PHOENIX, EL COMBINADO DE VERSALLES, EN EL HOT FESTIVAL
La banda francesa, creadora de himnos para la llamada Generación Y, llega finalmente a presentar su disco Wolfgang Amadeus Phoenix al festival más caliente del fin de año porteño.
› Por Yumber Vera Rojas
Aún late en el inconsciente colectivo de los afectuosos a la escena indie francesa el recuerdo del show extra que brindó Phoenix tras su actuación en el Personal Fest de 2007. Ese domingo a la noche, en una efervescente La Trastienda de ímpetu festivo, el combinado de Versalles detonó la mortal artillería de canciones cadenciosas que lo convirtió en (con el permiso de Mollo y Arnedo) “la aplanadora del pop europeo”. Si bien Laurent Brancowitz, uno de los dos guitarristas del cuarteto, del otro lado del teléfono, todavía no entiende muy bien cómo un recital más del conjunto fue capaz de desatar tanta euforia en la audiencia local, en el par de días que estuvo acá se pudo percatar de la pasión que hierve en la capital argentina. “Creo que me di cuenta de eso luego de ver un espectáculo de tango. Lamentablemente no me acuerdo del nombre del artista, ni del lugar, pero fue increíble. El movimiento, el sonido... Buenos Aires es una ciudad linda, gastronómica y de muchas sorpresas. ¡Hasta nos encontramos a Snoop Dogg en el aeropuerto!”
Aparte de desenfundar himnos de la Generación Y como If I Ever Feel Better y los temas de su álbum It’s Never Been Like That (2006), el grupo fundado en 1999 aprovechó su debut en la Argentina para adelantar algunas de las canciones de Wolfgang Amadeus Phoenix: considerada una de las mejores producciones de 2009 y ganadora a comienzos de este año del Grammy en la categoría “Mejor disco de música alternativa” (superando a Sounds of the Universe de Depeche Mode y a It’s Blitz! de Yeah Yeah Yeah). “Ganar este premio es una experiencia increíble, pero al mismo tiempo difícil, pues, aunque estamos conscientes de su relevancia, no nos cambió nuestras vidas. Nos avisaron acerca de la noticia y listo. No pasó de ahí”, explica Brancowitz al NO. “Respetamos a los otros artistas que formaron parte del rubro, al igual que a todos aquellos que consideran esencial obtener un Grammy. Sin embargo, fue muy raro sentir que estás compitiendo. Hay que tener cuidado con la sensación que te deja. No debés creerte que esto significa que lo conseguiste todo.”
A pesar de que el cuarto disco de la banda gala sostiene el distintivo rasgo sonoro que con los años supo forjar y patentar, Wolfgang Amadeus Phoenix es básicamente la apertura de un nuevo ciclo conceptual en el conjunto. Por eso, no por casualidad este trabajo cuenta con la reincidencia de Philippe Zdar (miembro de la dupla francesa de house Cassius) en la decisión artística y la mezcla, debido a que fue él en cierta medida, a partir de su rol de productor en el primer álbum del cuarteto, United (2000), el coartífice del identikit musical que hoy caracteriza al grupo. “Nunca pensamos qué diferencia a este disco con los anteriores”, apunta el violero. “No sabemos muy bien lo que queremos hasta que entramos a grabar. Nos dejamos llevar por la experimentación, pues reconocemos nuestras limitaciones como músicos, y así van surgiendo las canciones. Es el método de trabajo que utilizamos, que en esta ocasión contó otra vez con la ayuda de Philippe. Todo fluye en el estudio de forma natural.”
