MADBALL TOCA JUNTO A AGNOSTIC FRONT
Coincidiendo con la venida de Exploited la semana pasada, ahora llega otra parva de hardcores peladitos que dicen que no tienen nada que ver con los skinheads. Cricien de Madball aclara: “Nuestras letras buscan unir personas”.
› Por Juan Ignacio Provéndola
Pocas bandas en el mundo podrían ofrecer su propia historia como testimonio de que la unión realmente hace a la fuerza. Más allá de una mera cumbre entre dos de los grandes referentes del hardcore mundial, el petit tour criollo de Agnostic Front y Madball (que pasó por Rosario y Buenos Aires y termina hoy en San Miguel) pone en ejercicio una continuidad temporal y genética entre ambas bandas: cuando la primera ya había escrito su letra grande en la historia del género, varios de sus miembros se pusieron al servicio de un proyecto que incluía a Freddy Cricien, el hermano menor del cantante Roger Miret. En definitiva, Madball comenzó siendo el patio trasero en el que Agnostic Front arrumbaba la música que iba quedando marginada de sus discos. De esa dinámica de trabajo surgieron Ball of Destruction y Dropping Many Suckers, los dos primeros EPs con los que Madball se convirtió en el objeto de culto dilecto de la escena hardcore neoyorquina (preciado espejo en el que buscó reflejarse la seminal escena porteña de esa década).
A partir de allí, Agnostic le soltó la rienda a su proyecto paralelo, que comenzó entonces a predicar en el mundo la impronta NYHC teloneando a pilares heavies como Black Sabbath, Sepultura y Slayer y, luego, animándose por su cuenta. “Cuando comenzamos, yo tenía apenas 12 años y lo tomaba como un hobby. Jamás me imaginé que estábamos formando un futuro referente del hardcore. Tuvimos la ayuda de mi hermano y de Agnostic Front, pero nunca nos criamos a su sombra. Podría decirse que somos dos animales diferentes de una misma familia”, planta bandera Cricien, el eterno sobreviviente de Madball, cuyo último disco se llama Infiltrate the System y data de 2007. De esa misma época es Warriors, la obra más reciente de un Agnostic Front que está rozando sus tres décadas gracias a la militancia de Miret y del guitarrista Vinnie Stigma, una sociedad que se mantuvo (casi) inalterable a lo largo de nueve grabaciones de estudio.
Roger Miret y Freddy Cricien son hijos de la misma madre. La relación de Roger con Cuba es total: allí nacieron tanto él como sus padres. El de Freddy (quien nació en Nueva Jersey) es colombiano y, a diferencia de su hermano mayor, jamás pisó la isla. La sangre tira en la música: Benny Moré, Celia Cruz y Buenavista Social Club conviven armónicamente en su lista de preferencias. “Cuba es la raíz de la música caribeña y me siento orgulloso de eso”, sostiene Cricien, mostrando su hilacha latina. Así las cosas, jamás pisó la isla y eso condicionó para siempre su visión sobre ella. “El bloqueo es inútil y fuera de época. Por lo menos deberíamos tener un carácter más civil con Cuba y siento que Obama tiene buenas intenciones”, prologa Freddy, para luego ir al hueso: “Deberían abrirse las líneas de comunicación y permitírseles a muchos cubanos exiliados visitar a sus familias, como me sucede a mí con la mía. No creo en el comunismo, nunca demostró ser aquella ‘ideología justa’ que se le pretendió vender a la gente”.
Y así como exhibe críticas, Cricien se defiende de las que caen sobre él. Una fija: la eterna asociación del hardcore con los cuadros skinheads más radicalizados. “Quiero hacer una aclaración muy importante: muchos asocian un skinhead con un intolerante racial. En nuestro caso, la decisión fue por una cuestión estética. Simplemente nos gustaba ese look, pero nunca tuvimos nada que ver con ese costado fascista del hardcore”, puntualiza la voz de Madball. “El género ha evolucionado en el tiempo pese a que se mantiene rebelde, honesto e intenso. Es un sonido, pero también un recurso para decir cosas, y ninguna de ellas guarda relación con el fascismo desde el mismo momento en el que las letras buscan unir personas de todos los caminos de la vida. Me he peleado muchas veces con gente que nos trata de racistas o de nazis, porque en nuestras mismas letras hay un mensaje de unión por sobre todas las cosas. Si alguien se mete conmigo existe la posibilidad de que tenga que pelear, pero hoy hay mucha violencia que no es necesaria. Tal vez puedas luchar si tenés una razón, pero es una boludez hacerlo sin ella”, concluye.
–El hardcore siempre se destacó por la crudeza de su propuesta, en la cual están incluidas sus letras. ¿Hay esperanza más allá de la protesta?
–Las letras de nuestras canciones siempre han tenido que ver con nuestra vida cotidiana. A veces hemos sido críticos con ciertas personas o situaciones, pero no siempre se trata de lo mismo. La dosis de esperanza está en nuestra misma música, que nos mantuvo fuera de la calle y de la cárcel.
* Madball y Agnostic Front tocan hoy a las 21 en XLR Club de San Miguel (Tribulato 449).
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