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Después de transformarse en uno de los emblemas del rock chileno con la agrupación La Floripondio, Aldo Asenjo no aguantó más tanta altanería yeitera y sacó del closet su expresión sensible y tropical. Así surgió Chico Trujillo: el conjunto que redefinió la clave del sabor en la nación trasandina. “La fusión de la cumbia con otros géneros nació casi como una humorada. Queríamos hacer canciones que nos gustaban y que escuchamos en algunos vinilos, y las mezclamos con las que aparecieron en guitarra acústica”, evoca el vocalista de aquel conjunto creado en 1999, celular en mano, al otro lado de la Cordillera. “También miré mucho a Chile desde afuera: anduve por Alemania y extrañé un montón de cosas. Una fue estos temas que hacía tiempo que no disfrutaba y que me provocaban felicidad. A pesar de que rockeros y cumbieros forman parte de tribus diferentes, hay un bando de personas que son capaces de aceptar ambas corrientes”, señala.

Si bien El Macha –apodo que también lo identifica– ya estuvo en varias ocasiones en Buenos Aires, este noviembre vendrá por primera vez con el proyecto que le quita el sueño: Chico Trujillo. “Esto se dio gracias a una invitación de Kevin Johansen para participar en su festival El Vecinal. Así que repasaremos nuestros discos y presentaremos canciones nuevas.” De los cinco álbumes de Chico Trujillo, dos son en vivo. El último, Vivito y coleando (2010), sostiene el formato y celebra los 10 años del grupo sobre los escenarios. “Algunos llegan a nuestros conciertos con la idea de que tocamos cumbia tradicional, y la verdad es que lo hacemos más acelerado y pesado. Yo no sé qué les pasa, sólo veo sus caras de sorpresa.” A partir del mejunje que abraza su propuesta, que aúna el ritmo tropical con el ska, el reggae, el bolero, el son y el rock, en su país se atrevieron a definir su sonido a través del rótulo de “nueva cumbia chilena”. Sin embargo, Aldo no se hace cargo: “No tengo idea de qué es eso”.

Más que improvisar una fórmula innovadora, Chico Trujillo se aboca a la reivindicación de la cultura popular. “Es algo que nos sale natural. La cumbia está relacionada con eso. Vamos por el rescate de lo que se perdió en los 17 años de robo cultural que vivimos.” El gran momento que vive la banda es consonante con la actual primavera de la cumbia en todo el mundo: “El género en Chile pasa por un momento en el que la gente lo acepta, pero al mismo tiempo se transformó en un producto de moda. Creo que en el fondo también lo rechazan porque somos tiesos, no somos tan buenos para bailar”.

Aunque la voz cantante del combo fundado en la Villa Alemana niega –con cierto dejo de duda– que alguna canción de su grupo se haya colado entre los cánticos del fútbol chileno, lo que no puede objetar es que Chico Trujillo compone la banda de sonido del proceso de desinhibición que vivió Chile en los últimos tiempos. “Seguimos siendo vergonzosos, pero hay muy buenas bandas de hip-hop, letristas y cantantes, y todo esto ayuda a que nos desenvolvamos más.” Hace unos días, la ONU publicó el ranking de los países con mejor calidad de vida en el mundo, y el suyo está a la cabeza en el listado latinoamericano, lo que tiene a El Macha indignado. “Esa es la imagen parisina que quieren reflejar. Basta que te des una vuelta por acá para darte cuenta de la cantidad de pobreza que hay. La desigualdad acá debe ser una de las más grandes del mundo. Pese a lo que sucede, me da alegría y satisfacción vivir en este país, porque los estudiantes dan la pelea por sacarlo de la pobreza cultural. Se atreven, y no se venden.”

* Chico Trujillo toca el martes 15 y el miércoles 16 de noviembre en el festival El Vecinal, junto a Kevin Johansen & The Nada, en Niceto Club, Niceto Vega 5510. Desde las 21.