Jueves, 23 de julio de 2009 | Hoy
ELLA ES TAN CARGOSA TIRA SU BOTELLA AL MAR
El barrio, la literatura, los Beatles, los Stones, la cerveza, la amistad, las minas, la noche: historias mínimas de hermosos perdedores.
Por Daniel Jimenez
Rulo Manigot y el Tano Baccella se conocen de otra vida. Tocan juntos desde hace casi una década en Ella Es Tan Cargosa. Rodrigo, cantante, compositor, sereno y analítico, es fanático de River. Ildo, guitarrista, compositor, sanguíneo y atorrante, es fanático de Boca. Ambos le dan a la Cargosa un toque inconfundible. Desde los ásperos fraseos de la voz de Rodrigo y los ataques 100 per cent genuine rock and roll de la viola del Tano. Sentados en La Tarzán, mítica pizzería que se levanta a la salida del túnel de la estación Castelar, los dos se sienten en casa. No sólo son firmes habitués de este bodegón fileteado por el tiempo sino que llegaron a tocar algunas noches gambeteando la persecuta municipal. “El último show acá fue en 2006”, dice Rulo, haciendo una panorámica de las paredes de la Tarzán que desbordan de nostalgia en brebajes de antaño y promociones que ya no existen. “Nosotros siempre queremos tocar acá, mirá lo que es esto”, dice y levanta la mirada maravillado como Cristiano Ronaldo en el Bernabeu.
El barrio, la literatura, los Beatles, los Stones, la cerveza, la amistad, las minas, la noche: historias mínimas de hermosos perdedores y simpáticos timadores. Elementos que se mezclan en la Cargosa y que podrían encontrarse todos en este bar, donde el Tano saluda a la barra de veteranos y se manda derecho al fondo a guardar su guitarra como si estuviera en la sala de ensayo. Estos son los últimos momentos de relax antes de salir a la ruta a presentar Botella al mar, segundo trabajo de Ella Es Tan Cargosa que tendrá su bautismo oficial el 22 de agosto en La Trastienda.
“Este disco es más sofisticado instrumental y vocalmente, y se nota. Pudimos grabar las bases en Panda y todo suena mejor, algo que no pasaba en el disco anterior. Y en cuanto a las canciones, siempre tratamos de hacer lindas canciones”, comenta el Tano. Rodrigo suscribe y explica que existió un debate previo acerca del tipo de canciones que entrarían en el álbum, que finalmente salió con catorce tracks de melodías desbordantes y una cuidada armonía vocal, que se acomodan al destino que el quinteto decida: rock, funk o soul. Aunque el centro emocional del grupo siga siendo la canción; allí donde la Cargosa brilla. “El dilema era si debíamos sacarle rock al disco”, comenta Rulo. “Y entendimos que lo que mejor nos sale son las canciones. Me encanta la banda rockeando y más en vivo, pero decidimos incluir más canciones y menos rock; y no es casual porque fuimos para ahí, aunque buscando un sonido más crudo. Es muy ambiguo porque mucha gente dice que extraña el sonido más mugroso de la banda en vivo y nosotros tratamos de mejorarlo. Además admito que me gusta que pasen canciones por la radio, no sólo las nuestras. La canción de rock argentina es algo que tiene 45 años, que nació con Muchacha ojos de papel y es un producto cultural propio de este territorio.”
Ella Es Tan Cargosa –Rulo, el Tano, Maxi Chercover en bajo, Mariano Manigot en guitarra y voz y el Negro Rojas en batería– atravesaron situaciones extremas con la misma calma: tardaron siete años en editar su debut (lo hicieron por PopArt en 2007), ganaron un premio Gardel al Mejor Album de Artista Pop, giraron por todo el país, su canción Llueve aún acompaña los noticieros nacionales los días de aguacero y, en el caso de Manigot y Baccella, la dulce mueca del éxito les llegó pisando los cuarenta. “Todo se nos dio de tipos, por eso tengo una satisfacción especial”, se emociona el Tano. “Muchas veces voy solo en el auto y cuando escucho un tema nuestro en la radio me pongo a llorar; lo siento así porque soy así y no me da vergüenza decirlo. Es que... la puta, fueron tantas noches. Con Rulo nos cruzamos a los treinta y vimos que pasaba el último anaranjadito y nos colgamos, porque sabíamos que no pasaba más. Ya había sido remisero, pizzero, telefónico y empezaba a dejar la viola.” Con traje y de a pie, Rodrigo también estuvo a punto de largar todo. “Yo salí a vender AFJP y la gente me decía: ‘Che, ¿no tenés más la banda?’. Y en ese momento si tenía una Magnum me volaba la cabeza, hasta que pasamos los ‘90, armamos esto y nos dimos cuenta de que había algo en las canciones. Mirá, nosotros tocamos desde pendejos y nos fue bien a los 37, y eso te condiciona a ver la película de otra manera”, reconoce el cantante, dueño de una mirada ácida y crítica sobre el funcionamiento del planeta rock. Su aspiración es que Botella al mar pueda escucharse como “un disco entero y no como una sucesión de varios cortes de difusión, que es lo que hoy manda, la cultura del corte. Así tu música pasa a ser la música ‘que sale en la radio’. La Cargosa tiene una parte funk, más negra y bien nuestra que es clásica de los shows en vivo, pero que mucha gente desconoce porque no suena en la radio”.
Con la polenta de un 9 de área, el Tano define: “El primer disco nos sirvió para ver que se podía trabajar y vivir de esto, haciendo las canciones bien y teniendo difusión. Este disco ratifica que lo que hicimos antes no fue casualidad sino que fueron años de patear y patear. Antes de tener un contrato y llegar al primer disco pensaba: ‘Estas canciones no pueden fallar’. Sabía que nos iba a ir bien. Con éste siento lo mismo... espero que no me equivoque”.
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