En el fútbol, el culto al respeto desaforado por los rivales a veces resulta tan ridículamente precavido como un mochilero que lleva paraguas en la Puna. Por eso es que, a pesar del sorteo benevolente que le tocó a la Selección para la primera fase de Sudáfrica 2010, aún los más osados analistas huyen de cualquier vaticinio para la nave tripulada por Messi y Maradona. Tanto es el miedo mundialista que, hoy por hoy, los think-tanks de TyC y Fox Sports ni siquiera se animan a denunciar que la mascota del torneo, el leopardito de pelo verde Zakumi, representa la temible punta de lanza del desembarco del negocio de las tinturas capilares en el mercado de las especies animales amenazadas. Por suerte, hasta ahora Zakumi no apareció en la piel de un leopardo real y sólo encarnó en dibujos y muchachos disfrazados con el mismo buen gusto que el de la Pantera Rosa o las Tortugas Ninja del Tren de la Alegría de Santa Teresita.

Pero a no arrugar. Quienes no le temen al pronóstico descuentan que la Selección podrá superar los escollos de Nigeria, Corea del Sur y Grecia; y ya miran más allá de la primera ronda. Incluso aventuran los cuatro posibles rivales para octavos de final: Francia, México, Uruguay o Sudáfrica. Ahí, el miedo ya es menos caprichoso.

• Con los uruguayos sería un clásico de barrio que podría resultar venenoso, en especial si llevan, en los bidones, agua de la papelera Botnia. En cualquier caso, ¡a no aceptarles un mate a los No Te Va Gustar!

• Los mexicanos son duros, especialmente para manejar la pelota, aunque no fueron nada fáciles en aquel duelo de octavos en Alemania 2006. En cualquier caso, ¡a saturarle el MySpace a Café Tacvba!

• El seleccionado de Francia es una potencia, aún sin la garantía que daban los cabezazos del ya retirado crack Zinedine Zidane. En cualquier caso, ¡a hablar mal de Manu Chao en FM La Colifata!

• En cuanto a Sudáfrica, su mejor arma parece ser la simpatía que árbitros, encargados de catering, personal de seguridad y pinchadores de teléfonos suelen experimentar hacia los equipos locales. En cualquier caso, ¡a denunciar ante las entidades protectoras de animales la cruel tintura de cabello a la que fue sometido el leopardo Zakumi!