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El fallecimiento de Néstor Kirchner –del que el NO se ocupa con mayor profundidad en esta misma edición– revolvió las nociones de ciudadanía y política en los músicos locales. Aunque esté radicado en Suiza hace casi una década, al músico electrónico argentino Franco Bianco el golpe no le pasó lejos: “Veníamos de Menem, De La Rúa y Duhalde, acostumbrados a no ponernos de ningún lado, a la fiesta en Miami y a la gente muriéndose de hambre. Néstor y Cristina Kirchner me incentivaron mucho a ver otras cosas más allá de mi propia comodidad”, da el crédito y el respeto al ex presidente fallecido. Y aunque aclare que el gobierno de ella le gusta más que el de él, desde Basilea (esa suerte de triple frontera europea... ¿o esa triple frontera europea con suerte?) se siente “en el exilio en estos momentos de angustia para los argentinos”. Igual, siguió la cobertura en la señal internacional de la TV Española (TVE), que “llevó el tema de la muerte y el sepelio con mucho respeto”.

“La política es el modo en que miramos el mundo”, define con acierto el músico; y en ese sentido, dice, “como te sentís mejor en un buen asiento, te sentís mejor cuando tomás una posición para tu vida, respecto de las cosas que pasan alrededor tuyo”. Es un buen consejo de parte de un músico proveniente de una escena, la electrónica, con representantes no muy habituados a tomar definiciones (ni en política ni en muchas otras cosas) ni a responder sobre otros temas que tecnología, máquinas y productores.

Pero, al fin de cuentas, de música se trata y en ella Franco Bianco tiene una historia amplia y un invento: el Tenori-On, un aún nuevo instrumento presentado este año en la Winter Music Conference de Miami, el encuentro más importante a nivel mundial en cuanto a la aplicación de nuevas tecnologías en la música. Yamaha, la firma que lo desarrolla, convocó a Franco para girar por el mundo con el Tenori-On, un instrumento “para la introspección musical que acaba con el mito de que para hacer música hay que ser un genio o cursar años de conservatorio”, y en castellano: una máquina con funciones de sintetizador, photosizer y banco de sonidos, todo en uno, para la mochila de la dama o del caballero.

–El Tenori-On viene a ser como el iPhone de los sintetizadores, ¿no?

–Claro, tenés muchas funciones en un aparato. Eso es algo distintivo del uso de las computadoras y máquinas en la música: que podés replicar cualquier instrumento de un modo ilimitado con apenas un teclado de dos octavas. Si comprás una guitarra, tiene ciertas limitaciones. Si comprás un teclado, también, tiene una placa que determina qué puede hacer y qué no, pero con las computadoras eso cambió y la creación se hizo ilimitada.

–También da la impresión de que en la comunidad de productores y músicos de electrónica se comparte más información que en la del rock.

–Es verdad, también imagino que por ese contacto con la PC, las redes sociales y los foros. Además, muchos músicos electrónicos usan software libre y están conectados con esas comunidades más técnicas, también.

Con esas herramientas, la música de Franco Bianco se destaca por diversas cuestiones. A veces más por el pulso cachondo que cobran sus remixes, otras por lo entretenido de su cruza de techno con música country y las últimas por lo ocurrente de, por ejemplo, samplear a Luis D’Elía. Además, junto a su pareja, Rafaella Bec, Franco maneja el sello Dilek Records, un proyecto que edita en vinilo a nuevos artistas. “El vinilo va siempre a pérdida desde que cayó en desuso, pero tenés una satisfacción romántica. Ahora sacaremos la octava edición y da placer ver que con coleccionistas, melómanos y curiosos hay una porción de la industria que nunca va a desaparecer. Aunque tal vez sí la música mainstream.”

* Franco Bianco toca el viernes 5 de noviembre en Bahrein (Lavalle 345). A las 22.