MICHAEL MONROE, MUSA DEL HAIR METAL
Lo que hizo Monroe al frente de Hanoi Rocks desde los ’80 resultó siendo altamente influyente para decenas de bandas de hard rock.
› Por Mario Yannoulas
Si Michael Monroe fuese nostálgico, añoraría los ‘80, cuando todos parecían batirse el pelo a su imagen y semejanza, y los andróginos asaltaban las tapas de las revistas. Pero el blondo ex líder de Hanoi Rocks no se preocupa por nada de eso sino más bien lo contrario: “La mayoría de las bandas de los ‘80 sabía más de secadores de pelo que de sus propios instrumentos, y eso no me interesa en lo más mínimo, porque primero está la música”, dispara desde Helsinki, capital nórdica donde los inviernos son tan largos como las noches y prolifera el heavy metal. Monroe está a un par de horas de Turku, la ciudad en la que vive, y a su lado tiene a un acompañante muy particular: Mikko Herranen, un participante del reality show The Voice of Finland (“La Voz de Finlandia”, cuya versión vernácula está al caer), en el que Monroe es jurado y coach. “Este tipo es un fenómeno, un rockero impresionante, un cantante que la rompe, la única cuestión es que sólo canta en finlandés, pero rockea terriblemente. Creo que es el mejor dueño de mi legado. Lo conocí en el programa de tele, y se uno contacta con las personas con las que después trabaja, las cosas se dan naturalmente. No soy de ir por el mundo tomándole audiciones a gente para mi banda.”
La imagen y la música de Michael Monroe, principalmente lo hecho al frente de Hanoi Rocks desde los tempranos ‘80, resultaron influyentes para muchas bandas de hard rock, y no sólo para las del denominado “hair metal”. Ahí está el ejemplo de Axl Rose, confeso discípulo artístico del finlandés, tanto en la estética sexualmente imprecisa como en la incorporación de una marca punk en la ejecución del hard rock. Si bien los pelos batidos se habían empezado a popularizar con Ziggy Stardust, Monroe y los suyos lo asociaron a la estética hard rock. “Nunca intenté que otra gente tuviera el pelo o se maquillara como yo; cuando todos querían tener el pelo enrulado, yo me lo alisaba. La verdad es que no puedo relacionar mi peinado con la escena del hair metal; lo que me pone feliz es sentir que tuve influencia sobre alguien que decidió empezar a rockear por mí, o que haya tomado mi esencia o la de Hanoi Rocks, y un buen ejemplo de eso fueron los Guns N’ Roses. Ellos nunca imitaron a Hanoi Rocks, tomaron lo esencial para hacer su propia historia; por supuesto que tuvieron sus poses, sus looks y todas esas cosas, pero jamás se olvidaron de tocar, de componer buenas canciones y de ser verdaderos músicos, que es de lo que definitivamente se trata. Me interesa más haber sido influyente en lo musical que en lo estético. En ese sentido, mi banda favorita de todos los tiempos es Warrior Soul: Kory Clarke sí que tenía lo que llamo magia”, le explica por teléfono al NO.
El finlandés se prepara para arribar a la Argentina diez años después de su última y única visita, que constó de dos shows en El Roxy acompañado de la banda local Zero. Llegó a Sudamérica sin más que su presencia, su guitarra y un pequeño amplificador Marshall, y como en las radios no tenían su disco para pasar, él mismo tocó las canciones en vivo con su guitarra y su equipo. “La pasé bárbaro, hicimos un par de ensayos y verdaderamente tuve suerte, porque congeniamos enseguida y el baterista era muy sólido, lo que es fundamental”, recuerda de aquella ocasión, además de un stage diving que le salió caro: “Me sacaron anillos, cadenas, aros, todo lo que tenía. Agradecí de tener mis bolas cuando pude salir de ahí (risas). Igual me encantó”. Diez años después, el cantante y multiinstrumentista escandinavo llega a Buenos Aires con su propia banda que, en su opinión, es la mejor que tiene desde los ‘80, y realmente no tiene una alineación nada despreciable: cuenta con los guitarristas Steve Conte (New York Dolls) y Dregen (The Hellacopters), y el bajista Sami Yaffa, ex compañero de Hanoi Rocks. Trae bajo el brazo su nuevo disco, Sensory Overdrive, que sí se editó en la Argentina, que vendió muy bien, y en el que hay una participación especial de su gran amigo Lemmy Kilmister. Para Monroe, éste es el mejor momento: “Estar tocando con esta banda, con este nuevo disco, es mi mejor momento en el rock. No soy para nada nostálgico: el momento es ahora”.
* Michael Monroe presenta Sensory Overdrive junto a su banda el miércoles 23 en El Teatro Vorterix, Av. Federico Lacroze 3455. A las 19.
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