LA OLA QUE QUERíA SER CHAU
Sus integrantes –que destilan espíritu adolescente de los ’90– quieren hacer un casting: que se postulen chicos y chicas de 18 para que sigan tocando sus canciones cuando ellos ya sean viejos.
› Por Julia González
La importancia de llamarse La Ola Que Quería Ser Chau reside en la estela de espíritu adolescente que supo dejar Nirvana en toda la generación del ‘90. Tanto en las letras como en el legado que esta banda (que no se reconoce hija adoptiva del rock platense, como alguien rotula por ahí) quiere dejar para cuando ya no puedan pararse en un escenario o cuando la energía no sea la adecuada para seguir rockeando. “El nombre representa un juego de palabras entre hola y chau, que representa el ciclo vital de las olas que suben y rompen. Saludan y se van”, cuenta Los Migues (guitarra y voz), compositor, que se abre en una ronda de mate en la casa de Villa Ballester, lugar de ensayo y casa de Lorelei (batería), base de operaciones de la banda de City Bell.
Migue habla del dolor que le provocó que en plenos (y nada dulces) 16 la chica que le gustaba le dijera que su mejor amigo sería el elegido. Y como de algunos dolores adolescentes no se vuelve, lo mejor que pudo hacer Migue fue un cuento con la ola como personaje principal, y luego canciones. “Yo me sentía en la cresta con la energía para hacer cosas, con ganas de tocar. Pero estaba retrabado, entonces sentía como una ola todo el tiempo que no rompía nunca, que no podía completar su ciclo y despedirse.” La banda sacó su primer EP grabado de forma hogareña, Entre un ladrón y una beba de seis meses, de tres canciones que huelen como corresponde, con un sonido específico que fue buscado a través de sus influencias que oscilan entre Joy Division, Magnetic Fields, Flaming Lips y... Nirvana, claro. Guitarras al frente y letras de situaciones cotidianas (“A ella le gusta salir a comprar y que los chicos la miren pasar, y que cuando entre a la panadería además de comprar el pan, le digan ‘linda, cómo te llevaría’”), le dan frescura a la rompiente. Además del arte: fotos viejas de chicos divertidos que podrían haber sido ellos.
La historia de la confusión de si alguien los adoptó allá en la ciudad de los estudiantes data de cuando Ro Marques (bajo), Nico Bandido (guitarra y voz) y Migue se mudaron a una casa en City Bell. La pregunta obligada era si estos chicos estaban deseando ubicarse bajo el ala de alguna de las bandas de la logia o confundirse entre la muchedumbre. “Dicen que es la cuna de la movida del rock y no, es música que hace la gente, la gente puede vivir en cualquier lado y hacer música en cualquier lado. Nos rompe mucho las pelotas”, dice categórica Ro, y Nico redondea la idea de la cosa superlativa alrededor de La Plata contando que, en una nota que les hicieron en un suplemento local, hablaron todo el tiempo de la movida, pero casi nada de su música.
Como para dejar en claro que La Ola es un lugar, un símbolo que puede durar para siempre, al margen del espacio que ocupe en un mapa en la web, Migue tiene la idea de hacer un casting. Quiere que se postulen chicos y chicas de 18 para que sigan tocando sus canciones cuando ellos ya sean viejos. “Como una orquesta de mucha gente y que se siga llamando así y que se sigan tocando las canciones, casi como una banda así, adolescente”, se entusiasma Migue. “Ahí tendría que tener un presupuesto para hacerlo y dedicarme a la producción, porque yo cuando pienso las cosas las pienso como re amplias, pero después caés en la realidad y vas a tocar y suena como el orto”, rompe el guitarrista.
* La Ola Que Quería Ser Chau toca el viernes 14 de mayo en Club Belle Epoque, Lima 373, Córdoba Capital) y en el Festipulenta (C.C. El Zaguán, Moreno 2320) el domingo 30 junto a Sr. Tomate, Javi Punga y su conjunto musical y Tom y la Bestia Bebé.
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