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Jueves, 19 de abril de 2012

LA MARULATA TAMBIéN LE DA AL REGGAE

Sonido madre

Tienen pocos años, poca experiencia y poca noción de futuro. Podría ser la gacetilla de una película uruguaya costumbrista del Bafici, pero no lo es.

 Por Brian Majlin

Cuatro o cinco pibitos, con cara de púberes y rasgos de futuros rockers, les dan a la guitarra y a los vientos en una sala de ensayo. Corre el año 1998 y, en la lejana ciudad uruguaya de Tacuarembó, un grupo de amigos se junta cada semana para ensayar, darles vida a sus sueños y hacer de la música un modo de expresarse y compartir. Sobre todo eso: ampliar y generar comunidad. Tienen pocos años, poca experiencia y poca noción de futuro. Podría ser la gacetilla de una película uruguaya costumbrista del Bafici, pero no es.

La escena, repetida en montones de ocasiones –aunque no todas en esa ciudad lindera con el sur de Brasil–, se puede ver en algunos videos de YouTube. En ellos, unos jovencitos comienzan un proyecto amistoso que, con los años, confluiría en lo que hoy es una realidad: La Marulata.

“Algunos integrantes nos conocemos desde los 3 años, íbamos al mismo jardín de infantes, jugábamos en el mismo barrio, fuimos a la misma escuela y liceo”, cuenta Santiago Battello (voz y guitarras) desde el otro lado del río. En esa amistad implacable y duradera se fundan los cimientos de Marulata.

La banda tiene “al reggae como sonido madre”, según explica Battello, pasa sin problemas del rock al candombe y les da a sus reggaes un aire más complejo entre los vientos, los tambores y la algarabía. Con esas líneas difusas, pero certeras, amalgamaron estilos y, de a poco, van ganándose su lugar en la escena local. Con la fuerza del boom de bandas uruguayas, “los Marulatos” –como se definen– se abren su camino.

–Para nosotros es una alegría que haya más bandas uruguayas con éxito, pero en general lo que abre puertas es el hecho de ser extranjeros. Creo que hay un pensamiento generalizado de que si una banda es de otro lugar, uno para un poco más la oreja, sea de adonde sea, quizá por pensar que si no lo escuchás en ese momento y no triunfan, no los vas a escuchar más, o quizá porque hay un pensamiento que cree que el de afuera es mejor. Como sea, queremos tocar por toda Latinoamérica.

Con miles de seguidores en las redes sociales y comentarios desde todas partes en sus videos que pululan por YouTube, los Marulata van por la hermandad latinoamericana musical. Su origen en Tacuarembó –lindero al Brasil– los dotó de nuevos sonidos y una influencia notoria del portugués y de algunos ritmos de allí. Y la amistad en los escenarios hizo lo suyo: con Armandinho han compartido escenarios y hasta composiciones.

–Con Armandinho logramos una muy buena comunicación, se generó una linda aparcería de la cual nos hemos nutrido musicalmente ambos. Estuvimos trabajando sobre un tema que yo compuse en portugués, o mejor dicho en portuñol, y él me arregló el texto para que quedara bien. Y también le mostré a él la veta del candombe para investigar para sus canciones.

Antes de venir a la Argentina, los Marulatos estuvieron tocando en Brasil, invitados a fines de 2011 al festival Nitéroi, cerca de Río de Janeiro. Los uruguayos destacan que, “pese a las trabas del idioma, todos anduvieron cantando, saltando y riendo al compás de esta música”. El contacto enriquece la música.

Y es que se escucha en sus dos discos: la alegría, la liviandad y la mixtura de sonidos son cruciales en su trabajo. Aunque reconocen que, en su “canto a la vida”, no olvidan los problemas sociales ni menos: intentan hallar el “espacio para sentirse mejor”. Sus trabajos Rebelión de Luna (2008) –producido por el mítico Alfredo “Chole” Giannotti– y Latiendo (2010) tienen dos años de diferencia, pero tardaron 10 años en llegar al primer disco.

–El primer disco arrancamos a trabajarlo en 2003 y se editó 5 años después, en 2008. Fue complicado, de mucho trabajo, pero nos dio y da muchas alegrías. El segundo, en cambio, fue más veloz y con un proceso más corto y de disfrute porque estábamos con más cancha a la hora de grabar, de armar un tema, todas cuestiones que hacen que no se demore tanto y también se disfrute más del momento de grabación.

Mientras se presentan y hacen amistades aquí y allá, este grupo de amigos que le canta a la vida y la felicidad, costumbrista como el nuevo (viejo) cine rioplatense, se prepara para lo que vendrá. Como dicen ellos: “Pa’ seguir adelante”.

* Marulata toca el 21 de abril a las 18 en el Festival Sudamericano de Reggae, Estadio Malvinas Argentinas, Gutemberg 350, CABA. Y repiten el Festival el 22 de abril en GAP, Constitución 5780, Mar del Plata.

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