco más y animarnos a cosas que antes no nos hubiéramos animado, tal vez por prejuicios, preconceptos o carencias de las capacidades que tenemos como músicos. El ir experimentando hasta llegar a Un futuro brillante, con arreglos más copados, más divertidos, no tan...”, y Nicolás (guitarra) deja la frase con puntos suspensivos, tal vez para que sea completada por alguien que haya escuchado sus discos anteriores. MPM se completa con Diego (bajo) y Norman (guitarras, teclados y productor del disco).
Las canciones son fundamentales para MPM y hacen una alegoría con la ropa que las viste, que serían los arreglos. “Un poquito más ropa y accesorios”, interviene Germán (batería) y Julián asiente y dice que sí, aunque hay gente linda que se viste mal y a uno igual le gusta. Esta vez las canciones tienen un tinte optimista, aunque algunas se metan en el terreno pantanoso de la psiquis (como la recomendable Blues de la mente, que abre el disco), con ideas e imágenes que, si bien son oníricas, nunca pierden la corrección y se van por las ramas con comparaciones que ni ellos entenderían. “Ahí sí estaría jugando un poco más con el proceso del inconsciente, de exponer cosas de sueños. Son canciones súper directas, pero uno a veces tiene un significado que el tiempo lo potencia. Uno cuando escribe las canciones lo hace en un período de tiempo, en una época muy determinada. Y pasan los años y lo ves con otra distancia. Está bueno eso”, explica Julián, que además es el responsable de las letras.
Sin embargo, por más que la intención sea la de hacer canciones, se nota que hay una búsqueda sonora y cierta puntillosidad en los arreglos. “Me imagino que buscamos acercarnos al ideal de lo que cada uno tiene en su cabeza —dice Julián—. Cada uno de nosotros comparte el gusto por ciertos timbres sonoros o ciertas ideas de producción de discos que siempre nos gustaron. Y ahora con este disco sentíamos la posibilidad, al producirlo nosotros y hacerlo en nuestro estudio, de sentir que estábamos en una gran producción. Y es un poco lo que uno soñó desde chico. Yo siempre veía el Anthology de Los Beatles y los veías tocando en el estudio...” Y de nuevo los puntos suspensivos.
* Mi Pequeña Muerte presenta Un futuro brillante el sábado 11 de julio en el Turdera Fest, en La Castorera (Córdoba 6237), junto a Michael Mike, Los Reyes del Falsete y Viva Elástico. Cierra DJ Musulmán.
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