JULES DE MARTINO, MITAD DE THE TING TINGS
El video de Hang it up tiene más de 15 millones de visitas y muestra hasta dónde pueden confluir las bellas artes y el rocanrol. Katie White y Jules de Martino invitan al amplio universo estético de The Ting Tings.
› Por Luis Paz
Instrumentos flúo, gafas Ray-Ban, skaters, cabellos decolorados, gorras de béisbol, coreografías de raigambre hip-hopera, graffiti, pantaloncitos de fútbol, un batero enérgico, una cantante sexy y hasta espadas samurai.
Todo esto aparece en el video de Hang it up de The Ting Tings, dúo conformado por Katie White y Jules de Martino y que lleva más de 15 millones de vistas en YouTube. El clip no sirve solamente como promoción de su reciente disco Sounds from Nowheresville sino también como la pequeña cosmogonía que define el amplio universo estético del grupo que el jueves 3 de mayo encabezará el Sounds Fest en Groove. La joven y el maduro llegan con un segundo disco a cuestas y una fortaleza visual basada menos en el alto impacto que en la esquizofrenia de su paleta de colores, tramas y texturas; una construcción con asiento en el diseño gráfico y de modas tanto como en la contaminación de escuelas visuales con las nuevas estéticas juveniles, y que combinado con su pop revoltoso y efectista resulta en una amalgama post-Y2K para post-floggers.
Sobrevivientes del convulso pasito inmortalizado por los jóvenes flúo que tiraban flashes hace unos años, estos británicos vivieron su gloria en 2008 con la edición de We Started Nothing, una de las piedras de aquel camino que se conoció como dance punk y se cruzó con el pop porrista de bandas como The Go! Team o Cansei De Ser Sexy. Podrá sonar a música para teleseries de vacaciones de mariscales de campo y chicas de preparatoria, pero apenas se desprende la mirada desconfiada se halla en The Ting Tings un exponente de esta época del collage calidoscópico: “La gente escucha música de una manera distinta ahora. A mí me pasa que ya no voy a la radio sino a los canales de videos de las bandas, porque lo audiovisual les da placer a todos mis sentidos y me deja una mejor idea de la banda y de su búsqueda artística. Si una banda que me gusta tiene malos videos, es como que me decepciono un poco. Ver a un chaboncito tocando la guitarra en su pieza en calzones me embola bastante”, dice Jules, guitarrista, baterista, cantante y ex estudiante de Bellas Artes, la madura bestia que acompaña a la joven cantante e instrumentista, una versión agraciada de Lady Gaga.
“Creo que la imagen ayuda a reforzar tu idea y tu actitud, si estás enojado o feliz. Pero tampoco me sirve que parezcas un punk en tu onda y cantes boludeces. Me shockea ver a gente con cortes mohicanos y remeras de los Sex Pistols que quizá son los más caretas. Pero también creo que esa gente existió siempre y que el fenómeno más interesante de ver es que la gente ahora se viste como se le da la gana, por gusto y no por pose, sea que escuche soul, rock o punk. Ya no hay un código de moda para la música joven, se está mezclando todo y me parece genial, porque estamos en la era de la fusión”, construye este ingeniero de ¿pop photoshop?
Habiendo mamado de los White Stripes casi tanto como de los Black Eyed Peas y de Lady Gaga lo mismo que de Parliament, los Ting Tings regresan en Sounds from Nowheresville con un fresco del multitasking universal: “Como escritores, encontramos fascinante la idea del vacío y cómo las personas hacemos mil cosas para llenarlo. No somos muy buenos para encontrarles una vuelta a temas comunes como el amor y sucede mucho en la vida de todos, así que tratamos de hacer letras amplias que toquen diferentes cuestiones. Si bien nuestra música es un pop muy rítmico, buscamos profundidad en la poética y hablar sobre cosas serias o al menos reales. Tenemos una mirada sobre lo que está pasando, por haber viajado tanto y ver que el planeta es un paraíso no perdido del todo. En este planeta todos están haciendo muchas cosas y necesitan música que los acompañe en sus tareas”, asegura.
Aunque se trata de su segundo disco, en rigor es el tercero: tenían un segundo disco casi listo, pero cuando se lo mostraron al sello fue tanto el entusiasmo de la compañía que la desconfianza les ganó y borraron todo. Así que entre aquella época de composición original en Berlín y paseos por España (donde filmaron aquel video), y por las escalas de su gira mundial, armaron Sounds from Nowheresville, llevando a otro paso la búsqueda de la integración: “Esta vez tomamos del hip-hop, más que bases o fraseos, la libertad que tiene esa música. Creo desde hace unos años que el hip-hop es el género moderno más importante para la música, porque este milenio los artistas de hip-hop fueron los que más se animaron y cruzaron blues, soul, pop, gospel, rock, funk. Toman cosas de cada estilo, samplean y arman algo nuevo sobre eso. En ésa estamos”, explica De Martino y ejemplifica con el sonido de la mecedora que aparece al comienzo de Soul Killing, antes de enarbolar: “El hip-hop es lo más. Si agarrás a artistas de otros géneros, es muy difícil que se corran de sus límites. No me imagino al de Kings of Leon intentando rapear. ¡Sería patético!”.
* The Ting Tings toca el jueves 3 de mayo en el Sounds Fest, junto a Mompox, DJ Dellamónica y DJ Diego Chamorro, en Groove (Santa Fe 4389). A las 21.
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