A Stan Lee le encanta hacer cameos en las películas del universo Marvel y cuando en Mallrats de Kevin Smith hizo de sí mismo, le dio consejos de amor en un shopping a un fan. Por ahora a Adrián Sibar no le sucedió nada parecido, si bien para crear a Ema, la emo (www.emalaemo.com.ar) haya charlado con chicas pintarrajeadas de negro y fucsia en Plaza Houssay y la Bond Street, si de pulsiones sentimentales se trata, sus seguidores directamente le tiran lances a la “adolescente a punto de enfrentarse a la adultez”. Vale aclarar que aunque despierte todo tipo de emociones, la muchacha no es de carne y hueso. Ella dirá que no. Que vive con su padre psicoanalista en el barrio chino de Belgrano, sueña con hacerlo en París pintando y escuchando Edith Piaf. “Me dijeron que Ema es una metáfora de la Argentina: bonita, creída, maníaco-depresiva... Alguien pensó eso y me hizo el comentario”, cuenta su Dr. Frankenstein. ¿Más pistas sobre esta Eternauta de pelos ampulosos, amigos virtuales y comments reales? “Diecinueve años, confundida, ácida en sus reflexiones, pero con una energía vital muy fuerte.”

Antes de los 20, Sibar ganó un concurso en la Feria del Libro; de allí en más su lápiz estuvo al servicio de Dark Horse y DC Comics con las historietas de Planet of the Apes y Star Wars, y junto a Joe Kelly –el hacedor de Ben 10– hizo Bang Tango. Retomada la corriente de autor, se mandó a dibujar a Ema, un proyecto que considera “una patriada (...), mezcla la calidad de las ligas mayores con el tercer mundo, aunque eso cada vez está más en duda, ¿no?”. Y para empaparse de viralidad realiza la tira a partir de la licencia de Creative Commons, por lo que pueden dispararse infinitas Emas hechas por los fans. “Es para que puedan relacionarse sin lucrar, la pueden imprimir, es un texto legal que circula en Internet que creo le puede dar estructura a algo”, explica.

Lejos del Mono Mario en espíritu, más cerca de The Glammers en el tiempo (por nombrar dos casos de estrellas digitales de por acá nomás), Sibar cuenta que “quería hacer algo con estas chicas que uno ve lookeadas por la calle y expresan una forma de ideología, pero principalmente emoción”. “Ahora empezó a cobrar una dimensión tal –explica Sibar–, sea por la página o el Facebook, que el público interactúa con los guiones. Es más: está de novia con una fan. Gael la venía celando con una Simona y el día de la Independencia posteó: ‘Busco novio’. Quien mejor la cortejara se iba a convertir en su pareja e iba ingresar a ese mundo.” La elegida por esos “días de chamuyo sorprendente” fue Araí. “Fue muy interesante como fenómeno, las pibas con menos tapujos tirándole onda de una, los chicos son más en número, pero están ahí expectantes.”

Si a Sibar se le pregunta sobre cuál erotismo pesa más, si el deudor de los dibujos de Manara o el de las propias chicas que se autoexponen en la web, dirá: “Me parece que va conectadísimo de uno y otro. La sexualidad hoy se juega como una red social. Creo que mismo el look es una manifestación de eso. En lo que se ve como un vacío estoy hallando un contenido”. De esas interfases surgió uno de los capítulos con más comentarios. De cuando el papá de Ema la encuentra jugando con su clítoris y, sin saber cómo hablarle de “eso”, atina a darle recomendaciones por lo que sube al blog. “Las chicas se hacían eco de forma muy real, ‘me sentí re identificada’, escribían. No porque las haya encontrado el viejo masturbándose sino porque es un fantasma que está dando vueltas. A fin de cuentas, éste es un libro que uno va leyendo mientras se va escribiendo. Esa propuesta mantiene vivo el asunto.” ¿Cómo seguirá la historia e histeria de Ema? Sibar tiene planeado publicar el primer libro hacia fin de año y para que las fans se saquen fotos con esta riot grrrl internetiana ya pensó en una muestra con las pinturas de su autora.