Jueves, 19 de noviembre de 2009 | Hoy
PRESENTACION OFICIAL DE EFECTO
Hicieron un disco complejo, con personalidad y ciertamente rockero. Este grupo del Oeste busca eléctricamente sonidos de terciopelo subterráneo. La banda se prende en el circuito, hoy, en Niceto.
Por Daniel Jimenez
En una especie de galpón okupa y en un mar de cables, amplificadores, pedales y humos del vecino, la Oja está encerrada ensayando la lista que hoy a la noche pondrá sobre el escenario de Niceto cuando el septeto presente oficialmente Efecto, su cuarto disco. Sí, Naranja, ese compendio de canciones desnudas hasta el hueso que llegó a las radios hace dos años, es el tercer álbum de la banda luego de dos EPs fundamentales para interpretar su espíritu y su búsqueda: Imágenes de la nada (su debut de 2002) y Despegar, quizás uno de los mejores mini-álbumes de todo 2004.
A días de su gran actuación en el Pepsi Music 2009 –donde tocaron para 2 mil personas– Iván Gramático (voz y guitarra), Pablo Retamero (guitarra), Diego “Pionono” Murovankin (samplers y programaciones), Francisco Paterno (batería), Ana Bellone (bajo) y Alvaro Gilmariño desconfían y se ríen de los buenos nuevos tiempos: tres años atrás luchaban para encontrar una identidad y hoy su concierto en un festival es transmitido por las dos radios más grandes de rock y pop en la Argentina.
“Ese show estuvo muy bueno y nos sirve para mostrar un poco más Efecto. Quisiera que el disco se escuche por todos lados, que se abran las canciones y que todo se multiplique por el simple hecho de que a alguien le llegue nuestra música. Hay mucha gente que se acerca y que recién nos descubre ahora; y eso está bárbaro”, dice Retamero. Y no es un detalle menor. Efecto es uno de los tantos reflejos que emana la música de Ojas, y tal vez el más cercano a su sonido madre: rápido, sofisticado, rico en texturas, guitarrero, moderno, rockero y electrónicamente veloz. Si bien el corte de difusión elegido fue Como rebeldes, la banda podría haberse dado el lujo de coquetear con cuatro o cinco canciones tan buenas como ésa: Kin, Toy, Despedida, Conexión o la poderosa Robinstoner. Una postal áspera y urbana que encantó a sus viejos seguidores y abrió un gran signo de interrogación entre quienes se identifican con Naranja, un bucólico remanso en la historia de la Oja.
“¿Si algún fanático se puede sentir desorientado con este disco? Sí, es una posibilidad”, reconoce Diego, y aclara: “Eso le puede pasar al que solamente escuchó Naranja, porque si escuchaste todos los discos no te va a parecer tan raro”. Iván suscribe: “Para entender todo hay que escuchar todo. El que se enganchó con Todo pasa, se compró Naranja y ahora con éste... se quemó (risas). Aunque para nosotros eso está bueno. Efecto es el disco más real de Ojas, porque aunque no lo pensamos mucho fue el único que se dio como queríamos: Imágenes de la nada fue un discazo que hicimos sin darnos cuenta; Despegar fue raro porque salió rápido; en Naranja decidimos arriesgar e ir más a las canciones; Efecto no tuvo ninguna cosa rara. Si escuchás, los demos son casi iguales a las versiones que quedaron en el disco”.
El proceso de este cuarto álbum tardó más de lo pensado y en el camino quedó un trabajo pendiente con Daniel Melero, quien se mostró interesado en producirlo, pero que por razones de disponibilidad debió abandonar.
Iván explica el affaire que no fue: “Tuvimos una reunión con Melero, donde le pasamos seis temas. A él le re cabieron las canciones y quería hacerse cargo de la producción artística. Fue todo muy loco, casi por teléfono”, apunta. “El iba a venir a un ensayo y después nosotros íbamos a ir a su casa a las tres de la mañana, una locura. La banda le había encantado y se enganchó mucho con todos los temas. Cuando escuchó el material, nos dijo: ‘¿Para qué quieren un productor? Las canciones están buenísimas’. Lamentablemente él se iba a México cinco meses y no podíamos esperar tanto, entonces la primera mitad del disco la hicimos nosotros y la otra tanda con Matías y Martín Méndez.”
El sistema que Ojas eligió para este disco fue inédito para su funcionamiento: se encerraron dos meses durante el verano pasado en su sala de ensayo y recién vieron la luz en marzo cuando Efecto estaba terminado. Una terapia que, según cómo se mire, fortalece o desgasta. A ellos les sirvió: “Ideamos ese sistema para no colgarnos, y nos quedaron estas canciones”, comenta Pionono, quien explica el cambio notable que sufrió la música del grupo en sus dos últimos discos: “La locura que se come el chabón que escuchó Naranja y Efecto es la misma que nos comimos nosotros como banda en esos dos años; y se refleja en las canciones. Creo que Efecto le agrega algo nuevo a 2009 y lo entiendo como uno de los discos más flasheros del rock argentino. Ojalá les pueda llegar a los que les gusta mucho la música, porque es un disco interesante y actual”. Y, parece, de a poco se escuchan los ladridos: Fernando Ruiz Díaz los eligió como artista revelación de 2008, Melero los tiene en agenda y, en este Pepsi Music, Maikel y Memo de Kapanga los promocionaron gratuitamente, luciendo dos modelos diferentes de remeras de Ojas. “¿En serio?”, pregunta incrédulo Iván. “Están re locos.”
Aunque en su música exista un sublime respeto por la melodía, las canciones suelen alcanzar picos de dramatismo y tensión que por momentos incomodan, permitiendo que los climas intensos funcionen como polos de conectividad sobre una base a pulsión electrónica. Y, sobre esa paleta, Ojas despliega todo el arsenal de recursos que lo acompaña desde su debut: samplers, palos de agua, gaitas, cornos, flautas, percusión y hasta un didgeridoo. Todo en manos de Alvarito, el multiinstrumentista de este septeto que se completa con Phias, MC de pasado yanqui que toma presencia en vivo y calienta los shows con sus balas en la lengua. Una mueca más del riesgo artístico que el grupo decidió tomar cuando comenzó en el mítico Mocambo de Haedo hace casi ya una década. “Hay gente que no sabe que nosotros tomamos riesgos desde que no teníamos compañía”, dice Iván.
“Cuando sacamos Imágenes... asumimos un riesgo y llevábamos nosotros mismos los CDs a los locales. Ahora seguimos tomando riesgos, pero tenemos una compañía detrás (Sony), aunque ellos se sumaron al riesgo que ya habíamos tomado. La música es una sola y el rock es un estado. Cuando sacamos Naranja tuvimos un poco de repercusión, si lo analizamos desde el marketing, pero por suerte nada funciona como lo planean. En lugar de Efecto deberíamos haber hecho la segunda parte de Naranja, pero fuimos para otro lado sin dejar de ser Ojas. Si nos pegaban una patada en el orto, íbamos a seguir adelante de todos modos. Pero parece que les gustó.”
* Ojas presenta Efecto hoy en Niceto, Niceto Vega 5510, Ciudad de Buenos Aires. A las 21.
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