Aunque en una primera pasada la última entrega de Phoenix pareciera no encontrar disimilitudes con el resto de su discografía, lo que en esta oportunidad se transmuta es la ambición del grupo por hacerse de un pop de actitud demoledora sin que éste pierda elegancia, ni frescura, ni las ganas de ir a por el baile. “Es un proceso natural que el nuevo disco siempre nos parezca mejor que el anterior. Nos gusta mucho el acabado de Wolfgang Amadeus Phoenix. Sin embargo, esto no quiere decir que menospreciemos lo que hicimos antes. Lo que pasa es que ganamos en experiencia. De hecho, pronto comenzaremos a preparar el nuevo álbum, que seguramente, si volvemos a hablar más adelante, te lo venderé ‘como lo mejor que hicimos hasta ahora’.” Después de las especulaciones que aparecieron acerca de las razones que motivaron a llamar al disco con este nombre –que puede pecar de creativo, extravagante, osado o irrespetuoso–, Laurent derriba cualquier fábula: “El título no significa nada. Es inocente. Un día nos levantamos con la idea y se lo pusimos”.
A manera de contraste con el pasado, las temáticas que encierra Wolfgang Amadeus Phoenix abordan más tópicos mediante un verso menos obvio. Y hasta le rinde homenaje al París de comienzos del siglo XX a través de la canción 1901. “No tratamos de dejar un mensaje reflexivo, pero sí somos críticos con lo que vemos. Abordamos mucho las relaciones personales, lo que nos pasa. Es como un lienzo que vamos alimentando con relieves y colores. No obstante, en esta oportunidad tomamos distancia de la cotidianidad y les cantamos más a nuestros deseos.” Generadores de una retahíla de hits, el guitarrista de la agrupación confiesa que se sorprende de la dimensión que tomaron sus temas. “No hay reglas para ello, y eso te lo puedo asegurar pues nosotros no somos músicos con una formación destacada. Por ejemplo, Thomas Mars (N. del R.: vocalista de la banda y compañero sentimental de la cineasta Sofia Coppola) de pronto se convirtió en cantante. Lo que nos interesa es experimentar. Si es un hit o no depende de la disquera, de los medios y de los fans.”
Con la reciente visita de AIR a Buenos Aires se completó el arribo a esta parte de Occidente de la avanzada de artistas que desde Versalles revolucionó la música popular contemporánea de los últimos tres lustros, y de la que también forman parte los integrantes de Phoenix y de Daft Punk (como dato curioso, Phoenix toca en sus recitales un tema de AIR; Playground Love, y en octubre pasado, en un show que brindó en el Madison Square Garden de Nueva York, Daft Punk actuó en calidad de invitado sorpresa). Es más: Laurent Brancowitz integró en el alba de los ‘90 el grupo Darlin’, junto a Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo (creadores del binomio retrofuturista que se encargó de la banda de sonido de Tron: Legacy). “Versalles es una ciudad aburrida en la que no pasa nada, pero es hermosa. Creo que es la más aristocrática y conservadora de Francia”, describe el guitarrista. “Sin embargo, en oposición a eso surgieron muchísimos proyectos buenos. El vacío fue lo que nos movió. De manera que la urbe influyó en lo que hacemos.”
En cuanto al sonido distintivo del indie pop de su país, escena notablemente marcada por las propuestas de los ‘80 (oscilando entre el twee y el R&B) y que, además de Phoenix, protagonizan nombres como Tahiti 80 y B.Alone, Laurent se sincera: “Es cierto que el sonido de la movida gala es distinto al de Londres o Nueva York. Aunque, para serte honesto, no sé por qué”. Cuando se le consulta sobre lo que su agrupación presentará en esta vuelta a la Argentina, el músico apela nuevamente a la espontaneidad: “No lo sé, prepararemos el repertorio una vez que estemos allá. Supongo que la mayoría de los temas serán de Wolfgang Amadeus Phoenix”. Ahora que la nación europea se vio sacudida por la huelga masiva que unió a sindicatos y a estudiantes contra el endurecimiento de la normativa laboral del gobierno de Nicolas Sarkozy, ¿qué tan bajo cayó la popularidad del líder de los franceses? Y entonces el violero otra vez saca a relucir su franqueza: “A nadie le gusta lo que hace. Sarkozy no tiene la menor idea de nada. La verdad es que no creo en él, ni en ningún otro político”.
* Phoenix actuará el 19 de noviembre en el Hot Fest. Costanera Sur (Av. España 2230).
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