SUR OCULTO MUESTRA SUR OCULTO
Música sin prejuicios podría ser una definición sobre lo que hace esta banda cordobesa. “Sentimos que lo estamos armando hace doce años”, dicen sus creadores sobre el disco.
› Por Lucas Kuperman
Bajo, batería y teclado. Tres instrumentos que, en conjunto, suelen estar relacionados al jazz. Sur Oculto no hace jazz. Tampoco hace rock, hardcore, funk, ni drum and bass. La banda es mucho más que eso.
Nació en Córdoba en 1999 como un trío de guitarra, bajo y batería, con la idea de hacer música sin prejuicios. “Estábamos cansados de escuchar ‘esto se va del estilo, no lo hagamos”. Queríamos tocar lo que nos sonaba, sin necesidad de encasillarnos”, dice Sebastián Teves, bajista fundador de la banda. Buscaron cantante, pero nunca apareció. Había temas que no lograban hacerlos sonar. Gustavo, el violero de aquel entonces, invitó a su primo, Fabricio Morás, para agregar un teclado a la formación. Al poco tiempo cambiaron el baterista y les ofrecieron una fecha para presentarse en vivo. El guitarrista se tenía que ir de viaje, y decidieron tocar como trío. Así quedó la formación estable de Sur Oculto con la que grabaron Trío, su disco debut.
En 2006 editan su segundo disco, Estados. Y luego de una nueva reestructuración, Pablo González se hizo cargo de la batería.
Actualmente se encuentran presentando su disco homónimo, que recorre distintos matices y una expansión importante a nivel sonoro. “Es el primer disco que puede transmitir lo que hacemos en vivo —continúa el bajista-. Las partes con groove tienen más groove, las pesadas son más pesadas, los lime son más lime. Sentimos que nos representa bien. Además hay un asentamiento del nombre. Esto es Sur Oculto, y qué mejor que ponerle este nombre al disco. No es que este disco sea una culminación, pero sentimos que lo estamos armando hace doce años.”
Fabricio: —Teníamos ganas de tener un espacio para cada uno en el disco, por eso hicimos la tríada: Infradiano, Yuxtaposición y Circadiano.
Sebastián: —El orden no lo teníamos premeditado porque no sabíamos que íbamos a grabar. Fabri empieza con Infradiano, que es un tema de él. Lo mío es Yuxtaposición, que es algo que yo suelo hacer en vivo. Armo cosas con loops. Lo bueno del tema es que parecen dos partes. Todo lo que escuchás ahí son bajos, no hay otras cosas. Quería que cuando dobla el tempo entre Pablo. Cuando lo grabamos, la idea era que él toque un rato, después yo elegía algún patrón y lo íbamos copiando. Se le hizo copy & paste a un montón de compases de bajo como para que Pablo tenga un rato para zapar. Empezó a tocar probando distintas cosas. Lo escuchamos y nos encantó. Lo que se escucha ahí es a Pablo probando cosas, no había nada pensado. Se sacaron algunos bajos, y se pusieron otros. Terminó quedando una mezcla de bajo y solos de bata.
Pablo: —Circadiano es sólo batería. Mi idea era plasmar lo que siento tocando con los chicos. Planteamos la idea desde los sets que laburamos con el drum doctor. Partí de la base de hacer un juego entre dos sets distintos de batería: uno más rockero y el otro más jazzero. Comienza y se empiezan a contestar entre las dos baterías. Queda una sola, la más rockera de medidas más grandes, desarrollando ciertas ideas, y después entra la batería jazzera.
Fabricio: —De casualidad. Los Zeitgeber originalmente eran improvisaciones que teníamos pautadas, pero no las pudimos hacer sonar. Lo que entró en el disco son otras improvisaciones como para conectarnos, para engancharnos antes de hacer ese tema. Después lo escuchamos y era eso lo que teníamos que poner en el disco. Estuvimos atentos a escuchar eso.
Sebastián: —De hecho, Zeitgeber I y II no sabíamos que nos estaban grabando. Zapamos un rato para entrar en calor y el técnico puso Rec. Después lo escuchamos y nos encantó. Que sean tres también es muy loco, iban a ser dos originalmente. Le dijimos a Mauro (Taranto, ingeniero de grabación) que la zapada estaba buena hasta cierto punto. El se equivocó y en vez de mezclar hasta donde le dijimos, mezcló desde ahí. Nos dijo que lo escuchemos porque para él mataba. Lo escuchamos y dijimos: “Esto tiene que estar en el disco”. Se armaron muchas cosas de casualidad.
Fabricio: —Si no estábamos atentos a eso, lo hubiésemos desechado.
Pablo: —Fue impresionante porque se trabajó la idea de que no había que tocar demasiado. Teníamos que tener mucha comunicación los cuatro. En el disco pusimos una batería en cada canal. Cuando se escucha con auriculares, se siente cómo va trabajando cada una. Con Fer (Fernando Caballero, drum doctor y baterista invitado) nos mirábamos como para dirigir un poco lo que iba pasando, y los chicos iban complementando esa base.
Fabricio: —Vos ni siquiera sabés bien qué estás haciendo, porque estás escuchando qué es lo que falta para que suene bien lo que está tocando el otro. Esa sumatoria es la que nosotros conectamos con la idea de Zeitgeber.
Sebastián: —Zeitgeber es una palabra alemana que se usa en cronobiología. Es un agente sincronizador, un dador de tiempo. Para nosotros, Sur Oculto es eso.
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