Jue 15.12.2011
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ENTREVISTA A D-MENTE

“En la vida uno tiene que saber perder”

Andrés Giménez cree que su nuevo trabajo, No es el premio ganar sin saber lo que fue perder, es el renacer de lo más pleno de su carrera. El disco más pesado desde la época de A.N.I.M.A.L.

› Por Mario Yannoulas

Era 1996 cuando El nuevo camino del hombre abría un surco que marcaría para siempre la historia de A.N.I.M.A.L., y de la escena hardcore y heavy metal argentina. El tercer disco de la banda liderada por Andrés Giménez y Marcelo Corvalán se presentaba como una piedra fundamental de sus propias carreras. Pasados más de diez años, y habiendo encarado un nuevo proyecto, hoy Giménez cree haber llegado a un resultado parecido. No parecido a aquel disco sino a un producto grupal que lo encamina de nuevo. Como el renacer de lo más pleno de su carrera. Casi como un regreso. No es el premio ganar sin saber lo que fue perder dicen los tatuajes en sus manos, y es también el nombre del nuevo y cuarto disco de D-Mente, grupo que iniciara sus actividades en febrero de 2006 luego de un par de levantadas de teléfono del propio cantante y guitarrista.

Así logró juntar al guitarrista Lisardo Alvarez, el bajista “Gula” Cocchiararo y el baterista Marcelo Baraj. “No somos amigos del barrio, nos fuimos haciendo amigos dentro de la banda. Si hubiéramos tenido cinco años de gestación como cualquier grupo, tal vez el primer disco habría sido éste”, explica. Una definición lógica para el fenómeno curioso de una banda que, según confiesa, recién en su cuarto disco encontró el sendero que siempre anduvo buscando, y es lo que salta a la primera y desprejuiciada escucha: se trata, sin dudas, del disco más pesado de D—Mente y, por ende, el más pesado de Giménez desde la disolución de A.N.I.M.A.L. “Ni nosotros sabemos por qué recién al cuarto disco se da esto. Si supiésemos por qué, lo habríamos hecho en el primero. Es casi inexplicable”, revela.

—¿Les llama la atención?

Andrés Giménez: —¡A full! Más que nada nos sorprende. Cuando uno empieza con una banda, tiene muchas ideas en la cabeza, pero puede costar llevarlas a cabo por muchos factores, como puede ser no conocerse como grupo, el no haber recorrido un terreno anterior.

Lisardo: —Nosotros, cuando empezamos, nos metimos a grabar el disco con tres meses de vida. ¿Cuánto estuvieron con A.N.I.M.A.L. antes de grabar por primera vez?

A.G.: —Dos años. Y no fue el primer disco el que definió nuestra historia sino el tercero. En D-Mente cada disco fue una búsqueda constante. De repente nos encontramos con un material re pesado. Nos sorprendió a nosotros mismos, porque perdimos el miedo. Cuando uno tiene miedo o prejuicios, dice: “Si en el disco anterior lo hice de tal forma y funcionó, uso la misma receta”. Nuestros cuatro discos tienen un hilo conductor. ¿Sabés cuál es? La melodía. Los discos de D-Mente tienen melodía. Pero hay algo que es la variación de machaques de fuerza y velocidad. Creo que hoy logramos, como hubiésemos querido desde un principio, conjugar esa energía con la melodía que siempre tuvimos.

“La idea con D-Mente fue siempre crear algo nuevo respecto de A.N.I.M.A.L., para no hacerla fácil. Tuvimos que pasar por determinados lugares musicales, y ésta es como la frutilla del postre. Hay un sello súper D-Mente, se escuchan mucho las melodías, pero está más metalero. Más D-Mente que nunca”, glosa Gula. Sacarse los fantasmas de una banda en diciembre de 2005 y encarar algo nuevo pocos meses después puede haber sido una ardua tarea para Giménez y los suyos. “Es lógico preguntarse cómo no pudimos prever esto antes, pero lo que más queríamos era que nos pasara esto, porque me hubiera parecido totalmente deshonesto salir con un A.N.I.M.A.L. un poquito más light. Siempre traté de abrir un camino nuevo, y llegar adonde llegamos está buenísimo. Es un disco de quiebre porque estamos en nuestra salsa”, se extiende el cantante y guitarrista.

—El título del disco suena a reflexión dentro de la propia banda. Entonces, ¿qué fue perder?

