El 2011 va ser recordado por todos por el “affaire” de River Plate en el glorioso (y picante) Nacional B. El descenso (hasta da miedo escribir la palabra) parece tener consecuencias negativas, infernales: el exilio, el desprecio o la maldición. Pero si para el futbolero resulta un poco apocalíptico (River en la B parece de ciencia ficción) y bastante aburrido (pregúntenles si no a los de Boca lo aburrida que es la A sin River), por suerte para alguna gente de Gimnasia y Esgrima de la Plata (más precisamente Santiago Motorizado de El Mató y Gastón Olmos, batero y artista plástico de los 107 Faunos), la cosa no es para tanto. A fin de cuentas, el descenso no implica la desaparición de un club y también puede ser un interesante desafío deportivo. Gastón Olmos de los Faunos (que también tienen un tema llamado Muchacho Lobo en el que se mezcla el amor por el Lobo platense con la peli de Michael J. Fox) cuenta: “El Melli (Guillermo Barros Schelotto) volvió a jugar gratis, ya retirado, para dar una mano, y aunque el desenlace fue nuestro descenso, el loco vino, puso la cara y lo dejó todo”.

Así, por valorar la actitud del ídolo futbolero, se le ocurrió hacer “una especie de homenaje, y nos reunimos algunos amigos hinchas del Lobito, les pedimos unos pesos a algunos chavos y nos pusimos a hacer esto: yo hice el dibujo, Agustín Masaedo escribió el texto y mandamos a imprimir unas postales y las repartimos en los últimos partidos del Melli de su carrera profesional”. Santi Motorizado, con la poesía que lo caracteriza, le explicó al NO que el Mellizo es un ídolo porque “juega con calidad y con las mañas de un jugador sabio y rapaz. Así quiero jugar yo cuando juegue en Primera: quiero ser como él”, sueña y explica que “el mellizo es un ídolo real, que no vende humo, es un personaje hermoso, con cara de platense pillo y subnormal. Con su flequillo mal cortado y su acné juvenil eterno, Guille es bello en todo sentido: desde su forma de jugar hasta su forma de hablar, medio nasal y despojada. Corre moviendo la mínima cantidad de músculos posibles, lo cual no le quita de ninguna manera ni un milímetro de su magia”.

Gastón Olmos (el batero de los 107 Faunos, que también se animaron a hacer colaborar en su primer disco a Pacho Maturana, el DT colombiano que dirigió la cátedra de Fútbol Champagne de aquel 0-5 en el Monumental en 1993 y que también fue técnico del Lobo) cuenta que fue “todo en el momento, sin fines políticos, ni ganancia, ni nada: los sponsors del reverso son de negocios y pymes nuestras y de otros amigos triperos”. “Ya nos habíamos acostumbrado a extrañarte, pero volviste a casa para que el 7 pintado en la espalda de la querida azul y blanca tuviera de nuevo algún sentido”, empieza el texto-panegírico de Masaedo que terminó arengándolo con un “siempre vas a ser el mejor de los triperos”.

Pero el cierre lo tiene Santi Motorizado, con un mensaje que contrasta con los tiempos que vivimos, en los que los violentos son celebridades con cada vez más poder en los clubes y más apoyo político. “Guillermo volvió en el peor momento y se fue a la B, y Gimnasia tuvo una nueva lección anti-exitismo, una más. Pronto el pueblo tripero va a estar en un estado de iluminación envidiado por las demás hinchadas. Aprendiendo a disfrutar, a pesar de las derrotas, de lo hermoso que es el mundo.”