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Allí tocaron Charly, Pappo y los Ratones, los No Te Va Gustar dieron sus primeros shows en la Argentina, ocurrieron los festivales Buenas Vibraciones, Zeta Bosio pinchó discos y cantidad de bandas emergentes del conurbano sur hicieron carrera (Aladelta, Pork, Tracy Lord). Allí, el viernes, hubo otro festival de buena onda. Y allí, en la madrugada del sábado, a las escondidas, llegó la Municipalidad de Lomas de Zamora para clausurarlo. Peteco’s, de ese lugar del conurbano se trata, fue cerrado por hacer lo que hizo los últimos 17 años: presentar “bandas en vivo”, o eso es lo que se aduce en el acta de clausura. Sin embargo, su propietario, Jorge Gavilán, denunció que la Municipalidad cerró Peteco’s porque contó lo que no debía.

Este verano colaboró con la Municipalidad como asesor para los shows gratuitos que organizó la Secretaría de Cultura: Los Auténticos Decadentes y Dread Mar-I fueron los casos más resonantes. “Ahí vi cómo se dibujaron los números, cómo se armó la seguridad con gente que no está capacitada, cómo se montó una estructura que no daba, se colocó un tipo de vallas que no servía; y me corrí porque con Peteco’s siempre hice las cosas bien”, dijo el empresario. “Pero con Lauría (Omar, subsecretario de Cultura) y con Fabián Chena, el cobrador de las coimas para la intendencia, la cosa es así: o estás con ellos o no estás, no es que te van a dejar estar enfrente”, endureció sus declaraciones al NO Gavilán, el pasado miércoles.

Desde que se separó del trabajo oficial empezaron los problemas y las amenazas. “Cuando las recibí, me sentí bajo una dictadura municipal y conté lo que sabía”. Y explica que “se cobran coimas de 500 pesos por semana a los boliches, que una habilitación se consigue por entre 15 y 50 mil pesos”, contó por Facebook y le confirmó al NO. “Ahí llegaron las amenazas de muerte”, hace unos días. “Me dijeron que no abriera el viernes (de la semana pasada) o me cerraban; y que me callara.” Abrió igual porque no había ningún acta que dijera lo contrario, y convocó a bandas, público y prensa.

Y el festival ocurrió: una docena de grupos, unos 50 músicos y varios centenares de pibas y pibes se sumaron para decirle “No a la clausura de Peteco’s” en un festival de bandas amigas (entre sí y del local lomense), que acabó con todos en el escenario tocando Rockin’ in the Free World de Neil Young, todo un manifiesto, apenas menos explícito que el discurso final de Gavilán en el escenario: “Esto no se trata sólo de Peteco’s sino de vivir en democracia, de poder decir lo que querés con tu banda y manejar como querés tu negocio dentro de la ley, como lo hizo Peteco’s siempre. Cierran Peteco’s porque me quieren callar. Yo quizá ya esté cansado y quebrado, pero que no los quieran callar. La música es cultura”.