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La fórmula es rara. Dos tipos que venían del palo rockero decidieron emprender un viaje más acústico, de guitarra y voz. Grabaron un demo casero con un par de temas. Las canciones comenzaron a difundirse por Internet. Buscaron bares para tocar y la gente se fue sumando. Al poco tiempo, el dúo se convirtió en cuarteto y grabaron Ya no somos dos ahora, el disco debut de Salta la Banca. Luego se transformaron en un octeto, para finalmente quedar seis miembros en la formación estable. Con poco más de dos años sobre los escenarios, acaban de editar Seremos y tocaron en Groove para más de 2 mil personas.

Santiago y Beto se conocieron en un recital de Inmaduros del Carajo, banda en la cual Beto tocaba la guitarra. Al tiempo pegaron buena onda y en largas charlas nocturnas por MSN se empezaron a recomendar las bandas que escuchaban. Después se pasaron temas propios, y más tarde grabaron algunas canciones en la casa del guitarrista. Chispa (Tomás Calvo, por entonces manager de Inmaduros) estaba fascinado con el formato acústico y le encantaba el dúo. Empezó a insistirles con hacer alguna fecha, mientras pasaba los temas que habían grabado a todos sus contactos. Ahí comenzó el “boca en boca” que le dio renombre al dúo, colmando Makena en su primera presentación en vivo.

–¿Cuándo decidieron dejar el dúo y encarar a Salta la Banca como banda?

Santi: –Estuvimos un año como dúo. En diciembre de 2008 presentamos a Marce en saxo y a Pili en teclados.

Beto: –Necesitábamos expandir un poco más el espectro. Sólo guitarra y voz nos quedaba corto, y cada vez había más temas. Ese fue el fin del dúo Santi y Beto, y el comienzo de Salta la Banca.

A partir de ahí, la banda entró en una vorágine difícil de explicar. Los shows se sucedían y cada vez había más temas nuevos. Se planteó la posibilidad de grabar un primer disco con un poco más de profesionalismo. Hubo un apuro muy grande por lograr un mejor producto, lo que llevó a hacer el disco de forma desordenada y que algunos temas tengan menos de tres ensayos previos a la grabación.

“Salta la Banca fue a las apuradas –cuenta Santi–. El nombre, el disco, el primer show, todo. El tema es que la movida estaba emergente. No sólo la banda, el palo. Entonces no teníamos tiempo, la cosa era ahora. Igual esa inmediatez te come la cabeza. El fenómeno de Salta la Banca va a ser mayor a la distancia, cuando se entienda que esto pasó en menos de tres años. Fue todo a las corridas. Además es imposible no atribuirle a la gente lo que pasó con la banda. Todo esto germina del boca en boca.”

–¿Cómo ven la movida del rock actual?

Mauro: –Antes, cuando ibas al Marquee, tocabas para 500 tipos porque la gente iba a tomarse una birra. No sabías qué banda tocaba, pero ibas igual. Cuando arrancás a tocar no te importa ganar guita. Lo hacés por gusto. El tema es que ya no podés ir tan a pérdida. Todo es guita, y siempre terminás perdiendo. Tenés que invitar a dos bandas, cobrarles, que es una situación incómoda, y vender por lo menos 100 entradas. Terminás laburando para otro tipo.

* Salta La Banca toca junto a Ciro & Los Persas y El Bordo en el Zona Rock 2011, Estadio Cubierto Malvinas Argentinas, Gutenberg 350. Viernes 26, a las 19.