“Luego de que me fui a vivir a Alemania, pasó todo muy rápido. Este año fue importante porque por fin pude empezar a disfrutar lo que me sucede. Fue una época productiva: estuve seguro de mí, buscando cosas nuevas.” El que está al teléfono, emitiendo un eco de llamada foránea con cada palabra de sazón alegre, es Guti Podliszewski, el ex tecladista de Los Jóvenes Pordioseros, que abandonó su historia en el rock argentino para escribir una más ambiciosa en las pistas de baile del planeta como productor y DJ. “El contraste es terrible porque si bien lo nuestro allá era muy grande, no deja de ser sólo una porción de gente a la que le gusta Pity (Alvarez) o quien sea. Acá sos vos el que se conoce en todas partes. Para que te des una idea, el mes pasado toqué en cuatro continentes.” Además tuvo su noche en templos del dance como el Watergate teutón o el Fabric londinense. “En Europa no pueden creer que no sea millonario si toqué en un grupo de rock. Es una rareza para esta escena que un DJ tenga formación musical.”

“Cuando descubrí lo que estaban haciendo Luciano y Ricardo Villalobos, en 2006, mezclando la música electrónica con los ritmos latinos, quedé atrapado”, recuerda el más nuevito de los embajadores argentinos del bit repartidos en Europa. “Me empecé a meter hasta que me di cuenta de que esto era lo que deseaba hacer. Al principio era un escape, pero luego descubrí un montón de libertad.” En 2009 tocó por última vez, en un Cosquín Rock, como parte de Intoxicados. En Alemania lo acogió Loco Dice, el artista tunecino que se atrevió a apostar fichas por él a partir de una coincidencia en Mar del Plata. “Tocaba con la banda en el Polideportivo, y él en Pueblo Límite. Fui, lo conocí y pegamos buena onda. Le pasé material mío, después me pidió más y me firmó todo. Le gustaba mi perfil, el pasado que tenía. Necesitaba un cambio, y cuando apareció esto ni lo dudé”, dice.

Guti forma parte de la avanzada de productores y DJs argentinos que vieron en Alemania la plataforma idónea para establecer su base de operaciones. “Lo que se ve desde acá es que en Argentina se hace muy buen dance. Deberían venirse porque les iría bien”, tienta. Si bien revistas especializadas como Groove ya denotan el posicionamiento de los nombres criollos dentro de la escena germana (incluso dedicó un informe este año en el que destacan a Barem y Jonas Kopp), esta antigua pieza del rock barrial, que estuvo en septiembre compartiendo grilla con Loco Dice y Richie Hawtin en una edición de la Moonpark, destaca que los artífices chilenos están mejor organizados. “Los alemanes no hacen distinciones específicas, sos sudamericano al final. La fusión de estilos les interesa mucho. La dificultad es más bien cultural: acostumbrarte a tu alrededor.”

Después de poner a la venta su primer álbum, Patio de juegos (2011), en el que colaboran figuras del calibre de Daniel Melingo (al que conoció hace años, y quien próximamente hará un disco dedicado a la electrónica), Guy Gerber y Ryan Crosson, el productor y DJ argentino, caballito de batalla del sello Desolat, cerrará su gira mundial, que empezó en marzo, en las Creamfields que se celebrarán en Sudamérica. En el capítulo argentino, compartirá cartel con David Guetta, Groove Armada, Luciano, Miss Kittin, Jonas Kopp, Barem, Ellen Allien, Gui Boratto, Booka Shade, Hernán Cattáneo, Pete Tong, Sven Väth, John Digweed y muchos más.

“Al principio era muy loco venir a la Argentina y que todo el mundo te prestara tanta atención. Presentaré este trabajo, así como temas de compilados muy lindos y otros nuevos”, asegura. Y a todas éstas, ¿cómo es el Guti Sound? “Me gusta ampliar la cosa. No estoy al tanto de los géneros, lo que sí veo es que hay gente buceando lejos aun dentro de lo suyo. El camino es tratar de hacer canciones.” Y en ese camino, remixa a Carl Cox, edita a Satoshi Tomiie y se codea con otras luminarias de la Premier League del dance: “Es una sensación muy rara para mí también”.

* Guti toca el sábado 12 de noviembre en Creamfields, Autódromo de Buenos Aires (General Paz y Avenida Roca). Desde las 17.