A.G.: —En la vida uno tiene que saber perder muchas cosas que valora y ama para saber ganar otras, que va a valorar y amar. Muchas veces no nos damos cuenta de que haber perdido algo hace que florezca una cosa nueva, y que sea eso lo que hoy llena tu alma de ganas de seguir luchando la vida. No es perder por dejar de lado sino por enriquecerse. Hay que perderle miedo al golpe para poder caminar mejor. Como dijeron los chicos, lo que queríamos era tener un sello propio, y ésa es una forma de jugarse por algo que muchos pueden aceptar y otros no, valorar la pasión que uno pone sin tener que vivir de lo que fue. Vivir de lo que uno fue puede ser más fácil, pero es involutivo, o más bien engañoso. Nosotros preferimos ser honestos y aprender haciendo nuestro propio camino.

Hay una segunda particularidad vinculada con este cuarto disco de D-Mente. Si la banda tenía todo para salir al ring, mostrándose como una saludable reinvención de sí misma, no contaba con la partida del baterista Marcelo Baraj a una semana del lanzamiento de la placa. Para reemplazarlo, Giménez volvió a levantar el tubo, esta vez para convocar a Paulo Torres, quien hasta entonces batía parches en Pork.

—¿Se les hizo difícil afrontar esa circunstancia?

L.: —Entre nosotros hubo situaciones en las que nos tuvimos que poner los puntos, como te puede pasar con una pareja, en la que decís: “Che, no me cabe que me trates así”. Al que se lo planteás te puede contestar “tenés razón, veámoslo” o “fuck you, no me interesa”. Podés sentarte a hablar las cosas para seguir adelante o agarrar el mantel y tirar todo.

—¿Pero tenía principalmente que ver con algo humano o musical?

A.G.: —Diría que con todo.

L.: —Cuestiones más folklóricas: “¿Por qué viajamos en micro?”. Porque hay un volcán. “No, no puede ser.” O: “¿Por qué no hay catering?”.

A.G.: —Somos una banda, y hay que tomar decisiones. Pero cuando alguien no quiere conversar...

L.: —En una cuestión artística no te podés poner rígido y decir “esto tiene que ser así”, porque la vida no es rígida. No se puede hacer todo lo que vos querés. Me encantaría tocar siempre en el Luna Park, pero no se puede. A veces hay que apagar un poquito el yo y pensar en el proyecto.

Un Grooveshark D-Mente

La tercera particularidad de No es el premio ganar sin saber lo que fue perder es que su lanzamiento se hizo también a través del portal de música Grooveshark. Durante la primera semana del disco en la calle, el visitante del sitio de música streaming más controvertido del momento se topaba con una skin de D-Mente y la posibilidad de escuchar los nuevos temas a costo cero. “Dentro de todo lo que hay, Grooveshark me parece lo más buena onda que hay: da la posibilidad de que se escuche bien, todo prolijito, con la foto, el link a la página”, dispara Lisardo.

—¿Cómo nació la idea?

A.G.: —Es una forma para que muchos chicos de Latinoamérica tengan la posibilidad que tienen los chicos de acá, donde el disco se iba a editar sí o sí. Se lo propusimos a la compañía y les pareció bien.

—¿Creen que hay diferencia entre poder descargarse la canción y sólo acceder?

A.G.: —Si hubiésemos puesto el disco en una plataforma para que se lo descargaran, era contraproducente para la salida del material. La idea era dar un adelanto. Sirvió para que la compañía viera que hay muchos chicos de afuera que quieren escuchar el disco y editarlo en esos países. En ningún momento vamos a hacer algo para fomentar la piratería sino todo lo contrario: el primer show de presentación del disco fue totalmente antipirata, en el que no se vendían entradas sino que en la puerta había que presentar el disco original.

L.: —También es una alternativa para el que está ahorcado, que es la gran mayoría del planeta, porque salen discos todo el tiempo, y esta página permite escuchar esos discos. Me parece bien que al que menos tiene le llegue un poco de aire por ese lado, si no, todo es para el que tiene mosca, que es la minoría. Me parece una válvula de escape para que te puedas escuchar unos discos de arriba.

El rugido del León

“Somos muy amigos de León, como una familia. Nos da una inyección de vida, como nosotros se la damos a él”, confiesa Andrés Giménez al repasar la experiencia de Un León D-Mente, esa fusión con Gieco que los llevó a tocar en festivales de folklore así como telonear a Metallica en River. “Subiéndose a escenarios tan distintos uno se da cuenta de que el rock no va solamente por la distorsión sino por muchos aspectos de la vida. Pero no por tocar con León abandonamos el espíritu de D-Mente: de hecho, vamos a grabar un León D-Mente 2 para 2013, pero con canciones nuevas, compuestas entre todos”, adelanta el cantante y guitarrista.

* D-Mente sigue presentando su nuevo disco este sábado a las 21 en Vadenuevo Bar, Av. Eva Perón 1372, Morón.

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