Las raíces cuarteteras (y pachangueras en general) que los Kapanga tan hábilmente fueron regando con explosiones de distorsión y otros aditivos rockeros llevaron a los quilmeños a ganarse cierto status de “banda federal”. Si bien en las carteleras de los festivales de Cosquín y La Falda pasados ocuparon lugares intermedios, sus shows estuvieron entre los más calientes. Por eso no resulta casual que hayan elegido Santa Fe, donde se sienten todavía más locales que en Quilmes, para presentar su cuarto disco, Botánika. Que es el primero editado por fuera de la multinacional EMI (ahora a través del sello PopArt). Y que plantea, tanto en su tapa como en las ilustraciones del CD y el librito interno, un primer plano de una hoja de marihuana. La cuestión del cannabis no es una novedad en Kapanga; el recordado hit “Ramón” –en cuyo clip se fumaban a un chabón– la hacía explícita. Y canciones de Botánika como “Quiero más” o “Fumar”, también la tienen presente. Sin embargo, el tema parece dividir opiniones en el grupo. Ausente en la nota el bajista Balde y en silencio el guitarrista Prince, aquí contestan el carismático Mono, el baterista Maffia y el otro guitarrista, Maikel.
–¿En Botánika pasaron de degustadores a militantes?
Maikel: –En realidad, la hoja de la tapa es de una planta macho, y la planta macho no sirve para nada, salvo para hacer aceites o alpargatas. Es cáñamo.
Maffia: –Como las redes de los pescadores chinos de hace 5 mil años, o los tejidos, las fibras... Además, lo de Botánika habla de que las plantas van a salvar el mundo. Necesitamos de los árboles, de todo lo verde...
Maikel: –Botánika es por las plantas, el oxígeno, la vida. Aparte, el que leyó a Castaneda, sabe que son plantas que tienen un poder especial.
Mono: –¡Vos también le das pie!
Maikel: Bueno, es lo que pienso... el ecosistema.
–¿Les molesta que les pregunten sobre el tema? Porque teniendo la hoja en la tapa...
Mono: –No, es que... Aparte, el otro día, en el casino del puerto, vi unos arbolitos bonsai, y hay uno, que es de una especie que se llama acer, que tiene la misma hoja que la del cannabis. Igualita.
Maffia: –¿A quién no le enseñaron en la escuela a germinar una semilla de poroto? Yo aprendí ahí, me lo enseñaron en la escuela. Y hoy, después de muchos años de haber dejado la escuela, sigo germinando.
–¿Por qué a Kapanga le va mejor en el interior que en Buenos Aires?
Mono: –Es que la gente no encasilla tanto. Al mismo pibe que escucha a Los Redondos también le gustan Los Palmeras o Kapanga o Attaque.
Maffia: –La gente va más a ver shows en vivo en el interior que en Capital.
Mono: –Nunca dejamos de girar por el interior, lo laburamos mucho. En Santa Fe tocamos más de 60 veces sólo en los últimos dos años. Además, detrás de Kapanga no hay ningún invento. En Cosquín tocamos en el mismo escenario que bandas con quince años de trayectoria, y no defraudamos.
Maikel: –En La Falda, antes de salir al escenario, la gente cantaba “que salga el Mono, todo el año es carnaval”. Y nos pusimos, por primera vez, un poquito nerviosos. No es que hagamos patria por tocar en el interior. Tocamos donde haya gente que nos quiera escuchar.
–¿Cómo ven, a la distancia, la gira por Puerto Rico?
Maffia: –Nos vino muy bien en un momento tan difícil para trabajar en el país.
Maikel: –Musicalmente, el haber tenido la portaestudio encima nos hizo componer en gira y preparar los demos para este disco. Fue un trabajo que rindió sus frutos; componer y grabar el demo al toque. Por algo Calamaro es Calamaro. Mono: –Igual, más allá de trabajar afuera, lo más valioso del momento es que con la crisis los ojos se volvieron hacia adentro. Está reflejado: la Bersuit hizo montones de Obras, Rata Blanca y Babasónicos llenan el Luna Park, La Renga en River, el crecimiento de El Otro Yo y Mancha de Rolando, lo de Diego Torres, la aparición de La 25...
Maikel: –Además, a pesar de la crisis, hay espectáculos, como Babasónicos, que artísticamente no tienen nada que envidiarle a cualquier banda de afuera.