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¿Qué tienen en común Ricardo Alfonsín y Keith Moon? ¿Que ambos tuvieron una juventud a puro escabio y pastillas, y que fueron bateristas ruidosos, demenciales e incendiarios en una banda mítica del rock británico de los ‘60? No. ¿Que ambos se lanzaron como candidatos presidenciales, y que son hijos de un ex presidente de la Nación al que se apodó “el Padre de la Democracia”? Tampoco.

El factor común entre el finado batero de The Who (Moon) y la nueva esperanza chascomusense de la Unión Cívica Radical para las elecciones del año que viene (Alfonsín) es un logotipo, conformado por tres círculos concéntricos: rojo el interior, blanco el del medio, azul el exterior.

Ese logo, en la Inglaterra de hace más de 40 años, era la insignia que nucleaba al movimiento mod, una subcultura basada en el look prolijo y el corazón descontrolado, que adoraba los scooters, los flequillos, los saquitos y las miradas torvas, y que tenía como rival tribal a los rockers. Los mods adoptaron el simbolito a mediados de los ‘60 a instancias del diseñador de ropa Ben Sherman, quien lo había tomado las escarapelas de la Royal Air Force, la fuerza aérea británica. Keith Moon se sacó varias fotos poniéndole el pecho al icono mod, que a su vez formó parte de algún logo de The Who y se convirtió en un diseño frecuente en posters de Paul Weller, Liam Gallagher y otros músicos ingleses.

Y ese mismo logo es, desde hace apenas semanas, el sello de los afiches de campaña del MoReNa (Movimiento de Renovación Nacional), la corriente interna del radicalismo que respalda al diputado bonaerense e hijo de quien presidió el país entre 1983 y 1989.

¿Puede inferirse que Ricardito Alfonsín escucha The Who, flashea con los peinados de The Faces, se cuelga con las letras de The Kinks, hace pogo con los ya setentosos The Jam? ¿Acaso el presunto arrastre de votos–nostalgia que se le adjudica no vendría sólo del alfonsinismo de los ‘80 sino también de la escena mod de los ‘60? Quien responde las preguntas del NO es Pablo Galeano, vocero del candidato: “El isotipo sintetiza dos identidades, la radical y la argentina, a través de un distintivo que combina las dos escarapelas”, asegura. “Los afiches combinan tradición e innovación; lo tradicional, por la tipografía Futura Extra Bold que la UCR usa desde la campaña del ‘83, y lo innovador, la incorporación del color celeste en la gráfica radical”, explica, con tecnicismos de diseñador, el encargado de prensa de Alfonsín Jr. Y, entonces, sobre los mods, ¿nada? “Pura casualidad”, cierra el asunto Galeano.

Lo que sí puede confirmarse es que ese logo redondo, sintético y tricolor ocuparía un lugar curricular de privilegio si en la Universidad del Rock existiera la carrera de Diseño Gráfico Brit Pop. Y que esta campaña –¿meta-mod?, ¿meta mods en la Rosada?– del radicalismo abre la puerta a que futuros candidatos políticos incorporen en sus iconografías otros logos de evidente linaje rockero. La pregunta que queda es: ¿qué línea interna del peronismo se quedará con la lengua stone?