Jue 05.08.2010
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LA GYPSY EDITA CANTINA KLEZMER

Pogo gitano con kipá

› Por Daniel Jimenez

Dicen los que saben que, en el ambiente de la música klezmer y balcánica de Buenos Aires de los últimos años, la Orquesta Kef generaba en cada presentación una sensación de revuelta festiva tan fuerte que debían alargar sus sets y repetir alguna que otra pieza ante los pogos más descontrolados de la escena. El team de vientos de la Kef, justamente, se destacaba por su energética performance al recrear canciones tradicionales, al palo, y con arreglos dignos de un desquiciado. Se ve que la fiebre de los brasses subió tanto que decidieron desprenderse y armar su propio proyecto: La Gypsy. Hoy este sexteto argentino, dirigido por Martín Rur (saxo tenor, alto, clarinete, composición y arreglos) e integrado por Rodrigo Genni (batería y percusión), Bruno Linetzky (clarinete), Cristian Beltramino (tuba), Gabriel Rosujosvsky (saxo alto) y Cristian Martinelli (trompeta), acaba de lanzar su debut Cantina Klezmer, que van a presentar con una gran fiesta mañana a la noche en La Trastienda.

“Tocar esta música es bajar un poco esa furia acumulada que uno tiene vaya a saber dónde y que sale al final del día. Además, el estilo balcánico y klezmer es fiesta; esa palabra lo resume todo. Es cantar, saltar y bailar hasta que las velas no ardan”, asegura excitado Martín Rur, capo musical y vocero for export de La Gypsy. Desde hace más de diez años, Rur recorre el mundo con diferentes formaciones, porque cuando el tiempo se lo permite le pone el cuerpo a Jué Mandinga (jazz latino), Kef (música klezmer), Ensamble Desarmadero (música “nueva”), OjaLá (pop) y Chau Coco!, un combinado más lonjero de pulso rioplatense, donde también lleva la batuta: “Es bueno llegar a tener tu propio grupo y pensar las cosas en función de ese grupo”, dice.

Aunque acepte que pasar de un estilo a otro significa un cambio “más que nada de mentalidad. Tenés que ponerte a pensar: ‘Bueno, ahora estoy tocando para bailar y para que se arme una fiesta’. Y después cambiás a: ‘Bueno, ahora estoy tocando algo para escuchar y pintó el mate’. Pero eso a mí me encanta porque mi formación es superecléctica”. Martín jamás pasó por el conservatorio, ni por una escuela de música. Explica que en su casa siempre se escuchó todo tipo de música y que esa mezcla ayudó a formarlo. Pero, ¿por qué klezmer? “Porque el estilo es más gratificante en comparación con otros estilos, y porque hay que ponerle mucho el espíritu. Si le ponés el espíritu, esta música sale, porque no requiere tanta prolijidad de notas o de ritmos”, reconoce.

Cantina Klezmer, su única producción hasta el momento, está formada por un repertorio de piezas propias y clásicas de firmes raíces en la música judía, balcánica, gitana y de pueblos perdidos de Europa del Este. Con aires del Río de la Plata en rabiosa ronda de baile y alcoholes, su debut es un paseo por doce estaciones que se levantan entre versiones de clásicos del rock argentino, como La bestia pop de los Redondos o De música ligera de Soda Stereo (a la que aquí rebautizaron capusottianamente Llamen a Moe), y composiciones en plan delirante happy yiddish como la ardiente interpretación de Kalasnijkov de Goran Bregovic o la euforia Underground de El yugosla. Pero este charco no tiene borde. O al menos no pareciera: “En La Gypsy también puede entrar el tango, la chacarera, el candombe o cualquier ritmo o estilo que nos guste, que podamos sentir y le sirva a nuestra música”, aclara Martín.

Además de hombre orquesta, el saxofonista es un tipo inquieto: estudió distintos instrumentos con maestros amigos del silencio como Marcelo Moguilevsky, Ricardo Cavalli, Juan “Pollo” Raffo, Federico Landaburu, Ernesto Jodos y María del Carmen Aguilar, gurú de la audioperceptiva. Ah, sin mencionar sus días de becado en la prestigiosa Berklee College of Music de Boston. Junto a un ciclo de música balcánica y klezmer que se realizará en Notorious a lo largo de este mes (ellos tocarán el jueves 26 de agosto), mañana hay una buena oportunidad para ver en vivo a este eufórico colectivo porteño que promete baile frenético y pogo con kipá: “Va a ser una fiesta”. Ojo.

* La Gypsy se presentará mañana viernes 6 de agosto a las 23.30 en La Trastienda Club, Balcarce 460, Ciudad de Buenos Aires.

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