Jueves, 1 de marzo de 2012 | Hoy
DEE DEE RAMONE
Febrero de 1999. Hugo Chávez asume la presidencia de Venezuela, la tabacalera Philip Morris es condenada a pagar 50 millones de dólares a una fumadora con cáncer de pulmón, y el gobierno argentino organiza los conciertos gratuitos Buenos Aires Vivo III, que se suspenderían tras la muerte de dos jóvenes (Diego Aguilera y Alejandro Lumille) durante el show de Divididos. Y desde La Plata, donde se radicó con su novia argentina, el ex bajista de los Ramones, Dee Dee Ramone, dio la cara ante el NO:
Por Mariana Enriquez
“Los Ramones tenían productores que eran como referís. Por eso me fui de Nueva York. No me estoy quejando, pero es difícil mantenerte honesto en este negocio. Es así: si yo formo una banda de garage, con amigos, todos quieren que me deshaga de ella. Quieren que tenga un management que me haga trabajar todas las noches y sacarme plata. Y no me interesa...”
–Me gusta mucho City Bell, es un barrio hermoso. También me gusta Lomas de Zamora, hay una zona comercial muy buena, sin la locura de Buenos Aires. A lo mejor compro algo acá. Ya no tengo la protección social que tenía cuando estaba con los Ramones, no soy tan duro, y es difícil no tener adónde ir. Lo que espero de la Argentina es que mi mujer me cuide (después de haberle pedido perdón a su familia por robármela y eso) y que los fans me adopten... Mi idea es ir y venir, de la Argentina a los Estados Unidos... Vivo de mis regalías, y mientras pueda pagarlo, es una situación ideal.
–Cuando los vi en Buenos Aires, la última vez, me dieron lástima; en el mejor sentido. No eran una banda. No puedo enojarme con ellos, me siento una madre, me da como pensar “pobrecitos”. Eso es lo que pasa cuando estás en una banda por mucho tiempo y para lo único que hacés música es para tener una carrera, para mantenerte. Yo soy más del tipo callejero, no quiero ser así, no quiero estar en el “negocio”. Si tengo que volver a ser así, por lo menos quiero una banda mía, donde todos nos llevemos bien y pueda controlar las cosas. No quiero tener a Marky Ramone diciéndome qué me tengo que poner, o vestirme de negro si no quiero... En los Ramones, los últimos tiempos, nadie quería ensayar. No se podía trabajar con ellos. Y si íbamos a un ensayo, nada más charlábamos e hinchábamos las pelotas. O comprábamos pizza, y nadie trabajaba. Ni hablar de escribir una canción.
EDICION WEB ORIGINAL
http://www.pagina12.com.ar/1999/suple/no/99-02/99-02-25/index.htm
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