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Jueves, 18 de febrero de 2010

VINCE NEIL VUELVE CON NUEVO DISCO SOLISTA

“Todavía me siento como un chico”

Con 49 recién cumplidos, el cantante de Mötley Crüe cambió pelo batido por planchita, pero no las mañas: sigue tan parco como siempre. Sin embargo, el NO le sacó bocados sobre Tattoos & Tequila, su tercer álbum en solitario, que lo trae de vuelta a Buenos Aires la semana que viene. “Recordaré toda mi vida el show en el Club Ciudad”, jura.

 Por Mario Yannoulas

Si alguien sabe sobre sexo, drogas y rock and roll, ése es Vince Neil, y esto se ha repetido hasta saturar. Porque están los que gozan en la mítica periferia del rock, pero jamás abrirían la boca; aunque también existen los que construyen desde ahí su propia imagen, su marketing, y hasta son capaces de escribir un libro que recopile y organice esas aventuras. Este último es el caso del cantante de Mötley Crüe, que con sus tres compañeros de banda publicó en 2001 el volumen The Dirt (conocido en España como Los trapos sucios, que Vince rubricó al asegurar que lo narrado era “99 por ciento real”), algo así como las memorias de un grupo que hizo de su carrera un perpetuo viaje de egresados espeso, animal, porno y border; y donde cuentan, entre otras cosas, que vieron a Ozzy Osbourne aspirarse una fila de hormigas. Todo al mejor estilo This is Spinal Tap. Y a pesar de que su agente de prensa sugiera que no se le pregunte por su pasado, todo es sabido: jornadas en la cárcel, accidentes automovilísticos, internaciones por rehabilitación, un reality que pretendía ponerlo en forma para relanzar su carrera solista (Remaking Vince Neil, de 2004) y un video porno casero que no alcanzó la calidad ni la trascendencia del que su compañero baterista Tommy Lee protagonizó con Pamela Anderson.

Pero esta vez no se trata de hacer la habitual parodia del aura de los cuatro jinetes de Sunset Strip sino de presentarse en solitario, con su propia banda. Desde 1993, con el atractivo Exposed, donde incorporaba matices y virtuosismo de guitarras a su tradicional sello hard rock, el cantante californiano despegó varias veces como solista. Después de un paseo por los suburbios del rock industrial con Carved in Stone (1995) y un disco en vivo que incluye más temas de Mötley que otra cosa, ahora decidió invocar a sus dos negocios paralelos (la casa de tatuajes Vince Neil Ink y su marca de tequila Tres Ríos) en Tattoos & Tequila, su tercer disco solista de estudio. Será lanzado a fines de mayo, pero se podrá escuchar algo dentro de una semana en El Teatro de Flores. “Es un gran disco de rock and roll, muy pero muy rockero. No suena como Mötley. En muchos sentidos tiene una intención más cercana a Exposed, porque en Carved in Stone estaba probando cosas nuevas”, delinea el rubio del ex pelo batido y actual planchita.

Todo parece indicar que no, pero Vince Neil es un tipo algo parco. Por timidez o malhumor, no es hombre de muchas palabras. Desencanto: ni siquiera intenta ser gracioso detrás del teléfono. Eso podría explicar por qué Tommy Lee y Nikki Sixx hablan más en las entrevistas que él, la voz que mejor representó ese ambiente de declive generalizado que ellos mismos sintetizaron conceptualmente en Decade of Decadence (Década de decadencia), el disco recopilatorio de sus primeros y más prolíficos diez años.

Mientras habla con el NO, se prepara para dar el primero de dos shows en Saint Louis, Missouri, tras haber terminado, sólo cinco días atrás, una gira de dos años con Mötley, la que los trajo a la Argentina en 2008. Esa noche, una tormenta inescrupulosa sacudió al Club Ciudad, los micrófonos de Vince y Tommy enmudecieron ochocientas veces cada uno, pero así y todo pudieron pilotear en la tempestad. “Me acuerdo de que estaba lloviendo y que tocamos bajo el agua. Fue muy loco porque nunca antes lo habíamos hecho y la pasamos muy bien, es algo que voy a recordar por el resto de mi vida. Llovía tanto que los equipos empezaron a dejar de funcionar pero, a pesar de todas esas cosas, o quizá por eso, fue un gran recital. Buenos Aires es una ciudad divertida, tengo ganas de volver allá”, recapitula.

Lo que el vocalista tiene claro es que, sea con Mötley o con su propia banda, lo que le gusta es dar vueltas por el mundo y tocar: “Acabo de terminar una gira de dos años, así que no extraño para nada a mis compañeros (risas). Nos tomamos vacaciones hasta que empecemos a pensar el próximo disco (el sucesor de Saints of Los Angeles, de 2008), que calculo que será a fines de este año. Ahora tengo mi grupo, vamos a girar con este álbum todo el verano y la pasamos muy bien por nuestra cuenta. Con Mötley siempre tocamos en recintos grandes o en festivales donde hay mucha gente, y me encanta, pero también me gusta tocar en lugares chicos, para menos público, donde tenés a la gente ahí nomás. Es como volver a las raíces”.

—¿Tu vida cambió mucho en estos treinta años como músico?

—Cuando arrancamos con esto, a principios de los ‘80, éramos chicos, pero estuvimos haciendo las mismas cosas durante todo este tiempo y todavía nos sentimos como chicos, así que no sé en cuánto pudo haber cambiado. Lo que sí sé es que estamos orgullosos de seguir juntos después de tanto tiempo y de tener generaciones de seguidores.

Vince frena, piensa un poco y cierra: “Lo que más cambio es que al principio no teníamos plata”. Y cuelga entre carcajadas.

* Vince Neil toca el viernes 26 desde las 18 en El Teatro de Flores,
Av. Rivadavia 7800.

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