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Es probable que el día que el NO visitó a Vincent Moon, entre otras cosas director de videos para el sitio francés La Blogothèque, haya sido el de mayor temperatura en el último milenio, sin exagerar. La dueña de casa, que hospeda con paciencia y simpatía al francés, ofrece limonada fría y un ventilador. De fondo, se escucha a quien será entrevistado bufar en alguno de los cuartos. De vez en cuando, se siente que pega un grito frente a una computadora. Hasta que aparece hecho un manojo de ansiedad, labia y gestos con las manos, con la cara, con los ojos que se salen de su campo cuando se compenetra y habla “sólo del presente”. Porque, advierte, “todo lo que quieras saber sobre cómo empecé en La Blogothèque lo podés buscar en Internet o en algunas notas de las que ya me hicieron”.

A través de un trabajo de archivo, se sabe entonces que en 2003 La Blogothèque comenzó como un blog fundado por Vincent Moon y Chryde (a secas), como una forma de compartir música y noticias. Con el tiempo, se convirtió en uno de los sitios musicales franceses más importantes. Chryde le propuso a su amigo salir a la calle a grabar a los músicos. Así fue que, hace cuatro años, Vincent estrenó Concerts à Emporter, o The Take-Away Shows, una serie de miniconciertos llevados a cabo en las calles de Londres, en colectivos de París, en bares de Nueva York, campos y ascensores, con bandas como The Kooks, Arcade Fire, Phoenix, The Antlers, Fleet Foxes y Sigur Ros, entre muchas otras.

Lo interesante de este proyecto, en su nacimiento, era la cercanía que proponía Vincent entre las estrellas de rock y la gente. Sin escenarios de por medio ni butacas ni tickets. Lo que el director buscaba era equiparar al público con las bandas. Disparar con música en vivo y ver la reacción del público oportuno. “Es muy interesante ver la reacción de la gente a la propuesta según el país. Por ejemplo, en Londres la gente no se queja si ven que están filmando en la calle, pero pasan caminando y no miran o miran para otro lado y siguen. En cambio, mi lugar favorito es Nueva York, porque la gente tiene tanta confianza en sí misma que siempre aparece alguien que quiere bailar frente a la cámara, moverse, decir yeah y tirar onda. Creo que en Argentina es similar, la gente está bien predispuesta. En cambio, en Francia es más difícil”, compara.

La Blogothèque llevó a este nowhere man a dar prácticamente la vuelta al mundo. Por ejemplo, después de dar un paseo por el festival de cine y documental musical In-Edit chileno y conocer Bolivia a fines del año pasado, Vincent bajó a estas pampas en la búsqueda de sumar algo bueno a su archivo de videos. Así se encontró con Pablo Malaurie, Tomás Lebrero, Soema Montenegro, Coso, Juana Molina, Axel Krieger, Onda Vaga y Polaco Sunshine. A algunos los filmó en el Tigre y a otros en bares de la Capital, aunque habrá que esperar unos meses para verlos online. Porque, después de todo, hacer videoclips no es solo apretar REC y ya. Y, por lo pronto, Moon sólo piensa seguir viajando, a fin de alimentar el hambre de nómada que lleva adentro. “Me parece que todos somos nómadas en un punto, y yo tengo la suerte de poder hacerlo. Me encanta vivir así. Creo que todos somos pasajeros. Ojalá todos pudieran viajar”, desea.

Como un perro, da vueltas sobre su centro, se disculpa y vuelve a desaparecer del radio de acción. Dice que tiene que terminar de editar algo. Parece que viajara a la velocidad de la luz y que cada segundo valiera oro. En la casa palermitana de Lula Bauer, la fotógrafa que lo ayudó a buscar las bandas locales para filmar y a quien conoció a través del chat –como casi al resto de la gente que visita alrededor del globo–- Vincent terminó su tarea y ahora dice estar listo para seguir conversando.

Hasta este momento, el tercer día de su visita, el parisiense se ocupó de salir de noche y de “encontrar buenos lugares para beber”. Luego se encargó de las diferentes locaciones para los conciertos Take-Away locales. Estos videos “directos para llevar” son un canto a la inmediatez: con planos secuencias y sonido directo –pero bien microfoneado–, se filman, editan e imprimen. El único criterio con el que Vincent elige a las bandas es el gusto personal. Aunque tampoco se queda allí, sino que toma estas elecciones como una misión de vida. “El hecho de elegir tal o cual grupo está vinculado también con mi búsqueda. Porque yo siento que la gente sigue mi trabajo, aunque no sea mucha gente, es una cantidad. Y tengo el deber de mostrar algo que la gente no vio, de darles lugar a propuestas nuevas. Entonces me gusta mostrarles algo diferente”, explica.

Moon cuenta que lo que le interesa es poner en el mismo nivel al músico y a la gente, “para que todos sean parte” de algo que está sucediendo en ese momento. “Es la razón por la que lo hago, me parece lo más importante”, sentencia. Las bandas suelen tomar las decisiones en cuanto a las locaciones. El video de Arcade Fire, tal vez el más conocido, en el que los ocho integrantes están tocando en un ascensor, fue craneado por la banda misma, al igual que la original percusión que usan en ese minúsculo espacio. “Esa idea en particular se le ocurrió al cantante (y principal compositor de la banda canadiense, Win Butler). Por lo general, las bandas saben dónde quieren grabar. Yo dejo que elijan. Estábamos en un hotel y el cantante dijo “vamos a hacer un tema arriba de un ascensor” e hicimos eso. Y la percusión con la revista se le ocurrió al percusionista. Yo no me meto”, termina tajante Vincent.

¿Cómo se usa una revista para marcar el ritmo? Habrá que sintonizar La Blogothèque y enterarse.