CRóNICA: B D SEBASTIAN
› Por Roque Casciero
“Aquí debe haber muchos a los que sus padres trajeron a vernos cuando eran chicos y que ya crecieron, así que queremos darles un regalo”, dijo Stuart Murdoch, alma mater de Belle and Sebastian, el jueves pasado en el DAR Constitution Hall de Washington. El flacucho cantante manoteó una bolsa con pelotas de fútbol americano de plástico, a las que previamente habían autografiado los ocho integrantes del combo escocés. “Ibamos a tirárselas, pero no nos imaginábamos que este lugar era tan concheto”, se rió. Y a continuación se trepó por las barandas que separaban a la platea del pullman, caminó por encima y les llevó los balones a los más jóvenes del público. Para entonces ya le había pedido a una chica del otro costado del escenario que le pintara los labios mientras él cantaba Lord Anthony, y un rato más tarde iba a hacer subir a una decena de afortunados a bailar durante The Boy with the Arab Strap (cuando terminó el tema, premió a cada uno con una medalla). En los bises, mientras sonaba Sleep the Clock Around, una chica avanzó por el pasillo principal con un cartel que decía “Escápense con nosotros, Belle and Sebastian”. Y Murdoch, rápido de reflejos, primero le firmó la pancarta y después salió corriendo con la dama hasta la mitad del auditorio, antes de volver a cantar las estrofas finales. “Anoche estuvimos en la Casa Blanca”, dijo en otra parte del show. “Estuvimos hablando sobre esto de que ustedes no tienen representantes en el Congreso, aunque sí pagan impuestos, pero no logramos demasiado. Al menos lo intentamos.” Las 4 mil personas que atiborraban el lugar no cambiaron su actitud por esa broma, que concluyó con la dedicatoria de un tema al perro de la familia Obama: las sonrisas ya estaban marcadas a fuego en los rostros. Los pies de todos se entregaban a un baile relajado entre las hileras de butacas azules con estrellitas blancas. Los de nerd Murdoch eran los que iniciaban la danza con movimientos torpes, como si él supiera que bailar no es lo suyo, pero no pudiera evitarlo. Las canciones de Belle & Sebastian ofrecían bellas melodías de un pop barroco –corno francés, violines, viola–, buena onda, los Beach Boys cruzados con Velvet Underground... Acaban de sacar un disco apropiadamente llamado Belle & Sebastian Write about Love y el 15 de noviembre tocan en el Luna Park. ¿Se “reunirá” Murdoch con Cristina y Mauricio para arreglar los problemas porteños? ¿Repartirá Jabulanis firmadas? Lo único asegurado será la belleza de las canciones que estos escoceses construyeron en catorce años de carrera. Y con eso alcanza y sobra.
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