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“Entendeme, amigo, yo soy un artista. Si un escultor tiene una vida que es una cagada, su escultura reproduce esa mierda. Yo soy músico, soy artista, y todo lo que estaba podrido en mi vida cuando hicimos el disco se filtró en él.” A contrapelo de la lógica, Dez Fafara, ex líder de Coal Chamber, despotrica bastante no contra Beast, el primer disco de su nuevo grupo DevilDriver, sino contra la realización de ese álbum. “En esa época era una especie de banco de sangre para un montón de vampiros y de vampiras que había a mi alrededor y que me chupaban la sangre mientras decían ser mis amigos. Y cuando estaba empezando a grabar la música del disco, me di cuenta y tuve que sacar toda esa mierda decepcionante y ponerla allí.”

Fafara comenzó su carrera con Coal Chamber en 1994. Tres años después, lanzaron un disco epónimo instantáneamente etiquetado como nü metal y denunciado como vaga imitación de Korn. Chamber Music (1999) los quitó de ese fango y Dark Days (2002) volvió a tener una recepción tibia. Luego de peleas en el seno del grupo y del alejamiento de la bajista Rayna Foss–Rose para dedicarse a la crianza de su hija, lanzaron un compilado y se separaron. Desde entonces, Fafara ha publicado cinco discos con la banda de groove metal DevilDriver. El flamante Beast es el que los trae a la Argentina, un territorio que jamás pisó con su anterior banda: “No creo que lo hagamos tampoco. Las cosas quedaron muy cagadas, no son fáciles de arreglar. Además, ya está: Coal Chamber existió diez años y ahora estoy con DevilDriver y seguiré estando con esta banda, espero que por mucho”.

Sobre su malestar, Fafara despotrica contra su ambiente, pero sin dar señales de qué fue lo que ocurrió: “Me traicionaron. Eso lo resume todo. Cuando escribí Beast quería hablar de la traición, de cuando tu amigo se convierte en una bestia que no reconocés, un monstruo lleno de odio. Y a la vez, eso me hizo abrir los ojos y pensar si yo no estaba tratando a la gente así de mal, también. Por eso, más allá de lo bestial, el disco es un llamado a despertarse a la Humanidad, a rodearse de amor y de familia”.

Un hecho contundente cobijado en el nü metal era su capacidad de representación de la imperecedera bronca (a veces atonada de hastío, otras de asco) adolescente. Esto quedó claro en los shows de Head (ex Korn) y de Limp Bizkit, la semana pasada. Head cambió reclamos por salmos cristianos y la recepción fue muy medida; pero con Limp Bizkit, las 4 mil personas que fueron al Malvinas Argentinas se sacaron la mierda juntos. “El público del metal es un público luchador. Saben que vos, con tu música, luchás contra la hipocresía, la mentira y la traición; y ellos luchan contra eso también. Mi llamado es para luchar todos juntos.”

* DevilDriver presenta Beast el miércoles 10 de agosto en El Teatro de Flores, Rivadavia 7806. Desde las 18 con Víctima, Coalission, Punto Ar y V.I.D.A.-+