LOS REYES DEL FALSETE PRESENTAN LA FIESTA DE LA FORMA
MIENTRAS MUCHAS BANDAS PROMETEDORAS BUSCABAN DAR EL GRAN SALTO COLANDOSE EN LOS GRANDES FESTIVALES, LOS REYES RECORRIERON EL CAMINO INVERSO.
› Por Juan Manuel Strassburger
Los Reyes del Falsete tienen una formación de dos guitarras y batería. Sin bajo. Pero no por una premisa estética tipo White Stripes o Yeah Yeah Yeahs (que buscaron originalidad en esa autocensura) sino porque... se dio así. “Nos encanta el bajo”, se apresuran por aclarar. Y cuentan que al principio se la pasaron probando amigos para ese puesto, pero que “ninguno se lo tomaba en serio”. La cosa cambió cuando un día apareció un bajista “profesional” y algo mayor que ellos (tenía 28 cuando ellos recién orillaban los 18), que prometió ponerse las pilas. En realidad, demasiado.
“¡Estaba loco!”, exclaman a coro los tres Falsetes una tarde soleada en el Bar Británico, ahí nomás del Parque Lezama. “Apenas entró ya quería cambiar todo. Nos criticaba el nombre por monárquico –¡cualquiera!– y hasta nos bardeaba si hacíamos algún solo, cuando él... ¡hacía uno de bajo!” Si bien llegaron a tocar un año como cuarteto (hay algunas grabaciones en YouTube que retratan la rareza), el vínculo terminó de romperse cuando uno de ellos llegó tarde al ensayo y el bajista explotó en reproches. “Ya tengo 28 años, tengo que pensar en mi futuro”, les recordó. Y advirtió: “Si siguen así, no van a llegar a nada”.
Los tres Falsete (Nico y Juanchi en guitarras, Tifa en batería) estallan en risas cuando recuerdan aquel momento iniciático que terminó marcando el sonido y el espíritu espontáneo de la banda. Primero porque el bajista obviamente no apareció más, lo que los obligó a arreglarse con lo que tenían. O sea, sin bajo. Y segundo porque esa supuesta falta de ambición era –en realidad– frescura, no forzar el presente. En una década donde ocurrió seguido que las bandas prometedoras buscaran dar el gran salto a fuerza de colarse en los grandes festivales, apurar la salida del primer disco y alimentar exageradas movidas de prensa, los Reyes desoyeron los cantos de sirena y recorrieron el camino inverso. Se hicieron fuertes en vivo con sus autogestionados Turdera Fest (un festival que ya va por su 14ª edición y es ejemplo de espíritu under y libertad rockera) y colaboraron en el surgimiento de Triple RRR, un sello con aspiraciones altisonantes, aunque nobles (“Free-rock de manufactura”, postulan en su página web), que apunta a una construcción colectiva, además de independiente.
“Nunca estuvimos rodeados de gente tan loca”, cuentan entusiastas a propósito de sus reuniones con Berna –fundador, ideólogo y capataz de los distintos grupos– y las otras bandas del sello. “Hubo charlas increíbles en las que terminamos discutiendo no ya de política, ¡sino de política del arte! Cadenas de mails interminables sobre lo que está bien y lo que está mal, cómo seguir y dónde.” El primer fruto de esa vorágine de energía y ambiciones terroristas iniciada hace un par de años es hoy el flamante La fiesta de la forma, el debut de Los Reyes del Falsete y –pese a que nunca se lo propusieron (o justamente por eso)– el disco under más esperado de los últimos tiempos (“¿Ya escuchaste el disco de los Reyes?”, fue una de las frases que más se escuchó estos días en Plasma, el Zaguán o La Castorera).
“Somos conscientes de esa expectativa”, aseguran, a la par que reconocen algunas idas y vueltas que alargaron por demás la espera. Una sensación artesanal y cotidiana ya es marca de identidad en la movida que el trío comparte con otras bandas de La Plata y Zona Sur como Sr. Tomate, Viva Elástico y 107 Faunos. Y que va por el lado de las grabaciones caseras, las voces desarregladas, las letras cotidianas, los recitales arengadores y una nula preocupación por conseguir un look elegante o cool. “Cuando vemos esos videos que copian a las bandas yanquis de allá, sentimos que se ven los hilos de una manera horrible. ¡Es como usar un disfraz de Disney pero sin la cabeza!”, se ríen al respecto.
Dentro de esa camada (que también incluye a bandas como Valentín y los Volcanes, La Ola que Quería ser Chau y los legendarios DChampions, entre un largo etcétera), los Reyes ganaron su propio espacio en base a la empatía que inmediatamente generan en vivo. Con Tifa –un baterista con lentes de nerd, pero estilo y potencia a lo Keith Moon– y con Juanchi y Niki, dos guitarristas que parecen ir armando las melodías a medida que avanzan los temas; con voces al unísono, falsetes repentinos y solos quebradizos. Tal vez los Reyes son los menos cancioneros de toda esta movida. Pero seguramente lo sean a costa de portar más zapada lowfi y mayor combustión en vivo que la mayoría de sus pares. El magnetismo de presenciar tres amigos cantando con emoción y siendo felices sobre el escenario.
–Dicen: “El que quiera encontrar la voz, que cante”. ¿Por qué?
Juanchi: –¡Elegiste la frase más linda del disco!
Nico: –Por eso también el tema de desafinar o del falsete. En la música clásica no era bien visto el falsete, y en el rock hasta hace poco lo mismo. De hecho, a los Bee Gees se los conocía como los reyes del falsete. Los verdaderos reyes (risas).
Tifa: –Vemos que lo que normalmente está bien, está mal. Y estamos en contra de lo que normalmente está bien.
En una época donde el indie se desespera por mostrarse en los grandes festivales, Los Reyes del Falsete –que también cargan con cierta formación indie, pero sin las pretensiones de status que lo caracterizaron desde sus inicios– inventaron su propio festival. “Nosotros del Turdera Fest somos hijos, pero también padres. Lo empezamos haciendo Berna. Siete bandas tocando con nuestros equipos, nuestros parlantes, nuestros micrófonos, nuestra batería. Ya vamos por la edición 14”, se enorgullecen.
* Los Reyes del Falsete presentan oficialmente La fiesta de la forma este sábado a las 23 en La Castorera, Córdoba 6237. Junto a Viva Elástico y 107 Faunos.
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